El empoderamiento de la mujer, en ocasiones, reduce sus amplísimas bondades a un mero ejercicio de control sobre su cuerpo. Se atina y se abusa en la toma de decisiones. La postergación de la maternidad, para dar paso a otras prioridades cobra mayor impulso en las sociedades agitadas. Cada vez más mujeres en el mundo apelan a la congelación de óvulos. Procedimiento médico, que no deja de tener riesgos y que se ha constituido en una promoción de las grandes tecnológicas.
Las técnicas de vitrificación de ovocitos o congelación de óvulos permiten obtenerlos en el mejor momento de fertilidad de la mujer y guardarlos para ser utilizados posteriormente. De esta manera, las mujeres pueden preservar su fertilidad hasta el momento en que deseen ser madres. Este avance científico se ideó pensando en las mujeres que transitan por tratamientos contra el cáncer u otras enfermedades. O, aquellas que no han logrado consolidar una pareja, o deben encarar otros retos.
Sin menospreciar las razones de muchas que se animan a congelar sus óvulos, hoy esa opción se ha desatado. El número de ciclos de congelación de óvulos aumenta cada año desde 1999, y se ha duplicado ampliamente desde 2013. Incluso, en algunos países, empresas como Facebook, Google y Apple ofrecen este procedimiento a sus empleadas. Habría que preguntarles cuál es su propósito. En España, según Women’s Health hay al menos veinte compañías que lo hacen.
Datos de la Sociedad Española de Fertilidad señalan que esta práctica está en alza en el país, recoge la publicación. De las 2.174 vitrificaciones que se produjeron en 2009, se ha pasado a más de 4.396 mujeres que preservaron su fertilidad en 2019.
La congelación de óvulos, alcances y limitaciones
El proceso de congelación de óvulos dura unas dos semanas y consiste en una estimulación ovárica en la que la paciente se aplica una medicación inyectada de 10 a 12 días. Durante este proceso se practican ecografías de control hasta que el tamaño folicular es el idóneo. Llegados a este punto, se procede a la punción transvaginal de ambos ovarios en quirófano con la paciente sedada. A continuación, los ovocitos obtenidos sin fecundar se vitrifican en el laboratorio.
Una vez almacenados, cuando la paciente quiera usarlos, el personal de la clínica procede a su descongelación. Se seleccionan aquellos que hayan sobrevivido en buenas condiciones, y se fecundan con esperma de su pareja o de un donante y se implantan en el útero (fertilización in vitro).
La probabilidad real de quedar embarazada y dar a luz a un bebé sigue siendo un interrogante para los expertos. «Determinar los porcentajes de éxito es sumamente complicado», dijo Kylie Baldwin, doctora británica especializada en reproducción asistida. Y autora de un estudio sobre mujeres que han congelado sus óvulos por razones sociales.
Un estudio realizado por el Centro de Reproducción Asistida de Bruselas, solo 7,6% de las mujeres europeas que han congelado sus óvulos, los han utilizado después para quedarse embarazadas. Una cifra insuficiente para poder realizar estadísticas fiables, recogió Women’s Health.
Tras someterse a varios ciclos para obtener óvulos suficientes, las pacientes podrían correr algunos riesgos. La Clínica Mayo sostiene que en raras ocasiones, el uso de medicamentos para fertilidad inyectables, pueda provocar secuelas. Como el hecho de que los ovarios se hinchen y duelan poco después de la ovulación o la extracción de óvulos (síndrome de hiperestimulación ovárica). Entre los signos y los síntomas incluyen dolor abdominal, hinchazón, náuseas, vómitos y diarrea.
Promoción a la fertilización en vitro, ¿qué nos espera?
En EE UU aumentó en más de 1000% la cantidad de mujeres que optaron por la congelación de sus óvulos entre 2009 y 2016, señaló Quartz. Y los costos en ese país pueden ubicarse en $ 11.000 por un solo ciclo, más $ 5.000 por medicamentos y $ 500 en tarifas anuales de almacenamiento. Muchas mujeres completan múltiples ciclos, ya que las posibilidades de un nacimiento vivo aumentan con la cantidad de óvulos disponibles.
A partir de 2020, alrededor del 11 % de los empleadores de EE UU con más de 500 trabajadores y cerca del 19 % de los empleadores con más de 20 000 trabajadores cubrieron la congelación de óvulos. Incluidos Facebook, Google y Apple. ¿Habría que preguntarles el propósito de esa promoción?
La Encuesta Nacional de Planes de Salud Patrocinados por Empleadores de Mercer encontró un incremento de empresas que cubren la fertilización in vitro (FIV) de sus trabajadoras. En 2020 aumentó 27 %, y luego saltó a 36 % en 2021. Entre los empleadores muy grandes, aquellos con 5000 o más empleados, el 47 % ahora brinda esta cobertura.
El coste económico es uno de los principales factores a considerar antes de someterse a la congelación de óvulos. España es uno de los países donde resulta más barato, con un precio medio que oscila entre los 2.000 y los 4.000 euros. Aunque, a partir del quinto año de conservación, generalmente hay que pagar una tasa de mantenimiento que puede rondar entre los 200 y los 300 euros. Poco, en comparación con otros países como Reino Unido, donde la cifra total puede dispararse fácilmente hasta los 10.000 euros, más la cuota de mantenimiento.
El negocio con la vida
Surgen también startups o agencias boutique como Sher Fertility Institute New York, Kindbody y Extend Fertility Carrot, que trabajan con los empleadores para ofrecer beneficios de cuidado de la fertilidad. El manejo de la vida como un negocio.
Algunos médicos desconfían de estas nuevas empresas y su frívola publicidad por Instagram. Y recuerdan a los pacientes que los óvulos congelados no son garantía de un futuro bebé.