Para la ONU no es posible que a esta fecha sus registros técnicos y científicos no establezcan en forma determinante que los 195 estados comprometidos en el Pacto de París de diciembre de 2015 hayan cumplido sus compromisos acerca del cuidado al ambiente global. Luego de la Conferencia sobre Cambio Climático, en la que aún se festejan ceremonias por el Día Mundial de la Tierra cada 22 de abril, puede inferirse que, para la ONU, los aplausos a los logros compartidos, son letra sin valor. Porque no se consiguen los propósitos establecidos. El calentamiento global supera cualquier evento desde la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.
Sus estudios, programas y proyecciones científicas, que encarga a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), determinan que si no se cumplen los compromisos, el calentamiento global será entonces cada vez más agobiante. Y que la vida terrenal transcurrirá en incertidumbre. Y en un calculado porvenir siempre más caluroso.
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En noviembre la OMM emitió un informe alarmante y desalentador. Reveló que el nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2) acumulado en la capa que recubre la Tierra acabará por modificar el clima global con alcances sin precedentes. Alerta que la situación se presenta amenazante y nociva para la salud y en contra del bienestar.
Para la ONU, no hay indicios contundentes que procuren hacer efectivas algunas inversiones para revertir esta tendencia. Pronostica que en el largo plazo subirán los niveles del mar y aumentarán los de acidificación de los océanos. También harán su presencia algunos fenómenos meteorológicos sin pronósticos.
La serie es ficción, pero el #cambioclimático no, y afecta a todos los lugares donde se filmó #JuegodeTronos. Al igual que Jaime Lannister lucha p/salvar al 🌎 del invierno, @nikolajcw, Embajador de Buena Voluntad del @pnud, se une a la batalla contra el cambio climático. #GOT pic.twitter.com/Rq2DvN1z5f
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Con el calentamiento conspiran las emisiones de CO2 y CFC
Los estudios de los organismos de la ONU revelan que la última vez que la atmósfera concentró una cantidad de CO2 similar a la actual fue entre tres y cinco millones de años atrás. El resultado fue un calentamiento 2 y 3 grados más alto. Entonces el nivel del mar creció entre 10 y 20 metros por encima del actual. En enero, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamamiento a la comunidad internacional. Expresó: “Creo que estamos perdiendo la carrera. La realidad está demostrando ser peor de lo que los científicos habían previsto y los últimos indicadores lo demuestran”.
A su vez, han reaparecido las mundialmente prohibidas emisiones a la atmósfera de CFC. Se trata de un potente gas de efecto invernadero que demostradamente agota sin clemencia la capa de ozono. Para recordar: en julio de 2018 delegaciones de 140 países ante el Protocolo de Montreal, por unanimidad, llamaron urgentemente a cuantificar, localizar y detener estas emisiones, prohibidas desde 2010.
Para muestra un botón: recientes hallazgos del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal, publicados en la revista Nature, indican que desde 2012 hay un retroceso en la erradicación del CFC. Los datos sugieren que el este de Asia es la mayor fuente de sus emisiones.
Esta semana (3 de mayo) fue el 1er día en que la humanidad se ha visto con + de 415 partes por millón de CO2 en el aire (415.09 ppm en el observatorio Mauna Loa) 👉 https://t.co/WPm8Eo54H3
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Igualmente, desde inicios de la década de los 90 se ha incrementado hasta el 41% el forzamiento radiactivo total. Este resulta del diferencial entre la insolación (luz solar) absorbida por la Tierra y la energía irradiada de vuelta al espacio. El componente igualmente alimenta el calentamiento global ocasionado principalmente por los gases de efecto invernadero de larga duración. Al CO2 se le atribuye un 82% del aumento del forzamiento radiactivo durante los últimos diez años.
Daños irreversibles
“Si no reducimos rápidamente las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero, el cambio climático tendrá efectos cada vez más destructivos e irreversibles en la vida en la Tierra. Nuestras oportunidades de actuación están a punto de agotarse”. Así lo declaró el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
A la luz de este paradigma ambiental, el propósito según el cual debe mantenerse el alza del calentamiento global por debajo de los dos grados es poco probable. Más aún si no hay voluntad y determinación de las naciones comprometidas para cerrar la brecha de emisiones antes de 2030. Esto requeriría que las emisiones globales sean para entonces un 25% menor que en 2017, tal como sostienen los datos de las dependencias expertas de la ONU.
La meta última de limitar el calentamiento a los 1,5 grados demandará un esfuerzo cinco veces mayor. Porque de proseguir la tendencia actual, el calentamiento será de 3 grados a finales de siglo y en adelante aún mayor.
Para la ONU, sin embargo, antes de 2030 las emisiones podrían reducirse hasta un 10%. Esto si se suprimen todos los subsidios a los combustibles fósiles. Sostiene que algunas de estas opciones podrían implantarse sin crear problemas económicos y sociales.
