La muerte de Benedicto XVI ha movido los cimientos de algunas corrientes eclesiásticas que se están dedicando a lanzar profecías sobre el papa emérito y su firme actuación dentro de la Iglesia Católica. Incluso lo han denominado el ‘Katejon’, tratando de acentuar diferencias con el actual Obispo de Roma. A la par, está el inquietante libro del arzobispo Georg Gänswein, secretario del pontífice alemán, que ya está a la venta y que al parecer hace críticas al Papa Francisco como también lo haría otro alto prelado, recientemente fallecido: el cardenal George Pell.
El controversial cardenal fue la figura de mayor jerarquía en la Iglesia Católica en ser acusada por pederastia. Falleció el 10 de enero en Roma a los 81 años de edad. Pell, se desempeñó como tesorero del Vaticano y alguna vez fue considerado para ser papa. Pasó casi 13 meses en prisión luego de que un jurado australiano encontrara probado que había abusado de dos niños coristas en Melbourne en los años 90.
En 2020, la Corte Suprema de Australia revirtió esa condena al considerar que en el juicio anterior no se había tomado en consideración toda la evidencia disponible. Esto le permitió recuperar su libertad y se puso fin a la pena de seis años de cárcel que estaba cumpliendo.
El Papa Francisco oficiará una misa fúnebre este sábado por el cardenal George Pell, informó el Vaticano. Mientras tanto, surgen revelaciones de la creciente preocupación del prelado australiano sobre lo que consideró el «desastre» y la «catástrofe» del papado bajo Francisco.
La Santa Sede indicó además, que el decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, celebrará la misa fúnebre de Pell en la basílica de San Pedro. Como es costumbre en los funerales de los cardenales, Francisco entregará un elogio y un saludo final.
La relación entre el cardenal Pell y Francisco
Pell fue el primer ministro de Finanzas de Francisco durante tres años antes de regresar a Australia para enfrentar cargos de abuso sexual infantil. Murió en un hospital de Roma por complicaciones cardíacas luego de una cirugía de cadera. Había estado dividiendo su tiempo entre Roma y Sydney después de su exoneración judicial en 2020.
El cardenal se enfrentó repetidamente con la burocracia italiana del Vaticano durante su mandato de 2014-17. Al gestionar el cargo de prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, que Francisco creó para tratar de controlar las opacas finanzas del Vaticano.
En su telegrama de condolencias, Francisco le dio crédito a Pell por haber sentado las bases para las reformas en curso. Entre ellas, la imposición de estándares internacionales para el presupuesto y la contabilidad en las oficinas del Vaticano. Pero prelado australiano se desilusionó cada vez más con la dirección del papado de Francisco, recoge la revista America The Jesuit Review. Incluido su énfasis en la inclusión y el sondeo de los laicos sobre el futuro de la iglesia.
Escribió un notable memorando en el que describía sus preocupaciones y recomendaciones para el próximo Papa en un futuro cónclave. Que comenzó a circular la primavera pasada y se publicó bajo el seudónimo de “Demos”, en el blog del Vaticano Settimo Cielo.
El bloguero Sandro Magister reveló el miércoles, un día después de la muerte de Pell, que él fue el autor del memorando. Que es una acusación extraordinaria al pontificado actual por parte de un antiguo y cercano colaborador de Francisco.
“Pesadilla tóxica” el sondeo entre laicos
El memorando se divide en dos partes: «El Vaticano hoy» y «El próximo cónclave». Enumera una serie de puntos que abarcan desde la predicación «debilitada» del Evangelio de Francisco hasta la precariedad de las finanzas de la Santa Sede. Y la «falta de respeto a la ley” en la ciudad-estado, incluso en el actual juicio por corrupción financiera en curso que el propio Pell había defendido.
También el miércoles, la revista conservadora The Spectator publicó lo que dijo era un artículo que Pell escribió en los días previos a su muerte. En el artículo, Pell describió como una «pesadilla tóxica» el sondeo de dos años de Francisco entre los laicos católicos. Sobre temas como la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad y el papel de la mujer que se espera que llegue a un punto crítico en una reunión de obispos en octubre.
Refiriéndose al resumen del Vaticano sobre el esfuerzo de campaña, Pell se quejó de una “confusión cada vez más profunda. El ataque a la moral tradicional y la inserción en el diálogo de la jerga neomarxista sobre la exclusión. Así como la alienación, la identidad, la marginación, los sin voz, LGBTQ. Y el desplazamiento de las nociones cristianas de perdón, pecado, sacrificio, curación, redención”.
El memorando anónimo del cardenal Pell, sin embargo, es aún más duro y apunta especialmente al propio Papa Francisco. Mientras que otros han criticado la represión de Francisco contra los tradicionalistas y las prioridades de la misericordia sobre la moral, Pell fue más allá. Y dedicó una sección completa a la participación del Pontífice en una gran investigación de fraude financiero que resultó en el enjuiciamiento de 10 personas. Incluida la antigua némesis de Pell, Cardenal Angelo Becciu.
Investigación financiera y sus entretelones
Pell inicialmente aplaudió la acusación, que surgió de la inversión de 350 millones de euros del Vaticano en un negocio de bienes raíces en Londres. Dado que reivindicaba su esfuerzo de años para descubrir la mala gestión financiera y la corrupción en la Santa Sede. Pero en el transcurso del juicio, se plantearon preguntas incómodas sobre los derechos de la defensa en un sistema legal en el que Francisco tiene poder absoluto y lo ha ejercido.
El cardenal señaló que Francisco había emitido cuatro decretos secretos durante el curso de la investigación “para ayudar a la acusación”. Sin derecho de apelación para los afectados. La defensa ha argumentado que los decretos violaron los derechos humanos de los sospechosos.
Pell también salió en defensa de Becciu, a quien Francisco destituyó en septiembre de 2020 antes de que fuera investigado. “No recibió el debido proceso. Todos tienen derecho al debido proceso”, escribió Pell, para quien el tema es particularmente importante dadas sus propias experiencias. “La falta de respeto a la ley en el Vaticano corre el riesgo de convertirse en un escándalo internacional”, dijo el cardenal.
Tras su muerte, Francisco extendió palabras de duelo a sus familiares y allegados. “Elevo oraciones de sufragio para que este fiel servidor”, confió el papa, “que siguió inquebrantablemente a su Señor con perseverancia incluso en la hora de la prueba, sea recibido en el gozo del cielo y reciba la recompensa de la paz eterna”.