Por Javier Díaz.
Responsable del área de consultoría de energía en Ayming
El mercado diario de electricidad pierde algo de fuelle, cerrando octubre en los 65 €/Mwh. Lo que supone un descenso del 8,6% respecto al dato de septiembre. Esto es debido principalmente a las ya conocidas medidas tomadas por el Gobierno. También a las correcciones de algunos fundamentales como el Brent, o los derechos de emisiones de CO2 y a la vuelta de la eólica. Los cambios regulatorios condicionará el futuro.
Aunque es un registro positivo, continuamos estando en una situación muy compleja sin que haya variado significativamente en su fondo. Solo hace falta tomar distancia comparando este registro con el de octubre de 2017, que fue un 14% más económico. Igualmente, con la media de los octubres desde 2014, un 21% más barato, para ratificar la gravedad del momento.
2019, inmune al resto de caídas
Lo más sorprendente de este mes lo encontramos en el mercado de futuros en los contratos para 2019. La cotización de los meses de noviembre y diciembre ha corregido significativamente en octubre, perdiendo un 13%. Sin embargo, en el año 2019 se ha mantenido en la banda entre los 60 y 61 €/Mwh, tras la corrección inicial en septiembre. Esta corrección se ha registrado después de la comparecencia de la ministra de Transición Ecológica.
Aunque es cierto que las dos principales medidas anunciadas que tienen repercusión para la industria solo estarán vigentes 6 meses. Se trata de la suspensión del impuesto de generación del 7% y del céntimo verde. Pero no deja de llamar la atención que no se haya reflejado en su cotización la propia tendencia del diario. Así como la caída del 15% del Brent o la corrección de los derechos de emisiones de CO2.
Mes de grandes cambios regulatorios
En este análisis habitualmente solemos centramos en aspectos de mercado. No obstante, este mes es imposible no repasar la cantidad de cambios regulatorios. Tanto los que que han entrado en vigor como los que están están tratándose, tanto a nivel nacional como internacional.
Empezaríamos completando el repaso del Real Decreto-ley 15/2018. Entre las muchas medidas quiero destacar la polémica transformación de la tarifa 6.1B en la tarifa 6.2. Este cambio impacta sobre todo en la industria vasca, y genera opiniones encontradas en otras regiones.
Por otro lado, el Gobierno ha acordado una serie de medidas con Podemos para salvar los PGE 2019. En este sentido, ha pactado realizar los cambios normativos en el funcionamiento del mercado eléctrico. Pretenden acabar con los windfall profits (beneficios caídos del cielo). Consideran que estos beneficios los reciben algunas tecnologías como la nuclear o la hidráulica en el mercado mayorista. También persiguen la reducción del porcentaje que representa el término de potencia en la factura.
Medidas del Gobierno
El ejecutivo también ha anunciado distintas medidas que se relacionan a continuación:
a) La creación de un grupo de trabajo para la reforma del mercado eléctrico.
b) El acuerdo sobre el carbón para el periodo 2019-2027, con la dotación de un fondo de unos 250 millones de € para la reconversión
c) La cercanía de un acuerdo con la CNMC para devolverle al regulador las competencias en los peajes eléctricos.
d) La presentación en las próximas semanas de una propuesta para la prórroga de las concesiones de las centrales hidroeléctricas.
e) Mostraron dudas sobre la decisión respecto al futuro de las nucleares hasta tener toda la información.
f) Al igual que anunció un posible replanteamiento de la subasta de interrumpibilidad.
g) Confirmó que se está trabajando en el nuevo marco normativo relacionado con la repotenciación eólica que deberá ver la luz próximamente.
Aspectos de gran calado
Todo esto, sin perder de vista que a nivel europeo se están tratando dos grandes asuntos. Se trata de los nuevos mecanismos de capacidad para los que el Consejo y Parlamento Europeo continúan atascados. También se está intentando concretar el escenario que nos encontraremos en el mercado de derechos de emisiones de CO2, a consecuencia del Brexit, a partir de abril de 2019.
Y por si todo esto fuera poco, Alcoa anunciando, como cabeza de cartel de la fuga de carbono, el cierre de dos de sus factorías.
Con todos estos temas encima de la mesa, quién puede decir que no tenemos por delante unos meses muy interesantes. En este periodo se decidirán aspectos de gran calado que pueden llegar a dibujar un escenario considerablemente diferente al actual.
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