La Tierra es nuestro único hogar. Este vídeo es un poderoso recordatorio de la necesidad urgente de emprender la #AcciónClimática.
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Una luz en el túnel
En diciembre de 2018 se realizó en la ciudad polaca de Katowice la Cumbre del Clima –COP24–. En su desarrollo se sentaron las bases para la reactivación del Acuerdo de París de 2015. Especialistas la han considerado clave para diseñar los instrumentos que coadyuven a abordar efectiva y eficientemente el cumplimiento de los objetivos climáticos. Y puso de manifiesto la capacidad de la comunidad internacional para alcanzar alianzas y pactos esperanzadores.
Entre sus logros destaca el acuerdo para el establecimiento de una parte importante del Libro de Reglas. Este es considerado como el marco técnico para poner en marcha el Acuerdo de París. Se determinó además que en el transcurso de este año se trabajará en los mecanismos de cooperación. Se trata del instrumento creado para ayudar a los países a cumplir los objetivos climáticos a través de la transferencia de emisiones.
⚠️ @PEspinosaC advierte de que el destino del #Ártico depende de la aplicación del #AcuerdoDeParís. ➡️ Si fracasamos y no conseguimos protegerlo, el planeta sufrirá consecuencias terribles >> https://t.co/MmNFsa37Ap pic.twitter.com/0SN7JRmLJO
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La cumbre fue además escenario para el establecimiento de un acuerdo sobre las normas para la realización del diagnóstico del calentamiento global que se realizará en 2023. Y para el lanzamiento del proceso aprobatorio de un nuevo propósito de financiación climática global en 2025.
Alrededor de 200 naciones participantes aprobaron medidas para mejorar la información y las actuaciones de adaptación al cambio climático. Crearon un Comité de Cumplimiento del Acuerdo de París. Y aprobaron tres importantes declaraciones sobre transición justa, movilidad eléctrica y bosques.
Los riesgos del cambio climático
En enero pasado, en un hecho sin precedentes, la OMM alertó al Consejo de Seguridad de la ONU sobre los riesgos y las consecuencias para la paz y la seguridad internacional que se proyectan con el inminente calentamiento global.
El Informe adelantado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, copatrocinado por la OMM, mostró claramente las amenazas de un aumento de 2° C en las temperaturas globales, en oposición a un aumento de 1.5° C. Las consecuencias se traducen en un aumento del nivel del mar. Al igual que la fusión de las capas de hielo polar. Lo que amenaza la seguridad de los pequeños estados insulares en desarrollo. La reducción del hielo marino en el Ártico no solo afecta el medio ambiente local y los pueblos indígenas. También incide negativamente en los patrones climáticos en regiones pobladas de todo el mundo.
El año 2018 fue el cuarto año más caluroso en la historia del planeta. Las perspectivas sobre altas temperaturas son aún más elevadas. Esto en comparación con las estimaciones que hacen algunos gobiernos, que las consideran como peligrosas.
Acabamos de pasar el 2º abril más cálido jamás registrado (tras 2016), 0,6ºC por encima de la media de abril 1981-2010, según @CopernicusECMWF. Las temperaturas muy superiores a la media de abril en la latitud norte, y en el Ártico en los últimos 12 meses. #cambioclimático https://t.co/vdb0MTv0eu
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El clima global más caluroso en 2018 lo ocasionaron los incendios forestales en California y Grecia. Así como la sequía en Sudáfrica y las inundaciones en Kerala (India). Los niveles récord de emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por la quema de combustibles fósiles, atrapan cada vez mayor calor.
“El impacto del calentamiento global a largo plazo ya se nota en las inundaciones costeras, las olas de calor, las precipitaciones intensas y el cambio en los ecosistemas”. Así lo aseveró Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. El informe ratifica que 2018 ha sido el cuarto año más caluroso de la historia universal.
Y el año que recién comienza, empieza a su vez a registrar temperaturas abrasadoras. Enero ha sido el mes más caluroso registrado en Australia. Pero en un hecho que va contra la tendencia general, algunas zonas de Estados Unidos experimentaron muy recientemente una inusual ola de frío por la llegada de un frente ártico.
Más allá, pronósticos del Centro Internacional de Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD) indican que en los próximos 80 años cerca de un tercio del sistema de los Himalaya podría derretirse. Y que esta tendencia sería irreversible. Así se adopten medidas inmediatas para frenar el cambio climático.
Luego de registrarse que 2018 ha sido un año muy caluroso en la historia universal, el calentamiento global podría diezmar las montañas del Himalaya en tan solo un siglo, entre otras alarmantes consecuencias. Para preocupación de la ONU y de las generaciones por venir.
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