La sólida infraestructura turística erigida a pulso en Canarias se ha visto minada por la pandemia y, ahora por la crisis migratoria a punto de estallar si no se ataja a tiempo. En pocas horas desembarcan en sus costas cientos de personas “sin papeles” y son ubicadas en hoteles destinados a recibir turistas, con la protesta de sus propietarios ante el desatino del gobierno.
El incesante flujo de migrantes que emprenden ruta hacia el archipiélago en pateras y cayucos, provoca inestabilidades y disconformidades. En Las Palmas de Gran Canaria se han desatado protestas por el alojamiento de estos inmigrantes en el Hotel San Bartolomé de Tirajana. Cuando debieron ir a los campamentos de refugio que las autoridades prometieron habilitar.
Empresarios y empleados de estos centros turísticos buscan con desespero soluciones con las cuales superar una situación verdaderamente apremiante. En sus pancartas pedían: “Gobierno dimisión”, “Pedro Sánchez arruina Canarias”, “La migración en hoteles destruye el turismo“.
Cifras del Ministerio del Interior señalan que entre el 1 de enero y el 15 de noviembre, han llegado a Canarias 16.760 migrantes, un 1.019,6% más que en igual periodo de 2019. Este dato supera al número de personas que han entrado en forma irregular al resto de España, que se sitúa en 15.667.
Del total en Canarias, unos 7.000 migrantes están en hoteles (42%) y mantenerlos cuesta 300.000 euros diarios, para un sector que ha tenido brutales pérdidas en 2020. Muy a contraste del récord en 2018, cuando la actividad turística directa e indirecta en Canarias generó 16.099 millones de euros. Contribuyó en un 35% con la economía del archipiélago, y generó 343.899 puestos de trabajo.
Se expande crisis migratoria en España
El presidente de la Federación de Hostelería y Turismo de Las Palmas, José María Mañaricúa, insistió en que esos establecimientos deben recuperarse para reactivar la economía regional. Además de que siguen entrando “sin papeles” a los hoteles pese a los anuncios del gobierno de habilitar carpas e instalaciones militares.
¿Este rechazo de pobladores y hoteleros a los migrantes es falta de solidaridad, de ayuda humanitaria?, ¿Es racismo o reales exigencias por superar escollos de la pandemia? ¿Es la necesidad de ordenar este flujo de personas? ¿La combinación de todos esos argumentos?
La crisis migratoria en Canarias tiene su origen en la falta de orden y controles, coinciden voceros de las protestas. Mañaricúa cuestionó la pasividad del Ejecutivo y su lentitud a la hora de poner en marcha los recursos asistenciales anunciados hace dos semanas. “El Gobierno no ha dado la talla”, indicó.
Mientras el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, comentó en los actos conmemorativos al Día de la Constitución, que «hoy es un día de concordia, un día de unión de todas las comunidades de nuestro país». En relación con el fenómeno migratorio insistió en que Canarias es un pueblo acogedor. «No cabe ni la xenofobia, ni el fanatismo ni el racismo”, dijo.
Sin embargo, con antelación, indicó que «es imposible que Canarias sea el muro de Europa a la migración que llega» al continente. Torres ha agradecido «las visitas» de los ministros para dirimir esa contingencia. Pero les recordó que el Gobierno que preside «está para defender esta tierra».
Visiones encontradas sobre la masiva migración
Las protestas no han cesado en diversas localidades de Canarias. No faltó la aglomeración a las puertas de la presidencia del gobierno canario. “Sánchez dimisión” o “Torres deja de mentir”, fueron algunas de las consignas de los manifestantes que exigen el desalojo de los inmigrantes acogidos en complejos turísticos.
Fátima Hernández, una de las activistas comentó que la situación de los llegados en patera “le preocupa”, pero más, la “economía de sus familiares en ERTE”. Y agregó, entre risas, que “si para la gente estas ideas son racistas, soy la presidenta de los racistas”.
Contrariamente, Antonio Vélez, portavoz de la plataforma Únete por Canarias -organizadora de la protesta- manifestó que “no pretende ir contra los inmigrantes”. Defiende que “la administración les busque a estas personas una ubicación digna, pero fuera de los hoteles”.
Entretanto, Santiago Abascal, presidente de Vox, afirmó en Lanzarote, que la inmigración irregular que afecta al archipiélago está destruyendo la imagen de Canarias. «Una tierra que se desangra y ve perder su economía basada en el turismo», apuntó.
El líder político se refirió al origen de la crisis migratoria de Canarias en su visita a Tenerife. “Se trata de una inmigración masiva promovida por los poderes, las élites y las oligarquías políticas españolas y europeas. Estamos ante una invasión migratoria que exige una respuesta», declaró.
A la espera de una intermediación europea
Entre manifestaciones y protestas, el Gobierno ha pedido ayuda a la Unión Europea para afrontar la crisis migratoria en Canarias.
Ylva Johansson, comisaria de Interior de la UE y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska iniciaron conversaciones que apuntan a aligerar trámites de repatriación a Marruecos de unos 16.00 migrantes irregulares en Canarias.
Mientras, la migración no se detiene. Este sábado llegaron otros 231 magrebíes arriesgando sus vidas en busca de oportunidades. Salvamento Marítimo informó que salieron al rescate de 8 pateras con 25 ocupantes cada una. Los migrantes rescatados fueron trasladados hasta el Muelle de Arguineguín (Gran Canaria), otro de los focos de mayor concentración de estas personas.
Muchos llegan deshidratados y con niveles de desnutrición. La Cruz Roja y las autoridades dispuestas para atenderlos toman las previsiones sanitarias de rigor en la pandemia por la COVID-19.
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