Una copita de vino alarga la vida. Sí, ¿en verdad? Durante mucho tiempo se ha atribuido a esta bebida milenaria propiedades fantásticas que atesoran, a veces en secreto, algunas personas longevas. Esta posibilidad también es alimentada por aquellos que disfrutan de un par de cervezas al final de la jornada para desestresarse o aliviar el calor. Lo cierto es que, según la Universidad de Cambridge, beber alcohol regularmente más de lo recomendado podría quitar años de vida. Sugiere el estudio que reducir las “pintas” o jarras de cerveza disminuye los riesgos a la salud.
La investigación muestra que beber más alcohol se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, aneurisma fatal, insuficiencia cardíaca y muerte. El consumo de estas bebidas es el quinto factor que más contribuye a la muerte. En 2016 se estimó que causó aproximadamente 3 millones de decesos en todo el mundo.
Los autores dicen que sus hallazgos desafían la creencia generalizada de que beber con moderación es beneficioso para la salud cardiovascular. Las pintas en el Reino Unido equivalen a 0,57 litros.
El estudio de Cambridge comparó los hábitos de salud y bebida de más de 600.000 personas en 19 países de todo el mundo y controló la edad, el tabaquismo, los antecedentes de diabetes, el nivel de educación y la ocupación.
Los resultados, publicados en la revista PLoS Medicine, indican que servir pintas más pequeñas en los pubs, bares y restaurantes sería una forma eficaz de reducir el consumo general de alcohol.
Alto consumo de cerveza no es bueno para la salud
El límite superior seguro de consumo de alcohol era de aproximadamente cinco tragos por semana. Equivalente a 100 g de alcohol puro, 12,5 unidades o poco más de cinco pintas de cerveza al 4% ABV – contenido de alcohol- o cinco vasos de 175 ml de vino al 13% ABV.
Sin embargo, tomar por encima de este límite se relacionó con una menor esperanza de vida. Por ejemplo, tomar 10 o más tragos por semana se relacionó con una esperanza de vida más corta de uno a dos años. Mientras que beber 18 tragos o más por semana se relacionó con una esperanza de vida más corta de cuatro a cinco años.
Porciones más pequeñas podrían contribuir a reducir el consumo de alcohol en todas las poblaciones y, por lo tanto, disminuir el riesgo de enfermedades, incluido el cáncer. El estudio de Cambridge es el primero en evaluar el impacto en las ventas de cerveza, lager (elaborada y acondicionada a baja temperatura) y sidra y consecuentemente en la salud.
Uno de los objetivos es convencer y concienciar en la eliminación del barril más grande (1 pinta imperial) de las opciones disponibles en locales autorizados en condiciones reales. La profesora Dame Theresa Marteau y sus colegas de la Unidad de Investigación sobre Comportamiento y Salud han demostrado anteriormente que servir vino en vasos más pequeños se asocia con una disminución en las ventas.
Para ver si este efecto se observaba con otras bebidas alcohólicas, se acercaron a locales en Inglaterra y les pidieron que eliminaran el tamaño de la porción de medio litro. Y en su lugar ofrecieran dos tercios como opción más grande durante cuatro semanas. Con períodos de cuatro semanas sin intervención antes y después a modo de comparación.
Pintas más pequeña, a menor oferta mejor salud
El equipo descubrió que la eliminación de la pinta redujo el volumen medio diario de cerveza, cerveza rubia y sidra vendidas en un 9,7%. Aunque se produjo un ligero aumento en la cantidad de vino comprado, con un pub que contribuyó a la mitad del alza de las ventas de vino.
Señalan los investigadores que, aunque los clientes no se quejaron, menos del 1% de los locales consultados aceptaron participar y la intervención sólo afectó a 12 establecimientos.
“El alcohol perjudica nuestra salud, ya que aumenta el riesgo de sufrir lesiones y muchas enfermedades. Entre ellas las cardiopatías y los cánceres de intestino, mama e hígado. Aunque a todos nos guste beber cerveza o vino, cuanto menos bebamos mejor será nuestra salud”, sostiene Marteau. E insiste en que la eliminación de la ración más grande de cerveza, cerveza rubia y sidra -en este caso, la pinta- podría animar a la gente a beber menos. Esto podría ser beneficioso tanto para la salud de la nación como para la de los individuos.
La experta considera necesario realizar más evaluaciones. Sobre todo para saber si la reducción del consumo de cerveza se compensa con el consumo de otras bebidas alcohólicas. Pero la intervención merece ser tenida en cuenta para su inclusión en las políticas de control del alcohol. Unas raciones más pequeñas podrían contribuir a reducir el consumo de alcohol entre la población y sus riesgos.
Los resultados llevaron a académicos de Cambridge a pedir al gobierno que deje de servir la cerveza en pintas para reducir la ingesta de alcohol en Gran Bretaña. Según los investigadores, esto podría ser suficiente para luchar contra varios problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de cerveza y otras bebidas alcohólicas.
La política como factor modelador
El Gobierno no tiene previsto suprimir el tamaño de pinta para la cerveza de barril, pero Lord Vaizey, ex ministro conservador, comentó a la BBC que le parecía “una buena idea” que no debía “descartarse de plano”.
Afirmó que “ofrecer a la gente lo que parece una pinta, pero no es una pinta, significa que uno acaba bebiendo quizá menos y está más sano”.
Los investigadores descubrieron que los bebedores tienden a ceñirse a un número concreto de raciones cuando beben en un bar, independientemente del tamaño. Y con 568 ml, la pinta imperial -la medida británica preferida para las cervezas desde el siglo XVII- es mayor que las raciones típicas de Estados Unidos (473 ml), Bélgica (250 ml), Francia (330 ml) y Alemania (500 ml).
En un ensayo similar realizado en enero, las ventas de vino cayeron cuando se suprimió el tamaño de vaso más grande, normalmente de 250 ml.
El diputado laborista Josh Simons, aliado del primer ministro Sir Keir Starmer, declaró que no apoyaría ningún plan para eliminar las pintas como medida superior de las bebidas. “Los pubs son lugares donde la gente se reúne; en cierto sentido, son bienes públicos”, dijo al diario británico.
Simons se mostró “incómodo” con que el Gobierno dicte el tamaño de los vasos. Sin embargo Sir Keir confirmó que el gobierno está estudiando normas más estrictas sobre el consumo de tabaco en los jardines de los pubs y otros espacios al aire libre para reducir el número de muertes evitables relacionadas con el consumo de tabaco. Pero el Secretario de Sanidad, Wes Streeting, sostuvo que los laboristas no quieren ser la “policía de la diversión”.