Murió en su residencia de Los Ángeles, Estados Unidos, el escritor Carlos Ruiz Zafón, como consecuencia de un cáncer de colon. Autor de la saga El cementerio de los libros olvidados, desmenuzó en sus letras el oficio del escritor a la par que construía un imaginario con los lugares comunes de Barcelona.
Ruiz Zafón es uno de los escritores más vendidos en español. El éxito de sus libros se midió en los más de 15 millones de ejemplares vendidos y su publicación en 36 países.
“Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él”
La sombra del viento
Hoy ha fallecido Carlos Ruiz Zafón, uno de los mejores novelistas contemporáneos.
Et recordaremo sempre, Carlos! pic.twitter.com/VWRFXNELVP
— Planetadelibros (@Planetadelibros) June 19, 2020
Un discreto Carlos Ruiz Zafón
De personalidad discreta, Carlos Ruiz Zafón ponía a buen resguardo sus opiniones y su privacidad. El éxito le llegó en 2001 con la publicación de La sombra del viento, el primer libro de la saga de El cementerio de los libros olvidados. Barcelona se construye como una ciudad gótica y oscura.
Carlos Ruiz Zafón nació en el seno de una familia de clase media en el barrio de Sarriá en Barcelona. Estudió en el Colegio San Ignacio de ese mismo barrio. Ya de mayor se dedicó a la publicidad como director creativo de una agencia en Barcelona hasta 1992, cuando decidió dedicarse por completo a la literatura.
El primer nicho que encontró en el mundo de la escritura literaria fue el de la literatura juvenil. La primera novela que publicó en 1993 obtuvo el premio Edebé, El príncipe de la niebla. El dinero del premio lo usó para irse a Los Ángeles. Allí se radicó. Quería dedicarse por completo a la escritura de guiones y novelas.
Este mes, que celebramos el decimonoveno aniversario de la publicación de «La Sombra del Viento», queremos recordar algunos de sus bellos fragmentos que tanto amor desprenden por los libros. #KeepReadingEnCasa#LaSombraDelViento #Libros #CarlosRuizZafón #Zafón #Lectura pic.twitter.com/2mo6SK6SNl
— Carlos Ruiz Zafón (@ZafonOficial) May 21, 2020
Continúa la saga
Casi 10 años después de La sombra del viento, publicó El juego del ángel, la segunda parte de la saga. Una novela al nivel de los mejores cuentos de Edgar Alland Poe.
Ruiz Zafón logra un ambiente gótico, asfixiante y pútrido de la Barcelona de los años veinte. Sin embargo, lo más interesante es el giro hacia el final como toda novela de misterio o policial. Lo magistral de El juego del ángel es que logra sorprender con la vieja técnica literaria del giro final. La segunda parte de El cementerio de los libros olvidados comenzó con la edición y venta de 1 millón de ejemplares.
Durante la presentación del libro habló un poco sobre la forma cómo trabajaba. Al principio del libro, dedicaba más tiempo a pensar en la estructura y los elementos de la historia. Mientras que le destinaba a la escritura apenas unas dos o tres horas. A medida que avanzaba el proceso creativo, le ponía más tiempo a la escritura hasta llegar a unas doce horas diarias hacia el final del libro.
«Es muy bonito»
La tercera novela de la saga, El prisionero del cielo, se publicó en noviembre de 2011. La novela continúa un año después del final de La sombra del viento. El hilo conductor de El cementerio de los libros olvidados, la historia de la librería Sampere e Hijos, continúa llena de problemas económicos, sobreviviendo en los años de la posguerra.
En 2016 publicó, El laberinto de los espíritus. Daniel Sampere trata de descubrir el misterio que encubre la muerte de su madre, Isabella, en la Barcelona de finales de los años cincuenta. Una de las presentaciones del libro dice: «Recordarás por qué te gusta leer».
Y es que los libros de Carlos Ruiz Zafón recuerdan el gusto por un buen libro, que atrape, que entretenga, mientras mantiene en vilo al lector a la espera de la próxima línea o el próximo capítulo. A pesar de su gusto por el cine, Ruiz Zafón nunca quiso llevar su novelas a la gran pantalla. De acuerdo con su opinión, «estaría mal transformarlas en otra cosa para hacerlas más populares».
Sin estridencias, Carlos Ruiz Zafón se concebía como un pequeño monstruo. Coleccionista de dragones, aficionado a las tinieblas y poco amigo de «hidalgos y caballeros andantes y difíciles de conocer». Acerca de su popularidad pensaba que era «muy bonito», pero no más.
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