Por Cambio16
05/10/2017
.
California se declaró este jueves «estado santuario» para proteger a los inmigrantes indocumentados con la firma del gobernador estatal, el demócrata Jerry Brown, de una ley en este sentido.
«Son tiempos inciertos para los californianos sin documentos y sus familias», señaló Brown en su mensaje al dar el visto bueno a la normativa.
«Esta ley encuentra un punto intermedio que protegerá la seguridad pública mientras aporta una medida de consuelo para aquellas familias que están ahora viviendo con miedo cada día», añadió.
Entre las “ciudades santuario”, como se define a aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades federales para deportar a inmigrantes, figuran urbes tan importantes de EEUU como Nueva York o Los Ángeles. En esas circunscripciones, la policía local se niega a aplicar las leyes migratorias y rechaza informar a los agentes migratorios de cuándo van a poner en libertad a un inmigrante detenido o encarcelado y que, según la ley, debería ser deportado por haber cometido un crimen.
En las últimas semanas, estas ciudades y sus políticas frente a los indocumentados han estado en el ojo del huracán, luego que el director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Thomas Homan, anunció hace semanas atrás el despliegue más agentes migratorios en las “ciudades santuario”, acto seguido de la detención de más de 500 inmigrantes en menos de una semana.
La operación policial se desarrolló en once lugares: los estados de Massachusetts e Illinois, los condados de Cook County (Illinois) y Santa Clara (California), así como las ciudades de Baltimore, Denver, Los Ángeles, Nueva York, Filadelfia, Portland y Washington.
En el ojo de Trump
Desde su llegada al poder el 20 de enero, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha emprendido una dura batalla contra “las ciudades santuario”, a las que acusa de poner en peligro la seguridad de sus ciudadanos y a las que ha tratado de privar de fondos federales, destinados por ejemplo a mejorar el equipo policial de sus agentes.
Frente a ello, los alcaldes de las “ciudades santuario”, la mayor parte demócratas, aseguran que las políticas del Gobierno son las que ponen en peligro al país, pues debilitan la cooperación entre las policías locales y las minorías hispana y afroamericana.