En Camila Pang converge un curioso cóctel de neurodiversidades. Dice tener TEA (Trastorno del Espectro Autista), TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) y TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizada. De ser una complejidad para su vida, su familia y entorno, se convirtió en una ventaja. La joven de 28 años, además de especialista en bioinformática traslacional y tener un doctorado en Bioquímica de la University College de Londres. Se conoce y sabe explicar al mundo su intrincada personalidad y la de las personas neuroatípicas o neurodivergentes.
Es la autora de «Cómo ser humano. Lo que la ciencia nos enseña sobre la vida, el amor y las relaciones». Ganó el premio de inversión Royal Society Insight en 2020, el mismo que anteriormente reconoció a Stephen Hawking.
Camilla Pang luchó por comprender el mundo que la rodeaba y la forma en que trabajaban las personas. Desesperada por una solución, le preguntó a su madre si había un manual de instrucciones para humanos que pudiera consultar. Pero, sin recibir la respuesta esperada, comenzó a crear el suyo propio. Armada con un doctorado en bioquímica, desmantela costumbres sociales poco claras. E identifica lo que es un “ser humano” utilizando su experiencia y la ciencia.
«Construí muchos de mis mecanismos para lidiar (con las situaciones) utilizando la ciencia. Ella me ayudó a crear mi sensación de seguridad, era la forma en que yo veía el mundo», contó a BBC Mundo.
No se trataba solo de números, sino «de las relaciones entre las cosas y de cómo encajaban entre sí». Sintió que podía encasillar «a los humanos» en esos esquemas porque era la única forma en que los podía ver interactuar. Pero a medida que crecía, se dio cuenta de que hay «muchos matices», no solo en los humanos, sino en el proceso científico.
Cómo entender a las personas neurodivergentes
Camila Pang ha transitado sus complejidades como cualquier chica de su edad y con la mirada científica se ha sumergido en lo que perciben las personas neurodivergentes y esos “matices” de los que haba.
«Eso me hizo sentir muy decepcionada porque sabía que me estaba perdiendo algo y si hay algo con lo que me cuesta quedarme tranquila es cuando sé que hay algo que no he considerado».
Pese a «todo el trabajo» que había hecho por tratar de poner todo «en su lugar», se desilusionó. «Pensaba que iba a poder aliviar mi ansiedad, pero lo que sucedió es que comencé a tener más ataques de pánico. Y a darme cuenta de que obviamente no lo sabía todo, al punto de no saber cómo navegar mi día. Cómo armarlo cuando me despertara en la mañana para saber qué hacer».
Comenta que «por un tiempo perdí la fe en mis propias reglas. Pero nunca en mi capacidad de aprender y creo que esta es una de las razones por las que simplemente seguí intentándolo».
La ciencia le dio «una lente para comprender el comportamiento humano» y ver el mundo. Se convirtió en su «paleta» desde la cual lo observaba. «Me ayudó a colorear mi mundo para que todo tuviera su propia forma, su propio lugar en mi mente» reseña BBC Mundo.
Así, la ciencia le ayudó a visualizar su «lugar» dentro del mundo «al hacerme consciente de los procesos, de cómo las cosas podrían comportarse y las diferentes condiciones en que lo hacían».
Tratar de entender el funcionamiento del mundo, «de todo lo que me rodea», le dio el punto de partida para determinar a dónde ir «a continuación». La ciencia, indica, fue la llave que le permitió abrir las puertas que de otro modo estarían cerradas para ella.
Otra visión del autismo
En su página web, Camila Pang escribe: “Bendecida con la sólida combinación de TEA, TDAH y doctorado, uso los poderes de la neurodiversidad para navegar por las conexiones ignoradas de las personas neurodivergentes. De cómo la psicología humana puede deambular más allá de la norma. El estudio de los humanos y los sistemas evolutivos análogos son mi pasión de toda la vida. Alimentada por los libros, la observación y la intrincada percepción que proceso a través de los lentes de la ciencia y el arte en mis escritos”.
Pang está tratando de desafiar los mitos sobre la neurodivergencia y hay varios sobre el autismo con los que quiere acabar.
El autismo en las niñas se presenta de una manera muy diferente a la de los niños, empieza. «Por esa razón, creo que muchas mujeres no están bien diagnosticadas. Es necesario enfocarse en el diagnóstico de los distintos tipos de síntomas y cómo se manifiestan en contextos diversos. Un ejemplo de esto es que en el caso de las mujeres, se enmascara de manera muy distinta».
Añade que «esto también puede verse en comunidades donde conviven razas diferentes. Porque partimos de que la mera forma de vivir y de existir ya es cuestionada por personas poco amables, racistas».
Esto, además, dice “te hace actuar con cierta cautela y al tener que partir de ese nivel de precaución, también vas a enmascarar y presentar estos síntomas de manera muy distinta. Y esta es una de las razones por las que creo que el autismo está muy sesgado hacia los hombres blancos, como sucede en todos los demás sistemas. Pero hablando específicamente del autismo, se trata de un trastorno social.
«Y quiero resaltar esto porque cómo se presenta depende del entorno y también de la persona en cuestión».