El número ha ido in crescendo desde que unas 1.300 personas salieron de la violenta ciudad hondureña de San Pedro Sula el 13 de octubre. El Gobierno de México cifra a los integrantes en unas 4.500 personas y Naciones Unidas se refiere a 7.000. Lo que sí está claro es que a pesar de las amenazas y obstáculos, la caravana de migrantes avanza en México hacia Estados Unidos en busca del «sueño americano».
Este miércoles, miles de migrantes hondureños salieron de una localidad del sur de México antes del amanecer. Mujeres, hombres y niños conformaban una gigantesca avanzada, a la cual se le unirían otros grupos. Uno importante provenía desde la ciudad guatemalteca de Zacapa. En algún punto esperaba encontrarse con la caravana principal. Algunos medios locales aseguraron que el grupo estaba compuesto por unas 2.500 personas.
Argelia Ramírez, una de las portavoces de la caravana, dijo a Reuters que en torno a 11.500 personas se habían reunido en Huixtla el martes para encontrarse el miércoles en Mapastepec, a unos 68 kilómetros de distancia, en el estado sureño Chiapas.
«La gente de México nos ha dado mucho más de lo que esperábamos», dijo por teléfono.
En Huixtla, grupos religiosos y residentes donaron ropa y las autoridades proporcionaron vacunas, agua y alimentos a los viajantes.
Cada año, miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños huyen de la pobreza y la violencia en casa en busca del «sueño americano». Sin embargo, muchos son deportados y otros tantos pierden la vida en la larga travesía desde Centroamérica.
Desde el fin de semana, México ha recibido 2.727 solicitudes de refugio del grupo de centroamericanos, incluidos niños, pero ha advertido a los migrantes de que no podrán ingresar ilegalmente a su territorio.
Prioridad en estos días: asegurar que las personas que están (o estaban) con la caravana reciben información adecuada sobre como solicitar asilo. Aquí 🔽 en Tapachula, Chiapas pic.twitter.com/NWGZU5A5zU
— Mark Manly (@MarkManly) October 24, 2018
Tras el «sueño americano»
Desde que comenzó la movilización, los gobiernos de Honduras y Guatemala organizaron el regreso de unos 2.000 hondureños a su tierra, dada la amenaza del presidente de Estados Unidos que anunció en un primer momento que cortaría los programas de ayuda a los tres países centroamericanos (incluido El Salvador). La amenaza luego la extendió a otras naciones como México, cuando sostuvo que movilizaría al Ejército a la frontera sur si no detenía a la caravana de migrantes.
A pesar de la cantidad que regresó a casa, el número que espera alcanzar el “sueño americano” no se detiene.
La Casa del Migrante, una organización que atiende en Guatemala a quienes buscan llegar a México o Estados Unidos, dijo que desde que se inició el reciente éxodo han brindado atención médica, psicológica, alimentación y hospedaje a unos 11.000 centroamericanos.
«Están cerrando las fronteras y nosotros abogamos por el derecho humano de migrar. Los gobiernos deben respetar la libre circulación«, dijo el padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante.
En Ciudad de Guatemala dijo que «estamos más preparados para la emergencia y aquellos que llegarán también se atenderán».
Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados, Acnur, han llamado a preservar los derechos humanos de los migrantes, donde los niños constituyen un grueso importante.
Niñas y niños no acompañados entre los más vulnerables en #CaravanadeMigrantes y refugiados. #ACNUR brinda albergue, alimento y otros tipos de asistencia en Guatemala y el sur de México. https://t.co/2HjvuVao7F
— ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados (@ACNURamericas) October 24, 2018
Financiamiento venezolano
Esta semana, dos nuevos elementos se han incorporado al tema: la posibilidad de que «criminales y desconocidos de Oriente Medio» estarían mezclados con la caravana, según lo anunció sin ahondar en detalles el presidente Donald Trump. O que el financiamiento de la caravana de migrantes provenga del gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, tal como lo indicó el vicepresidente Mike Pence.
«Me dijo (el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández) que la caravana que ahora se abre paso en México (…) fue organizada por organizaciones de izquierda y financiada por Venezuela», subrayó Pence.
En las últimas horas, el gobierno de Estados Unidos, a través de su Secretario de Estado, Mike Pompeo, acentuó aún más sus amenazas. Dijo que la caravana “no tendrá éxito de entrar a los Estados Unidos”, a través de medios ilegales.
The U.S. has a message for those in the caravan—you will not be successful getting into the United States. If you seek to come here as a refugee—go through the normal refugee process. You will not be granted entry into the U.S. through the illegal means of this caravan. pic.twitter.com/AFLm9DTX6F
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) October 23, 2018
Homenaje a los caídos
En Huixtla, México, a unos 50 kilómetros al norte de la frontera con Guatemala, miles de personas se detuvieron para honrar a sus caídos.
El joven hondureño Melvin Josué perdió la vida el lunes en México al caerse de un camión que lo transportaba junto a decenas de otros migrantes. De acuerdo con autoridades, otro migrante murió unos días antes de la misma manera en Guatemala.
Las víctimas son un recordatorio de los peligros de un viaje donde deben enfrentar las inclemencias del clima y a las violentas bandas del crimen organizado en México y Centroamérica.
Cada año, cientos de ellos mueren durante la larga travesía desde Centroamérica al norte. Según Naciones Unidas, el pasado año 412 perdieron la vida en la frontera México-Estados Unidos.
«Cuando escuchamos que venía la caravana (nos unimos) (…) la gente en Guatemala también sufre la pobreza, así que esta es una oportunidad para mejorar la vida de mi familia«, dijo Elsa Romero, una madre guatemalteca de cuatro hijos, en Huixtla.
Planes para combatir la violencia
A fines de marzo otra caravana, también compuesta en su mayoría por hondureños, fue debilitándose a su paso por México y apenas una fracción de los cientos que iniciaron la marcha llegó a la frontera con Estados Unidos.
El próximo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo que buscará combatir la migración de mexicanos y centroamericanos atendiendo sus causas de raíz, con planes para mejorar la calidad de vida y combatiendo la violencia ligada al narcotráfico.
Trump ha saludado el plan pero no ha aminorado sus críticas a México por «hacer poco» para frenar el flujo migratorio, por lo que insiste en levantar un muro en la frontera común.
Es probable que la inmigración ilegal sea un tema importante en las elecciones legislativas del 6 de noviembre en Estados Unidos, cuando los demócratas apuntan a tener una buena posibilidad de ganar el control de la Cámara de Representantes.
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