No es de sorprender que con la llegada de la pandemia de la COVID-19 las preocupaciones de los españoles hayan cambiado. El Banco Europeo de Inversiones, organismo financiero de la Unión Europea, sitúa a la pandemia, el desempleo y la crisis financiera como los tres retos más significativos a los que se enfrentan las personas. El cambio climático cayó este año hasta el sexto lugar de la lista, cuando el año pasado ocupaba el tercer lugar.
Sin embargo, el Banco Europeo de Inversiones también pudo constatar que la mayoría de los españoles, un 64%, defiende que la recuperación productiva «tenga claramente en cuenta las necesidades de la acción climática». Todavía, un 36% que prefiere «impulsar la economía por cualquier medio» para volver a la senda anterior al COVID-19.
La encuesta, en su tercera edición anual que realiza el BEI con el grupo especializado en sondeos BVA, abarcó los 27 Estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido, Estados Unidos y China. Es un sondeo monográfico sobre cambio climático y en esta entrega las preguntas se realizaron entre el 7 y el 23 de octubre a 30.000 personas de esos 30 países. En España los entrevistados fueron 2.000, la misma cantidad que en Alemania, Francia e Italia.
Un cambio en los retos de la ciudadanía
Los autores de la encuesta explican que como España es uno de los países europeos más afectados por la pandemia, la crisis sanitaria ha alterado de manera significativa «la jerarquía de los retos» a los que se enfrentan los españoles. De hecho, para 81% de los encuestados, la pandemia es el principal desafío, frente al 72% de la media de la UE, 7% de Estados Unidos y 59% de China. Precisamente, fue en China donde los encuestados posicionaron el cambio climático en el primer lugar de sus preocupaciones.
La experta en sociología y cambio climático Mercedes Pardo-Buendía, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, considera lógico el desplazamiento que tuvo el calentamiento global entre las preocupaciones de los españoles. «La preocupación por el medio ambiente es un valor de sociedades desarrolladas, posmaterialista», detalla. El tema es que mientras se retrocede en lo material, por la crisis sanitaria y económica, el cambio climático cae en la lista de preocupaciones.
De hecho, en España los otros dos problemas principales que más se mencionan son el desempleo y la crisis financiera. Eso sí, Pardo-Buendía hace una salvedad. Explica que ese desplazamiento no implica que ahora el cambio climático dejó de importar, sino que ahora hay otros asuntos «de más urgencia». Su visión es que el cambio climático está interiorizado en las políticas de gestión y en los valores.
La recuperación y el cambio climático
Un ejemplo de que los españoles tienen interiorizado el problema del cambio climático puede ser la respuesta que la mayoría de los encuestados en España dan sobre la recuperación económica. Pues el 64% sostiene que se debe hacer tomando en cuenta la acción contra el cambio climático.
En este aspecto España está junto con Alemania, Francia y Malta en la cabeza de los países de la UE que consideran que la recuperación debe combatir también las emisiones de gases de efecto invernadero. Como media, el 57% de los encuestados de la UE creen en esa vía. En China el porcentaje es de 73% y en Estados Unidos es de 49%, por debajo de la mayoría.
Por el lado contrario se ubicaría el 36% de los españoles que consideran que la prioridad es que el Gobierno impulse la economía por cualquier medio. Reanudar el crecimiento económico que se registraba antes de la pandemia. En este caso llama la atención la identificación ideológica de los encuestados. Cuanto más a la derecha, más rechazan que esa recuperación deba tener en cuenta el cambio climático. De hecho, 64% de los que se consideran de extrema derecha creen que se debe impulsar la economía «por cualquier medio».
Pardo-Buendía explica que durante los últimos años en España esta distinción ideológica frente al cambio climático se había ido diluyendo.
Políticas nacionales y europeas en pro del cambio climático
Un 71% de los españoles encuestados no considera que las políticas del Gobierno sitúen al país en la vanguardia contra el cambio climático, a diferencia de otros Estados. Sin embargo, sí se muestran positivos con el desempeño de la Unión Europea. Un 66% cree que la UE está a la cabeza de esta lucha respecto a China y Estados Unidos. De hecho, los españoles coinciden con la media de la UE en su respuesta.
El BEI también hizo referencia en su encuesta a las medidas que se han tomado durante la pandemia para frenar los contagios de la COVID-19. Como el uso de mascarilla, restricciones y los confinamientos. Preguntados por si sería favorable que el Gobierno imponga medidas más estrictas «que obliguen a los ciudadanos a cambiar su comportamiento para hacer frente al cambio climático», 79% en España está dispuesto. Mujeres (83%), jóvenes entre 15 y 29 años (83%) y votantes de izquierda (89%) son los que más avalan este tipo de medidas.
El cambio climático es una realidad. El 76% de los españoles entrevistados sostiene que es un problema que tiene impactos en su vida cotidiana, un resultado que está en sintonía con la media de la UE (75%) y un poco por encima de la de Estados Unidos (72%), aunque por debajo de las respuestas en China. En el país asiático 94% de las personas creen que el calentamiento se nota en su vida diaria.
España y el cambio climático
Desde la industrialización en el siglo XX, la temperatura de la Tierra ha aumentado como consecuencia del cambio climático. Con ello se han incrementado los riesgos de incendios, la falta de agua potable, inundaciones, sequías y pérdidas de grandes cosechas.
Todos estos factores se han visto en España y con el paso del tiempo aumentan en intensidad y frecuencia. Amenazan con causar daños millonarios en las próximas décadas. Las emisiones de gases de efecto invernadero han sido de tal magnitud en el último medio siglo que ahora el reto es reducir esas emisiones para que el calentamiento global se quede dentro de límites menos catastróficos.
Dentro de Europa, España se encuentra en la zona roja de los impactos del calentamiento. Las regiones del sur y del Mediterráneo serán las más golpeadas de la UE, de acuerdo con los estudios científicos. Pero muchos de esos impactos se pueden minimizar y prevenir si se siguen programas de adaptación.
En septiembre pasado el Gobierno de España aprobó un plan de adaptación al cambio climático que contempla 81 líneas de acción. Ideales para «construir una economía y una sociedad más segura y menos vulnerable». Son actuaciones que tendrán que desarrollarse durante esta década y que tienen que ver con la salud, las costas, gestión del agua, agricultura, biodiversidad y lucha contra la desertificación o el turismo.
Es un plan que también se marca como objetivo mejorar el conocimiento de los impactos del calentamiento en los principales sectores económicos. Para ello se establece la obligación para el Ministerio de Transición Ecológica de elaborar una informe de síntesis por lo menos quincenal. En él se plasmaría la evolución de los riesgos e impactos derivados del cambio climático.
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