POR CAMBIO16
10/07/2017
El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha asegurado este lunes en Santander que el Gobierno no contempla cambiar «de ninguna manera» la política penitencia de los presos de ETA.
En declaraciones a los medios después y en la inauguración dos encuentros sobre Justicia, economía y la presunción de inocencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), el titular de Justicia ha sido contundente: «No me parece que sea el momento de hablar en absoluto del cambio de la política penitenciaria», ha zanjado Catalá.
Además, sentenció que ETA «tiene todavía por delante un camino de disolución, de entrega de las armas, de reconocimiento del daño causado» y de «petición de perdón a las víctimas».
Catalá ofreció estas declaraciones en el marco de la jornada que este lunes recordó el secuestro y asesinato hace 20 años de Miguel Ángel Blanco. A juicio de Catalá «no sabía ETA que aquel día -de los sucesos contra Blanco- estaba iniciando el final de su desgraciadísima y tétrica historia».
Recordando a Blanco
En este sentido, Catalá ha lamentado que después de la «movilización extraordinaria» que hubo hace 20 años en repudio a los hechos contra Miguel Ángel Blanco «ahora, cuando se quiere recordar una figura tan emblemática como fue Miguel Ángel, haya algunos que desde la mezquindad nieguen ese reconocimiento, nieguen adhesiones a actos públicos o nieguen el otorgamiento una calle o una plaza en alguna localidad, se potencia esa mezquindad».
«Me parece que la lucha por las libertades, y la figura de Miguel Ángel Blanco en particular, merece de todos los demócratas, y somos muchos millones en España los que tenemos esa condición, que reconozcamos a las personas que desde su generosidad, desde su ejemplo, dieron la vida por las libertades en España».
Un día como hoy de hace 20 años, ETA inició el atentado que uniría definitivamente a la sociedad española en su contra. El 10 de julio de 1997 los terroristas secuestraron al joven concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco y lo ejecutaron dos días después, a sangre fría. La conmoción fue tal, que millones de españoles reaccionaron y mostraron su rabia en las calles.