Por Jesús Ossorio y Óscar Abou-Kassem
Los resultados de las elecciones locales y autonómicas de este 24-M han arrojado un claro mensaje a los líderes del Partido Popular, que ha sufrido un severo batacazo que podría hacerles perder gran parte de su poder territorial. Ayuntamientos de grandes ciudades históricamente ‘populares’ como Madrid o Valencia pasarán a otras manos con la ayuda de pactos de gobierno que ya se dan prácticamente por cerrados a pesar de que el PP ha conseguido ser el partido más votado en el total estatal, con un 27,03% de los sufragios en las municipales.
Aunque nadie en Génova quería hablar anoche de debacle, las caras de preocupación de los militantes del partido y la destacada ausencia de Mariano Rajoy ante los medios indican que el Partido Popular tendrá que hacer un examen “exhaustivo” tras este 24-M, tal y como ha reclamado Cristina Cifuentes en su rueda de prensa. La ‘popular’ madrileña se perfila como el único valor en alza en un partido que se ha dejado casi 2,5 millones de votos respecto a las anteriores municipales.
La ‘victoria’ más dolorosa la ha protagonizado Esperanza Aguirre, que ha visto cómo se esfumaba de un plumazo su sueño de ser alcaldesa de la capital. Sus 21 concejales no serán suficientes para mantener una alcaldía que llevaba 24 años en manos de regidores populares y que pasará a Manuela Carmena, la candidata de Ahora Madrid.
Aguirre ha remarcado que ha captado “el mensaje de los madrileños” y ha excusado sus malos resultados apuntando a la “complicada situación” y a la “dificilísima última semana de campaña”, en clara referencia a la filtración de su declaración de la renta. Aguirre también ha reconocido que la corrupción ha “pasado factura” al partido.
Al PP no le salen las cuentas ni pactando con Ciudadanos, aunque Aguirre podría alzarse con la alcaldía siempre y cuando la izquierda no se ponga de acuerdo para elegir a un candidato alternativo.
Por su parte, el PSM no ha logrado los objetivos principales que se había marcado en Madrid. La derrota clara en el Ayuntamiento, que lo coloca como tercera fuerza política con sólo 9 diputados (tenía 15), le deja con la única satisfacción de tener en su mano desbancar al PP de la alcaldía.
Algo mejor fueron los resultados en la Asamblea, donde se aumenta la representación pero se queda al borde de impedir un posible gobierno de Cristina Cifuentes con apoyo de Ciudadanos.
La candidata a la Comunidad de Madrid, la única que sonreía durante la aciaga noche en Génova, sólo necesitaría la abstención de Ciudadanos para gobernar en minoría tras obtener 48 diputados en la Asamblea.
Pese a ello, Ángel Gabilondo, el candidato socialista a la Comunidad no se resigna. Si Cifuentes no logra un acuerdo para ser investida está dispuesto a intentarlo.