Por Cambio16
05/12/2017
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En 2012, una pareja gay en Colorado (EEUU) le pidió a un panadero que les hiciera un pastel de bodas. El panadero se negó, diciendo que hacerlo significaría ir en contra de sus creencias religiosas.
El gobierno de Colorado se puso del lado de la pareja gay, argumentando que se violaban las leyes contra la discriminación.
Y la situación escaló a la Corte Suprema, que escuchará los alegatos de la batalla que ha llamado Masterpiece Cakeshop vs. Colorado Civil Rights Commission.
El «caso del pastel de bodas gay» está siendo enmarcado como una batalla entre la libertad de expresión y la igualdad de derechos.
El dueño de la pastelería demandada argumenta que no debería tener que hornear «pasteles gay».
Y argumentó que el horneado de pasteles constituye «un discurso expresivo y artístico».
Sin embargo, la ley local impide que las empresas discriminen por motivos de orientación sexual.
Hasta ahora, Masterpiece Cakeshop (la pastelería demandada) ha perdido todas las apelaciones que ha realizado.
Si el Supremo estadounidense falla a favor de ella, abrirá brechas en la opinión pública.
Más que un pastel de bodas gay
En EEUU, la libertad de expresión protegió el derecho de las personas LGBT a decir cualquier cosa, siempre y cuando no discutieran la verdad de sus identidades.
La reciente polémica de los militares transgénero, actualmente viva en el Ejército de EEUU, forma parte de esta diatriba.
El pasado 26 de julio, Donald Trump le daba marcha atrás a una política de reconocimiento a las personas transgénero que el Pentágono estableció en 2016.
«EEUU no aceptará ni permitirá que transgénero desempeñen ningún rol en el Ejército estadounidense» dijo.
La decisión de Trump ha causado una enorme polémica en la sociedad estadounidense, sobretodo en el orbe militar.
Los diversos componentes de las fuerzas armadas han defendido que no habrá cambios en la política hacia los soldados transgéneros.
Ahora, volviendo al pastel, si el tribunal permite que la pastelería discrimine a las personas LGBT, sentará un precedente importante en la opinión pública.
Un paso atrás hacia el armario
Una decisión en el «caso del pastel de bodas gay» podría abrir la puerta para silenciar a las personas LGBT en los espacios públicos.
Si las empresas pueden negarse a prestarle servicios, existe un poderoso incentivo para que se censuren.
¿Qué sucede si desea reservar un vuelo para su luna de miel y la dirección de la aerolínea decide que no aprueba las bodas lesbianas?
Quizás estas acciones discriminatorias no se mantendrían en la corte.
Pero una decisión a favor de la pastelería sin duda facultaría a algunos propietarios de tiendas a probar los límites.
Un gobierno que sanciona a los fanáticos empodera la intolerancia. Y el fanatismo empoderado obliga a los blancos del fanatismo a mirar lo que dicen.
Tampoco son las personas LGBT las únicas que podrían tener su discurso público restringido. Si no tiene que hacer tortas para personas LGBT, ¿qué evitará que se niegue a hacerlas para judíos o musulmanes?
Si puede ejercer su discurso libre para discriminar a un grupo, ¿por qué no discriminar a los demás?
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