El Vaticano respaldó los llamados a un tratado de no proliferación de combustibles fósiles, en una nueva iniciativa en preservación al medioambiente. Dijo que toda nueva exploración y producción de petróleo debe eliminarse gradualmente para evitar que las temperaturas globales conduzcan a un precipicio para la humanidad.
El cardenal Michael Czerny, que es el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y dirige la oficina de Ecología y Desarrollo del Vaticano, hizo los comentarios relativos a los combustibles y la crisis climática al presentar el mensaje anual del papa Francisco sobre el cuidado de la creación de Dios.
En el mensaje, el papa repite su llamado a detener las prácticas de extracción industrial utilizadas en la minería, petróleo y silvicultura. “Que dejen de destruir los bosques, los humedales y las montañas. Que dejen de contaminar los ríos y los mares. Y que dejen de envenenar los alimentos y las personas». Pide, además, una «cooperación responsable entre todas las naciones» para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Todos juntos podemos
El fuerte llamamiento de la Santa Sede es a una conversión ecológica que empiece por un cambio en los estilos de vida. Monseñor José Colin Mendoza Bagaforo, obispo de Kidapawan en Filipinas, una tierra especialmente afectada por fenómenos climáticos extremos, exhortó a la protección de los derechos medioambientales. «El tiempo es corto, pero juntos podemos», dijo.
Czerny fue más allá. Respaldó una iniciativa para eliminar gradualmente los combustibles fósiles y apoyar a las economías y a los trabajadores para que se diversifiquen y mejoren el acceso a las fuentes de energía renovable y limpia. Añadió que es un paso necesario para acompañar los Acuerdos de París de 2015, que buscan limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius.
Los expertos dicen que mantenerse dentro del objetivo solo es posible con reducciones drásticas de las emisiones de gases de efecto invernadero. “El planeta está 1,2 grados más caliente, pero cada día nuevos proyectos de combustibles fósiles aceleran la carrera hacia el precipicio. Basta, es suficiente. Toda nueva exploración y producción de carbón, petróleo y gas deben terminar de inmediato”, dijo Czerny.
«En cuanto a la biodiversidad, el papa pide un nuevo acuerdo de la ONU para detener la destrucción de los ecosistemas y la extinción de las especies». «Al menos la mitad de la tierra y de los océanos – es la petición formulada por el Prefecto del Dicasterio vaticano – deben convertirse en áreas protegidas para 2030 y los ecosistemas devastados deben ser restaurados».
El Vaticano arrecia el combate contra los combustibles fósiles
Francisco ha hecho de la gestión ambiental una prioridad de su pontificado. Recientemente autorizó a la Santa Sede a adherirse a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y los Acuerdos de París. En su mensaje a la cumbre COP27 sobre el clima, que se celebrará en Egipto en noviembre de 2022, insistirá en la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
El pontífice considera que Egipto s otra oportunidad para impulsar la aplicación efectiva del Acuerdo de París. “El Estado de la Ciudad del Vaticano se adhiera a la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y al Acuerdo de París con la esperanza de que la humanidad del siglo XXI sea recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades», subrayó.
Asimismo, Francisco se refirió a la necesidad de convertir los modelos de consumo y producción, así como los estilos de vida, en una dirección más respetuosa con la creación. «Y con un desarrollo fundamentado en la responsabilidad, en la prudencia/precaución, en la solidaridad y la preocupación por los pobres y las generaciones futuras. La transición que supone esta conversión no puede dejar de lado las exigencias de la justicia, en especial para los trabajadores más afectados por el impacto del cambio climático”, asentó.
Más voces de respaldo a la supervivencia de la Tierra
Tzeporah Berman, presidenta de la Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, mostró su complacencia por la posición del Vaticano y la exhortación a buscar alternativas para los combustibles fósiles.
«Lo que se necesita ahora es valor moral. Damos la bienvenida al cardenal Czerny como parte de este creciente coro de voces. No solo de comunidades religiosas sino también de profesionales de la salud, parlamentarios, líderes juveniles, comunidades indígenas, premios Nobel, científicos y académicos. Todos reconocen que la expansión de la producción de combustibles fósiles magnifica la crisis climática y socava los sistemas vivos fundamentales para nuestra supervivencia. No es un simulacro. Necesitamos una acción urgente para frenar los daños y situarnos en una senda más sostenible», argumentó.
La ciencia respalda esta necesidad de acción urgente. Los combustibles fósiles han contribuido al 86% de las emisiones de CO2 en la última década. No obstante, los gobiernos siguen planeando producir más del doble de la cantidad de combustibles fósiles. Un 10% más que sus propias promesas climáticas.
Mark Campanale, fundador de la Carbon Tracker Initiative, añadió que la producción de combustibles fósiles es el talón de Aquiles de la crisis climática. «Existe un presupuesto de carbono finito basado en la ciencia para mantener el calentamiento a no más de 1,5 °C. Esto significa que la mayoría de estas energías deben permanecer bajo tierra. Esta vulnerabilidad no puede seguir siendo ignorada. El respaldo del Vaticano hace aún más difícil que los líderes mundiales ignoren el papel central de los combustibles fósiles en la catástrofe climática”.
Escuchar la voz de la creación
La hermana Mary John Kudiyiruppil, secretaria ejecutiva adjunta de la Unión Internacional de Superioras Generales, dijo que debemos escuchar la voz de la creación y el grito de angustia de la Madre Tierra. «Los abusos que también afectan la vida de los pobres, los indígenas, los jóvenes y los ancianos requiere un tipo de escucha profunda, a menudo ausente y que es algo más que oír. Es una contemplación que nos abre a escuchar las muchas voces de la creación, a nutrirnos de su belleza y abundancia y a inquietarnos por su desfiguración y destrucción», concluyó.