Los captores furtivos y comerciales están arrasando con la fauna silvestre en países del Sudeste Asiático como Camboya, Laos y Vietnam, para lo cual usan al menos 12,3 millones de trampas que están capturando y matando a más de 700 mamíferos.
Así lo indicó el informe El silencio de las trampas: la crisis de las trampas del Sudeste Asiático. El texto lo hizo la ONG WWF y se dio a conocer este jueves 9 de julio.
Señala que estas herramientas, o cepos, afectan a más de 700 mamíferos en la región. Entre ellos, el elefante asiático y el rinoceronte de Sumatra. También pone en riesgo a los tigres, cuya población ha disminuido.
Aborda la magnitud que este problema representa para las personas, la naturaleza y la vida silvestre. Igualmente, hace una serie de recomendaciones a fin de ayudar a ponerle punto final a la situación.
Advierte, a su vez, que la captura y el tráfico ilegal de animales silvestres puede acarrear enfermedades zoonóticas en un momento como este de pandemia por la COVID-19.
Se calcula, pues, que hay al menos 12,3 millones de trampas en las áreas protegidas de Camboya, la República Democrática Popular Lao y Vietnam. Son trampas que suelen ser pequeñas y que están escondidas en vastas zonas remotas y rurales. Por tanto, a los guardabosques se les dificulta encontrarlas.
Las trampas suelen estar hechas de alambre, nylon o cuerda. Son rudimentarias y se usan para cubrir la demanda de carne y productos de vida silvestre. Cada vez hay una mayor demanda de gente de la ciudad por este tipo de carne; la ven como un manjar.
“Los cazadores furtivos y comerciales están creando trampas, en grandes cantidades, a fin de capturar a los animales para el comercio de la vida silvestre en la región. En muchos casos ese comercio es ilegal”, afirmó el reporte.
Además, aseguran que este tipo de actividades también afecta la seguridad alimentaria de la poca población de esa región que depende de la vida silvestre para alimentarse.
“El tráfico de vida silvestre supone el cuarto negocio ilícito de mayor envergadura tras el tráfico de drogas, el de falsificaciones y el de personas”, publicó el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), de España.
La cuarta edición de la serie #Biodirectos, un ciclo de encuentros a distancia sobre diferentes temas, abordó recientemente el peligro que conlleva el tráfico ilegal de vida silvestre. Se calcula que la actividad genera alrededor de 23.000 millones de dólares al año.
Se informó que se creó un nuevo control en frontera para luchar contra el ingreso de especies exóticas invasoras de animales o plantas.
Alertas ante las enfermedades zoonóticas de la fauna silvestre
El tráfico de la carne de los fauna silvestre también se presta al contagio de enfermedades zoonóticas. El uso de las trampas —afirma la ONG— aumenta la exposición de las personas a las especies que tienen este tipo de enfermedades. La razón es que muchas de esas especies han sido identificadas como unas de los de mayor riesgo de transmisión.
Recomiendan, entre otras medidas, que los Gobiernos endurezcan las leyes para que disuadan a los captores de seguir atacando animales.
A su vez, piden que se den más recursos en pro de las áreas protegidas nacionales. Que los Gobiernos también tomen medidas para limitar la compra, venta, transporte y consumo de estas especies.
La preocupación por las enfermedades zoonóticas surge, asimismo, por la pandemia de la COVID-19. Esta enfermedad infecciosa apareció por primera vez en la ciudad de Wuhan, China, a finales del año pasado. Se ha dicho que surgió en un mercado de animales vivos.
Este 10 de julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de 12.102.328 casos confirmados y 551.046 muertes.
Una enfermedad zoonótica es aquella que se puede transmitir entre animales y personas, señalaron los Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Se pueden deber a virus, bacterias, parásitos y hongos. Los alimentos pueden causar algunas infecciones cuando los animales como las vacas y los cerdos tienen una infección por parásitos como Cryptospodirum o Trichinella.
“Las personas pueden contraer criptosporidiosis si por accidente ingieren comida o agua contaminada con las heces de animales infectados. (…)
Las personas pueden contraer triquinosis al ingerir carne que no está bien cocida o carne cruda de oso, jabalí o cerdos domésticos con infección por el parásito Trichinella”, explicó.
Contra el comercio ilegal
“Más del 70% de las enfermedades humanas actuales tienen un origen animal. Por eso, el comercio ilegal de vida salvaje supone una grave amenaza para la salud de todos.
Muchas de las especies traficadas acaban en los mercados ilegales donde son consumidas”, aseguró WWF España.
La organización expone varias situaciones que se repiten en los mercados asiáticos de comercio ilegal de animales. Pueden afectar a las especies y a las personas.
- Hacinamiento de las especies.
- Permanencia de animales vivos y muertos en el mismo sitio.
- Falta de mínimas condiciones higiénicas.
- Consumo.
- Contacto directo con restos de animales silvestres.
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