A pesar de que no hay gasolina en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, el régimen de Nicolás Maduro compartirá la carga de 1,5 millones de barriles que compró a Irán con el gobierno de Cuba.
El buque de bandera panameña Petion zarpó el 21 de mayo desde Cuba y desde este lunes se encuentra atracado en la refinería El Palito, en el estado Carabobo, región del centro de Venezuela, donde también habría arribado el Fortune, el primero de los cinco tanqueros que proceden de Irán. Los otros cuatro serían el Forest, Petunia, Faxon y Clavel.
Varios medios de comunicación han señalado que el Fortune traspasará el combustible al Petion que regresará a Matanzas, Cuba. Y eso no es de extrañar. Desde los tiempos del fallecido Hugo Chávez, Venezuela ha sido uno de los apoyos más importantes de la economía cubana, que a través de Petrocaribe y otros convenios entregaba unos 100.000 barriles diarios de petróleo a cambio de médicos y funcionarios de inteligencia. Sin embargo, la crisis económica de Venezuela, que se ha intensificado en los últimos cinco años, diluyó el respaldo del régimen.
Mientras el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha calificado como “eterno” e “incondicional” el compromiso de su país con Venezuela, pareciera que también lo es el de Maduro, que después de dos meses de sequía en las estaciones de servicios, estaría dándole prioridad a Cuba.
Maduro prefiere solidarizarse más con Cuba
Caroil Transport Marine Ltd, la empresa con sede en Chipre, y Trocana World Inc., con sede en Panamá, que operan el Petión y otros dos cargueros, fueron sancionadas por los Estados Unidos en septiembre del año pasado por transportar crudo venezolano hacia Cuba, de acuerdo a ABC.
“El Petion navega con bandera panameña, su empresa propietaria es Trocana World INC y su operadora es Caroil Transport Marine LTD, las cuales están bajo control de Guillermo Faustino Rodríguez López-Callejas, hermano del general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, el poderoso exyerno de Raúl Castro que dirige el conglomerado empresarial de los militares cubanos (GAESA)”, señaló el diario de Cuba, según Panampost.
La gasolina importada se pagó por adelantado con nueve toneladas de oro que equivalen a 500 millones de dólares en el mercado. El oro se extrajo de las bóvedas del Banco Central de Venezuela, que no responde a lineamientos técnicos y financieros sino estrictamente políticos.
“No es de extrañar que el buque Petion se lleve gasolina pagada por Venezuela, pues en marzo también en plena cuarentena por el coronavirus y sin combustible en las estaciones de servicio venezolanas, Maduro envió tanqueros cargados a Cuba. De acuerdo con el periodista Casto Ocando, según el reporte de Pdvsa, los envíos de combustible obsequiados por Maduro a Cuba en plena mega-crisis venezolana, llegaron a los siguientes puertos: Cienfuegos, La Habana y Santiago de Cuba”, agregó Panampost.
Toro Hardy: “En ese embrollo por un poco de gasolina”
El economista y especialista petrolero, José Toro Hardy, indicó este martes que al recibir gasolina de Irán, Venezuela se involucra en un problema geopolítico mayor.
“A cambio de dos semanas de gasolina nos están involucrando en unos problemas geopolíticos que tienen potencialmente una gravedad extrema y que son ajenos a nuestra idiosincrasia”, puntualizó, al tiempo de agregar que a pesar de que se necesita la gasolina, recibirla podría traer consecuencias al involucrar al país en uno “de los más complejos problemas de la humanidad. El Medio Oriente es una de las regiones más convulsas del planeta, por razones que se remontan al alba de la historia”.
Expresó que la relación histórica de Venezuela con Irán había sido neutral, evitando la violencia y sin involucrarse en conflictos del mundo islámico.
“Irán, al igual que Venezuela, está sancionada por EE UU. No olvidemos que una flota de ese país se encuentra en el Mar Caribe. Irán amenaza con retomar sus planes nucleares lo cual no podría ser aceptado por Israel. ¿Nos van a meter en ese embrollo por un poco de gasolina?”, detalló.
Anarquía en estaciones de servicios
Este martes las pocas estaciones de servicio que están operativas se encuentran militarizadas. A pesar de que el régimen tiene una campaña para que se denuncie si las operaciones de gasolina en los expendios se hacen en dólares, las transacciones son principalmente en esa moneda (no en bolívares) y a los precios más altos del mundo, pues el litro oscila entre dos y tres dólares, según han denunciado por los medios de comunicación. En aquellas con pago en moneda local, las colas promedian las 48 horas.
Maique Rodríguez, quien vive en el centro de Caracas, arribó el jueves pasado a las 9:00 de la mañana a una estación en San Bernardino que comenzaría a vender gasolina al día siguiente. A las 9:00 pm efectivos de la Guardia Nacional le obligaron a abandonar la cola porque no podrían pernoctar en el lugar. Unos se fueron y otros no. El hombre de casi 60 años se mantuvo y a las 8:00 am del viernes comenzaron a surtir los carros.
«A las 5:00 de la tarde me dijeron que se había acabado la gasolina», dijo.
David Smilde, analista del centro de análisis Washington Office of Latin America, dijo a BBC Mundo que «la cooperación (Venezuela e Irán) es natural porque ambos se ven como socios estratégicos en un mundo multipolar y los dos son estados forajidos para los Estados Unidos”.
Tanto Venezuela como Irán están sancionados por EE UU, lo que le ha cerrado sus principales fuentes de ingresos provenientes del mundo exterior.
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