Por GUILLERMO DEL PALACIO
Nadie está a salvo de los bulos. Cada día ‘mueren’ famosos en redes sociales como Twitter, muchas veces a manos de usuarios de comunidades como 4chan o Reddit. Es una forma de entretenimiento -tan macabra como macarra– y tan solo una de las vertientes de este fenómeno. En general, el objetivo no suele ser más que la diversión, aunque en ocasiones hay otras finalidades, como acusar -no sin razón- a los medios de no contrastar sus informaciones o ridiculizar a una persona o colectivo.
Esto ha dado lugar a equivocaciones muy sonadas. Uno de los casos más famosos fue cuando los usuarios de Reddit convencieron a jóvenes seguidores de Justin Bieber de que debían afeitarse la cabeza como muestra de solidaridad con el cantante, que, aseguraban, tenía cáncer. Era mentira, claro, pero algunas picaron.
Así que, ya sea por conservar la melena o por no ser ese contacto que no deja de compartir cosas falsas en Facebook (o, sencillamente, por querer estar debidamente informado), hay una serie de claves para no dejar que nos cuelen un bulo.
Lo primero es el sentido común, por supuesto. Si algo parece demasiado increíble para ser cierto, lo más probable es que no lo sea. O, al menos, que tenga matices. Por desgracia, un titular no siempre se ajusta a la realidad. Que el artículo hable de una fuente a la que no enlaza es otra señal de que nos encontramos ante un bulo, ya sea intencionado o no.
Afortunadamente, también hay páginas que se dedican justo a lo contrario. Snopes (en inglés) acumula miles de leyendas urbanas agrupadas por categorías. En castellano también hay blogs como Magonia y asociaciones como el Círculo Escéptico que tratan de fomentar el pensamiento crítico y, de paso, desmontar conspiranoias.
Usurpación de identidad
Twitter es en muchas ocasiones fuente de bulos, pero también puede servir para encontrar más información sobre estos. En la red social, por cierto, es muy sencillo hacerse pasar por una cuenta verificada: simplemente hay que descargar la misma imagen de perfil y elegir un nombre similar al que utiliza la cuenta original. En este sentido, ayuda mucho si ésta tiene una ele, ya que su grafismo es prácticamente idéntico al de una ‘i’ mayúscula. Es decir, antes de creerse lo que dice un perfil en Twitter conviene comprobar que realmente se trate de esa persona, organismo o medio.
Asimismo, hay otra serie de formas de llevar al engaño, como publicar una supuesta captura de pantalla de un mensaje enviado por una cuenta oficial y que más tarde fue ‘borrado’. Si el medio no lo aclara es fácil que haya confusión, así que la única estrategia en este caso es usar el sentido común. Sin embargo, si de lo que se acusa es de haber eliminado la noticia, hay una solución: ver la versión en caché de la página.
La caché es algo así como la copia de seguridad de una página que almacenan compañías como Google. En sus palabras, “Google rastrea la Web y toma instantáneas de cada página como copia de seguridad en caso de que la página actual no esté disponible”. Básicamente, permite ver cómo era la web en otro momento. Para encontrar esta versión solo hay que buscar la palabra clave elegida (puede ser un medio, como ‘Cambio 16’, o algo más concreto, como ‘Luis Bárcenas Cambio 16’) y en la página de resultados pulsar sobre el icono de la flecha verde para que aparezcan opciones adicionales. Después, simplemente hay que seleccionar la opción ‘En caché’.
De todos estos consejos el único que siempre permanecerá inalterable es el de utilizar el sentido común. La red puede cambiar -y lo hará- y las herramientas utilizadas, también. Al final, la mejor forma de que no te cuelen un bulo es estar alerta.