Por Miguel Ángel Artola
28/01/2017
No pudo ser y Galicia pierde a uno de los grandes referentes en el mundo de la moda. Ya no tenía la importancia de antaño, pero Caramelo era todo un símbolo del textil en el norte de la península. Una de las compañías primigenias en el ecosistema de la región. En los 80 llegó a ser una de las firmas preferidas de los hombres en España para vestir con elegancia pero, al igual que otras marcas, como Adolfo Domínguez o Roberto Verino, vio cómo sus ventas comenzaban a decaer con el paso de los años. Todo lo contrario de lo que sucedía con Inditex y las enseñas asociadas al grupo de Amancio Ortega.
Desde 2008, el empresario Manuel Jove controla la compañía por medio del Grupo Inveravante, especializado en gestión inmobiliaria tras adquirir las participaciones de las familias fundadoras, Caramelo y Gestal. La Xunta de Galicia por medio de la sociedad pública Sodiga también acudió al socorro de Caramelo haciéndose una participación minoritaria de la compañía.
En 2009, se produce el primer gran expediente de regulación de empleo en Caramelo con el despido de 237 empleados y el traslado de la producción textil a países asiáticos. Un error, según los expertos en el sector de la moda, para una compañía localizada en un segmento intermedio entre la ropa de lujo y las tiendas de precios bajos. La pérdida de calidad la terminarían pagando.
Asumido el error Inveravante cambio de rumbo gracias a la contratación de equipos directivos reconocidos en el sector a la vez que apostaba nuevamente por la calidad asociada a la marca en sus orígenes trayendo de Asia la manufactura de las prendas para producir en talleres de Portugal y recuperar el control del diseño y el patronaje.
La primera intentona de reflotar Caramelo terminó con la empresa en concurso de acreedores en abril de 2013. El grupo empresarial de Jove logró negociar la deuda y en marzo de 2014 la compañía estaba libre de cargas para darse una nueva oportunidad. No sin antes desprenderse de otro importante número de empleados en un nuevo ERE.
Los planes de expansión de la compañía permitían albergar la esperanza con plan de expansión, mantenimiento de los corners en los edificios de El Corte Inglés, y la apertura de una nueva sede en el polígono coruñes de Vio.
El pasado 25 de octubre el grupo Inveravante solicitaba al juzgado número 2 de A Coruña la liquidación directa de la empresa y el cierre de todos sus puntos de venta. En un comunicado, el grupo de Manuel Jove reconocía su incapacidad para mantener la firma textil asegurando haber hecho “todo lo posible para recuperar la senda de la rentabilidad” y lamentando “no haber conseguido superar las pérdidas de los últimos ejercicios”.
En la web www.caramelo.com, aún se podía ver hasta hace apenas un mes la colección otoño-invierno 2016-17 con la que la compañía pretendía reflotar las ventas de la marca. La última de una firma símbolo del textil gallego que desgraciadamente pronto será sólo historia.