Por Cambio16
07/07/2018
Es oficial: EEUU y China han disparado las salvas de apertura de lo que puede convertirse en una guerra comercial en toda regla entre las dos economías más grandes del mundo.
Este viernes, la Administración Trump impuso aranceles radicales por valor de $ 34 mil millones sobre productos chinos. Incluidos los televisores de pantalla plana, piezas de aviones y dispositivos médicos. Los productos marcados para los aranceles ahora enfrentarán un impuesto de frontera del 25% cuando se importen a EEUU.
El objetivo es «castigar» a China al hacer que los productos chinos sean más caros para que lo compren consumidores y empresas estadounidenses. La lógica estadounidense es que, si los productos chinos de repente se vuelven más caros, comprarán esos mismos productos en otro lugar y las empresas chinas perderán dinero.
En consecuencia, China acusó inmediatamente a Estados Unidos de comenzar «la guerra comercial más grande de la historia económica hasta la fecha». Por ende respondió tomando la misma medida a la inversa. Impuesto de 25% por un valor de por valor de $ 34 mil millones a productos estadounidenses. Incluyendo soja, automóviles y langostas.
¿Por qué la guerra comercial entre EEUU y China?
La administración de Trump oficializó sus impuestos a China luego de concluir una investigación sobre algunas de las prácticas comerciales más controvertidas del país asiático. Primeramente, aseguran, las nuevas barreras comerciales están diseñadas para «penalizar» a China. Principalmente por hacer cosas como obligar a negocios extranjeros a entregar su tecnología más preciada a compañías chinas, muchas de ellas estatales, a cambio de acceder a su mercado.
Pero este es sólo el comienzo, pues vienen más impuestos. Se espera que EEUU imponga impuestos fronterizos a más productos chinos por un valor adicional de $16 mil millones en dos semanas. Y Trump dijo el jueves que, dependiendo de cómo responda China a sus aranceles, está considerando colocar otro impuesto por valor de $500 mil millones.
Tanto la ronda inicial de aranceles de EEUU y China se diseñan para herir profundamente. Estados Unidos está apuntando a los productos chinos de alta tecnología. Principalmente para presionar económicamente al programa «Made in China 2025» de Pekín, una iniciativa del gobierno chino para transformar a China en una potencia manufacturera avanzada.
Por su parte, China ha apuntado deliberadamente a las grandes exportaciones agrícolas de Estados Unidos. Especialmente relevante es el caso de la soja, que proviene de estados en el corazón del país de Trump. Donde ni el presidente ni su partido quieren ver inestabilidad económica o pérdidas de empleos. Sobretodo con la cercanía de las elecciones de mitad de período de 2018.
¿Por qué importa?
Los países entran en discusiones sobre el comercio todo el tiempo. Para resolverlos, pueden ir a la Organización Mundial del Comercio y hacer que decidan quién tiene la razón y quién está equivocado. También pueden negociar directamente entre ellos para llegar a un acuerdo. O simplemente pueden imponer aranceles unilaterales sobre los bienes de los demás.
Ese último escenario es el que tiene el potencial de convertirse en una guerra comercial. Si dos países toman ataques puntuales en las economías de los demás, entonces no es un gran problema. Pero si el ojo por ojo continúa, con cada país poniendo más y más aranceles entre sí, entonces usted tiene una guerra comercial. Una que, además, tiene la potencialidad de generar un efecto dominó poderoso en la economía global. Tomando en cuenta quiénes son los actores involucrados.
Teniendo en cuenta las amenazas de Trump para mantener sus tarifas en marcha, cualquier cosa puede pasar.