Por Cambio16
06/02/2018
Aunque la caída ha sido después mitigada, el desplome de Wall Street ha hecho mella en la apertura de las bolsas europeas. Los mercados registraban fuertes caídas en la apertura. Lo que suponía dar continuidad a las registradas el lunes en la Bolsa de Nueva York. Todo por el temor a que la buena marcha de la economía estadounidense lleve a la Reserva Federal a acelerar o ampliar la subida de tipos planificada desde hace meses.
El desplome de Wall Street ha llevado al Ibex de la Bolsa madrileña a iniciar la sesión con un retroceso del 3,2%. Pero una hora más tarde, ha podido contener los nervios. Y el selectivo ha reducido a menos de la mitad las pérdidas. Así, a las 10 de la mañana, cedía un 1,2% y se acercaba de nuevo a los 9.900 puntos.
Lo mismo ha sucedido en el resto de los mercados europeos, que habían comenzado con caídas superiores al 3%. Una hora después, el FTSE 100 de Londres perdía un 1,72%. El DAX de Fráncfort cedía un 1,98%. El CAC 40 de París se dejaba un 1,45%. Y el FTSE Mib de Milán retrocedía un 1,45%.
Las razones del desplome de Wall Street
En los mercados de deuda, la prima de riesgo española se colocaba en los 74,10 puntos básicos. Con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,45%. En cuanto a las divisas, el euro remontaba frente al dólar y se cambiaba a 1,2414 monedas estadounidenses.
La caída del Dow Jones en EEUU dejó ayer perpleja a la economía global. Cayó más de 1.000 puntos. Se trata del mayor desplome de Wall Street jamás registrado en un día de negociación. El S&P 500, el índice compuesto de 500 grandes empresas estadounidenses, disminuyó más del 4%. Y el Nasdaq también cayó considerablemente.
Fue el peor día para los mercados desde agosto de 2011. El Dow cayó hasta en 1.500 puntos durante las operaciones del lunes antes de terminar el día con 1.175 puntos a 24.345, un descenso del 4,6% en el día. Por consiguiente, la caída del Dow Jones ha borrado todas las ganancias obtenidas en 2018 e incluso algunas realizadas durante 2017. El año en que Donald Trump tomó las riendas.
Una de las razones de semejante desplome de Wall Street tiene que ver con el informe sobre el empleo estadounidense del pasado viernes. Los salarios en EEUU registraron la mayor subida de 2009 (2,9% en comparación al año anterior). Por lo que los inversionistas especulan que habrá mayor inflación. Asimismo, temen que el aumento de las tasas de interés impida la recuperación del récord de mercado.
Aumento de los salarios
El aumento de los salarios provocó que los inversionistas empezaran a salir en bloque de los bonos soberanos. Las caídas más dramáticas del Dow Jones fueron las de la petrolera ExxonMobil (-4,28%), Johnson & Johnson (2,59%) y la farmacéutica Pfizer (-2,09%).
Pero además la caída del Dow Jones debe verse en un contexto global. Lo que comenzó el viernes continuó el lunes y llegó mucho más allá de los EEUU. Los mercados asiáticos y europeos vieron ventas masivas. Los precios del petróleo disminuyeron. Y hasta el Bitcoin se desplomó por debajo de los 7.000 dólares. Se cotizaba por encima de 19.000 en diciembre.
En términos reales, la caída del Dow Jones representa una disminución del 4,6%. Por ende, no está cerca de la mayor caída porcentual del índice (7%, experimentado durante la crisis financiera de 2008). Asimismo es insignificante en comparación con la caída del mercado en Black Monday en 1987.
Aumento de las tasas de interés
La clave, según los analistas, está en las próximos giros en la tasas de interés. Si la economía estadounidense continúa calentándose y la inflación aumenta, eso podría impulsar a la Reserva Federal a aumentar las tasas de interés más rápido de lo esperado. Y el aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal, más el aumento de los rendimientos de los bonos, generalmente pone nerviosos a los inversores bursátiles.
Los mercados es que son notoriamente impredecibles. Por ende, la caída histórica del Dow Jones debería ser un mensaje para Donald Trump. El mandatario ha vinculado el éxito del mercado bursátil a su presidencia. En su discurso sobre el Estado de la Unión se jactó de que “el mercado bursátil ha destrozado un récord tras otro”.