El cambio climático impacta la disponibilidad de distintos recursos, y el agua no es la excepción. La comunidad científica mundial ha encendido las alarmas ante esta realidad. El tema debe llamarnos a reflexión a todos y cada uno de nosotros.
Un viejo fenómeno con nuevos actores
El cambio climático es un fenómeno recurrente en la Tierra. A lo largo de extensos periodos geológicos, nuestro planeta ha experimentado sucesivos enfriamientos y calentamientos globales. Sin embargo, estas variaciones, aún las más breves, ocurren durante lapsos de al menos miles de años.
Ello da pie a la posibilidad de adaptaciones de la vida y los recursos del planeta. Todo esto gracias a lo paulatino de las variaciones térmicas.
En todos esos casos, factores propios del sistema climático terrestre han causado las alteraciones térmicas.
No obstante, el fenómeno que enfrentamos ahora presenta dos diferencias fundamentales con respecto a los anteriores. En primer lugar, la variación del clima se está dando de una manera mucho más acelerada. Hablamos ahora de década en lugar de milenios. Ello da poco margen de adaptación de los seres vivos (incluidos los humanos). La otra variante es que en esta ocasión la causa es la actividad de la sociedad moderna.
El actual fenómeno se debe principalmente al aumento de la emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera. El incremento está ligado al crecimiento industrial, de consumo y de población, que ha sufrido el planeta. El fenómeno se da particularmente en el último siglo.
Efectos del cambio climático en el agua
Las consecuencias del cambio climático se reflejan ya a escala global y el agua es el recurso natural que más notará estos cambios. La ciencia admite que esto provocará modificaciones en el ciclo hidrológico. Esto hará que sus efectos se hagan sentir más directamente en la población. Cambios en los patrones de lluvia (sequía, inundaciones), aumento del nivel del mar, desertificación… En resumen, alteraciones en la disponibilidad y el reparto de agua en todos los continentes.
A modo general las previsiones científicas confirman que la variabilidad de los recursos hídricos aumentará. Esto significa que serán más frecuentes y duraderos los episodios de sequía en regiones ya áridas. Al mismo tiempo, la disponibilidad de agua aumentará en las latitudes septentrionales del planeta.
Se espera que el cambio climático aumente la presión sobre el recurso agua. Modificará el ciclo del agua, incluidas las precipitaciones. También incrementará la humedad del suelo. Ello impactará en el escurrimiento, la evaporación, el vapor atmosférico y la temperatura del agua. De esta manera, el cambio climático tendrá como consecuencia condiciones más extremas.
El cambio climático está afectando a los grandes cuerpos de agua del planeta. La temperatura de la superficie de la tierra ha aumentado. Como consecuencia de ello se ha producido el deshielo de los glaciares y de los polos. El aumento del nivel del mar en un futuro podría alcanzar los 7 metros. A consecuencia de ello, ciudades como Londres y Los Ángeles desaparecerían sumergidas.
La Organización de Naciones Unidas lleva mucho tiempo abordando la crisis mundial derivada de un abastecimiento de agua insuficiente y la creciente demanda de agua para satisfacer las necesidades humanas, comerciales y agrícolas.
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