California se ha convertido en la primera jurisdicción en el mundo en ordenar la eliminación gradual de camiones diésel en un intento por reducir la contaminación del aire y mejorar la salud pública. El Consejo de Recursos del Aire de California (CARB) votó unánimemente para exigir que, a partir de 2036, todos los camiones medianos y pesados vendidos en el estado deben ser eléctricos o impulsados por otras tecnologías de cero emisiones. Las grandes empresas de transporte deben convertir sus flotas de California a todo eléctrico para 2042. Además, ya a partir de 2035 no se permitirá la entrada ni la salida de camiones diésel en los puertos de California.
La medida de California tiene el potencial de tener un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático y la contaminación del aire en todo el mundo. Ya que otros estados y países pueden seguir su ejemplo.
Lo prohíben para salvar vidas y el medio ambiente
Se espera que los nuevos requisitos de camiones eléctricos reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero en California en un 17%. Además proporcionen $26.500 millones en beneficios para la salud pública, incluyendo la reducción de ataques de asma y otras enfermedades respiratorias. Además, se espera que los nuevos requisitos prevengan casi 5.000 muertes prematuras para 2050.
El problema de la contaminación del aire es especialmente grave en las comunidades portuarias y en los alrededores de las carreteras donde los camiones diésel emiten toneladas de hollín sucio que se ha vinculado al cáncer de pulmón, ataques cardíacos, asma y otras enfermedades respiratorias y de nacimiento prematuro. Los residentes de estas áreas suelen ser de bajos ingresos y personas de color. Lo que significa que la contaminación del aire también es un problema de equidad ambiental.
El requisito de camiones eléctricos de California es especialmente importante porque los camiones diésel son responsables de una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en el estado. A pesar de que solo representan el 6% de los vehículos en California, los camiones diésel emiten alrededor de una cuarta parte de sus gases de efecto invernadero. La eliminación gradual de estos camiones es fundamental para alcanzar los ambiciosos objetivos climáticos del estado y para proteger la salud pública.
Van también contra las locomotoras diésel
Además de la prohibición de camiones diésel, CARB también ordenó la eliminación gradual de locomotoras diésel, que también emiten grandes cantidades de contaminantes tóxicos. El requisito de locomotoras eléctricas se aplicará a todas las flotas de trenes en California para 2058. Y se espera que reduzca el riesgo de cáncer cerca de las estaciones de ferrocarril en un 90%.
Esta no es la primera vez que California lidera el camino en la lucha contra la contaminación. El año pasado, CARB ordenó la eliminación gradual de automóviles con motor de gasolina, que ya no podrán venderse en California después de 2035. La eliminación gradual de camiones diésel y locomotoras es la siguiente etapa en la transición del estado hacia un futuro más limpio y sostenible.
A pesar de que la medida fue bien recibida por los defensores del medio ambiente y la salud pública, los críticos argumentan que la eliminación gradual de camiones diésel será costosa y difícil de implementar. Los grandes fabricantes de camiones diésel también se oponen a la medida. Argumentaron que los camiones eléctricos todavía son demasiado caros y no están disponibles en suficiente cantidad para satisfacer la demanda. Sin embargo, CARB declaró que proporcionará subsidios y descuentos para ayudar a los propietarios de camiones a hacer la transición a vehículos eléctricos.
Buscan impulsar la economía en el sector
La eliminación gradual de camiones diésel es una medida audaz y necesaria para combatir la contaminación del aire y proteger la salud pública. California ha dado un gran paso hacia un futuro más limpio y sostenible. Además de establecer un ejemplo para otros estados y países que buscan reducir su huella de carbono y mejorar la calidad del aire.
La medida no solo ayudará a proteger la salud de los residentes de las comunidades portuarias y de las carreteras, sino que también ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a cumplir los objetivos climáticos del estado.
Además, la eliminación gradual de camiones diésel y locomotoras también tiene el potencial de impulsar la economía y la innovación en el sector del transporte. La transición a vehículos eléctricos y otras tecnologías de cero emisiones puede ayudar a crear empleos verdes. Así como a fomentar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías de transporte sostenible.
Sin embargo, también es importante reconocer que la eliminación gradual de camiones diésel no será fácil y requerirá la cooperación y el compromiso de todos los involucrados, desde los fabricantes de camiones hasta los propietarios de flotas y los conductores de camiones. La transición a vehículos eléctricos y otras tecnologías de cero emisiones también requerirá una gran inversión en infraestructura, como estaciones de carga y redes eléctricas más robustas.