Mientras el coronavirus se propaga por España, también se va expandiendo una ola de protestas que, sin saltar las medidas de restricción de movilidad, sirven para mostrar el descontento frente a lo que se considera una insuficiente respuesta oficial ante la crisis. Es así como se han dejado escuchar las caceroladas, especialmente cuando el jefe de Gobierno se ha dirigido al país.
Caceroladas buenas y malas
Uno de los elementos más polémicos de las caceroladas, ha sido la diferencia con la cual los líderes políticos analizan estas manifestaciones, dependiendo de quién las convoque y contra quién se realicen.
Dicen que en la pandemia no hay que hablar ni de política ni de los culpables de que aquí se haya extendido como en ningún sitio.
¿Pero sí de caceroladas contra el Rey?— Hermann Tertsch (@hermanntertsch) March 18, 2020
El pasado miércoles, la protesta sonora pedía que los supuestos fondos a favor del rey emérito Juan Carlos I, que investiga la Fiscalía suiza, se donen a la sanidad para hacer frente a la crisis del coronavirus.
Si bien esta primera manifestación fue utilizada por Podemos para atacar al Rey, la protesta se le ha vuelto en contra. Ahora, las caceroladas se están enfilando contra Iglesias y todo el Gobierno.
El fin de semana coincidiendo con la comparecencia del presidente del Gobierno Pedro Sánchez ante la ciudadanía, dos caceroladas (una el sábado y otra el domingo) tuvieron el objetivo de criticar tanto al Ejecutivo central como al líder de Podemos.
El retardo en la respuesta, la falta de seriedad en torno al tema y la opacidad en las informaciones, son algunos de los temas que más se critica.
A Podemos se le cuestiona que apoye caceroladas en contra del Rey, y que al mismo tiempo critique las manifestaciones de este tipo que se realizan en protesta por el manejo gubernamental de la crisis.
Los mismos que promueven caceroladas contra el Rey y Amancio Ortega…
…promueven vítores a favor de Pablo Iglesias, cuyo único logro en la crisis del coronavirus ha sido pedir un sillón en la comisión del CNI. pic.twitter.com/KanpXN7qaB
— Teodoro García Egea (@TeoGarciaEgea) March 18, 2020
Caceroladas por la falta de acción
Algo que los españoles han criticado insistentemente desde los balcones y a través de las redes, es que el Gobierno de Pedro Sánchez, autorizara y promoviera las manifestaciones feministas del 8 de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea ya pedían que los Gobiernos cancelaran cualquier acto de participación masiva.
Tanto la mujer del presidente Pedro Sánchez, Begoña Gómez, como las ministras Irene Montero y Carolina Darias, que participaron en la manifestación, se encuentran infectadas por coronavirus. Por esta razón, es probable que el contagio entre las asistentes a la marcha feministas pudo ser masivo. Desde aquel momento, el crecimiento de la epidemia en España ha sido exponencial.
Aquel mismo domingo se celebraron otros eventos con menor participación, como el Congreso de Vox en Vistalegre y partidos de fútbol con las gradas repletas de público en toda España.
El Gobierno evitó suspender todos estos eventos pero, apenas 24 horas después, reconoció que la situación de la epidemia era crítica y comenzó a poner sobre la mesa las primeras medidas de confinamiento.
El descontento popular también ha sido motivado porque Pablo Iglesias se ha saltado hasta en tres ocasiones la cuarentena, después de que Irene Montero, ministra de Igualdad y su pareja sentimental, diese positivo por coronavirus.
Magníficas y emocionantes las palabras de @sanchezcastejon Nunca me ha gustado como orador, siempre me pareció envarado y un poco plástico, pero con esta crisis está inmenso. Y muy irresponsables las caceroladas de VOX. La historia pondrá a todos en su lugar. Animo amigos
— Rosa Montero (@BrunaHusky) March 21, 2020
Las cifras crecen de modo alarmante
Un elemento adicional podría generar una nueva ola de críticas y caceroladas. El crecimiento de casos en España se está produciendo de manera notablemente rápida, incluso más que en Italia.
Específicamente el 16 de marzo, el Financial Times publicaba un artículo en el que mostraba las tendencia de crecimiento. El rotativo advertía que España ya era el país que tiene la curva más inclinada.
Apuntaba además que, España es el quinto país del mundo con más casos de coronavirus, pero es el tercero en número de muertos.
Con el paso del tiempo, apareció otro dato alarmante: España comenzó a superar a Italia en la expansión territorial de los casos.
En el país de la bota, las primeras regiones afectadas fueron Lombardía, Emilia-Romaña y Véneto. En los primeros días, el 90% de los decesos se produjo en esas tres zonas. La cifra se ubica actualmente cerca del 80%. Esto significa que el brote continúa concentrado principalmente en las mismas áreas geográficas.
España comenzó de manera similar. Los primeros focos fueron Madrid, País Vasco-La Rioja (simultánemanete) y Aragón. También allí se produjo el 90% de los decesos en las primeras fechas.
Pero, a diferencia de Italia, en los últimos días la cifra ha bajado al 65%. La ocurrencia ha aumentado en otras regiones, como Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.
La tasa de mortalidad también ha crecido de manera alarmante. Solo llevó a España tres días duplicar la primeras mil muertes. Esto coloca al país como el que más rápido paso de 1.000 a 2.000 muertes. Ni siquiera China o Italia lo hicieron a ese ritmo.
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