Por Miguel Ángel Artola
06/05/2017
Caterpillar es una de las grandes empresas estadounidenses en apuros que podría beneficiarse del plan de infraestructuras de Donald Trump. De hecho, es una de las firmas cotizadas que más ha aumentado su valor desde la llegada del republicano a la Casa Blanca. Un 16% hasta principios de febrero. No solo el polémico muro podría hacer que su facturación aumentase. También la necesidad de maquinaria pesada en otras obras contempladas por el nuevo presidente dentro de su plan de estímulo para la economía, como la ampliación de la red de carreteras.
“I love Caterpillar” afirmaba Trump en un acto de apoyo al sector de la maquinaria pesada en la Casa Blanca. Algún medio de comunicación se lo recordaba hace unas semanas tras conocerse que la empresa está siendo investigada por haber cometido supuestos fraudes fiscales y financieros. Uno de los delitos habría consistido en no contabilizar 7.900 millones de dólares obtenidos en el exterior. La empresa también a la palestra como ejemplo de políticas proteccionistas para garantizar la supervivencia de las grandes empresas del país.
Pero la crisis de Caterpillar ha obligado a la compañía a prescindir de su primer ejecutivo. El que durante 41 años había sido presidente y consejero delegado, anunció el pasado año su marcha de la firma. Desde el 1 de enero de 2017 las riendas del fabricante de maquinaria las sujeta Jim Umpleby, que reconoce las malas cifras de evolución y las justifica por las débiles condiciones económicas a nivel mundial. Espera poder retomar los beneficios gracias al control de costes, reforzando el balance y acometiendo inversiones en las áreas claves de la compañía.
La empresa ha sufrido especialmente la crisis de la falta de obra pública. La cifra récord de facturación la lograron en 2012 alcanzando los 65.875 millones. Y, desde entonces los números se han reducido con fuerza hasta los 47.011 millones de dólares declarados en 2015. A cierre de 2016 Caterpillar reconoció pérdidas de 67 millones de dólares que contrastan con el beneficio neto atribuido de 2.512 millones de dólares de 2015. La facturación volvió a reducirse un 18% hasta quedar en 36.029 millones, muy lejos del récord de 2012.
A los despidos en plantas del país norteamericano durante 2015, se sumaba a finales del pasado ejercicio el anuncio de la retirada de la firma de maquinaria pesada de Bélgica. El cierre de su planta de montaje de Gosselies dejaba en la calle a 2.200 trabajadores y se perdían en la zona otros 5000 empleos indirectos. El plan de reestructuración de empleados de Caterpillar para el período 2015-2018 contempla el despido de 10.000 trabajadores en todo el mundo.
Un rudo gigante
La corporación tiene su sede en Peronia, Illinois. Es líder en fabricación de maquinaria pesada para construcción, equipos de minería, motores diésel y turbinas industriales de gas. Pero gracias a la imagen de productos rudos y para toda la vida la marca CAT se encuentra también asociada a la resistencia en vestimenta laboral: ropa, botas… También cuenta con una línea de teléfonos resistentes a los golpes con buena aceptación entre los profesionales.
Muchos han jugado con excavadoras de juguete con el color amarillo y negro de la compañía que pronto será centenaria. Pero su poder mundial se esta viendo claramente amenazado a consecuencia de la globalización y la crisis mundial. El proteccionismo de Trump y sus anunciadas megainversiones pueden ser un buen salvavidas para sus plantas en EEUU aunque le pasen factura en otros países.