En un mundo cada vez más tecnológico y materialista pareciera que la felicidad se ha vuelto más elusiva y difícil de alcanzar. Su búsqueda se ha vuelto en uno de esos fenómenos como la del Santo Grial, la Fuente de la Eterna Juventud o El Dorado. Como si solo fuera posible encontrarla en El Paraíso bíblico o en el mítico Shangri-La. O, peor aún, en mágico rollo escrito en una inescrutable lengua antigua con los secretos para acceder a ese mágico estado de consciencia. Para Bruce Hood, es algo mucho más simple. La verdadera clave de la felicidad es la conexión con el entorno que nos rodea.
La felicidad es una experiencia subjetiva y relativa, influenciada por una variedad de factores personales y ambientales. Es un estado complejo y multifacético que involucra emociones positivas, la satisfacción de deseos y objetivos, y una sensación de bienestar y realización. Se asocia con el placer, el compromiso con los valores personales, y la búsqueda de un sentido en la vida.
Cientos de libros se han escrito sobre el tema, ríos de tinta y papel que acogen desde sesudos estudios científicos, profundos abordajes filosóficos, milenarias enseñanzas religiosas a panfletarias publicaciones de autoayuda. Sin embargo, los sondeos indican que la gente se siente más infeliz. No es accidental que ser haya creado en nuestros días la Ciencia de la Felicidad.
Bruce Hood, catedrático de psicología en la Universidad de Bristol, se dio cuenta que los estudiantes y los jóvenes son cada vez más infelices, y las encuestas nacionales revelan que el bienestar es más bajo entre los jóvenes del Reino Unido y Estados Unidos en comparación con otros grupos de edad. “Fue por esta razón que comenzamos a enseñar el curso de la ciencia de la felicidad en la Universidad de Bristol en 2019 – para contrarrestar algunas tendencias a la baja preocupantes”. La cátedra es actualmente una de las más populares de la universidad.
Ciencia de la felicidad
Una pregunta acosó a Hood una y otra vez a lo largo de su carrera y entre sus alumnos: ¿Cuál es el secreto para ser más felices? Según el académico y sicólogo, la respuesta no radica en fórmulas mágicas ni descubrimientos revolucionarios. Las claves para mejorar nuestro bienestar ya son harto conocidas: la conexión social, la atención plena, la gratitud expresada en cartas, los actos de bondad, los paseos por la naturaleza, una buena higiene del sueño y el uso moderado de las redes sociales. Estas intervenciones, entre otras, han demostrado su eficacia en numerosos estudios. ¿Le suenan conocidas?
Entonces, ¿por qué la demanda de consejos sobre la felicidad persiste? En el curso de la Ciencia de la Felicidad, Hood y su equipo se centraron en la psicología positiva y proporcionaron a los estudiantes herramientas prácticas para aplicar esas lecciones en su vida diaria. Lo innovador del programa es que no se basó en exámenes, sino en el compromiso activo de los estudiantes. Un enfoque con el cual evitaron añadir estrés y ansiedad al proceso. El curso demostró ser popular y efectivo, con mejoras significativas en el bienestar mental de los estudiantes. No obstante, Hood reconoció que los beneficios pueden ser temporales si no se mantienen las prácticas aprendidas. La adaptación hedónica, el fenómeno por el cual nos acostumbramos tanto a lo bueno como a lo malo, juega un papel crucial en este aspecto.
Los estudiantes que continuaron practicando las actividades recomendadas, como la gratitud y la atención plena, mantuvieron sus niveles de bienestar a largo plazo. Lo que subraya una verdad fundamental: la salud mental, al igual que la física, requiere un compromiso continuo y no hay atajos para lograr un cambio duradero.
Ejercitarla como a los músculos
La felicidad no es como un ascenso al Everest en el que la gloria está en alcanzar la cumbre. Para Hood es más un plan rutinario de ejercicios, como una caminata de todos los días. Porque para el sicólogo la salud mental, como la salud física se logra con constancia. Con base en la experiencia obtenida en la cátedra nos obsequia una serie de ejercicios a lo largo de su libro.
Rutinas para la felicidad
- Empieza un diario. Invierte en un cuaderno y en bolígrafos de buena calidad. El papel es mejor que las superficies digitales. Actualiza tu diario con la mayor regularidad posible. Llevar un diario nos ayuda a relativizar las cosas y deja constancia de nuestra vida y de cómo cambia.
- Rescata los viejos diarios y cartas que tengas. Esto no solo nos recuerda cómo ha cambiado nuestro yo, sino que estos documentos demuestran que hemos superado la mayor parte de nuestros problemas y antiguas preocupaciones.
- Adopta un punto de vista alocéntrico. La próxima vez que tengas un conflicto, intenta ver los problemas desde el punto de vista de otra persona. En vez de decir: «No lo entiendes», prueba a decir: «No me estoy explicando bien». Esto no solo debería mitigar los sentimientos negativos, sino que también es probable que conduzca a una solución.
- Apoya y anima a tus hijos, pero no los domines ni elogies excesivamente sus esfuerzos. Sé positivo y céntrate en los éxitos, pero sin excederte. De lo contrario, se acostumbrarán a los elogios y los esperarán aun cuando sean injustificados.
- Distánciate de tus emociones y pensamientos perturbadores diciendo: «Yo no soy mis sentimientos, mis emociones, mi pasado ni mis creencias». Y luego: «Soy una persona con sentimientos, creencias y emociones». Este sutil cambio en el lenguaje cambia el ego.
Conexión, la ciencia del altruismo
Producto de esa experiencia y décadas de investigación en neurociencia es su libro La ciencia de la felicidad, cuya versión en español estará disponible en los próximos días. Una obra en la que presenta 7 lecciones sencillas y poderosas para romper los patrones de pensamiento negativo y volver a conectar con las cosas que realmente importan. Parte de una conclusión clave: «La clave para ser feliz no es el autocuidado sino la conexión».
Cuando Bruce Hood, afirma que «la clave para ser feliz no es el autocuidado sino la conexión», está destacando la importancia de las relaciones interpersonales y la interconexión con los demás sobre el enfoque exclusivo en uno mismo o en el autocuidado. Sugiere que la felicidad y el bienestar son más profundos y duraderos cuando se construyen a través de conexiones significativas con otros.
Hood advierte contra la noción promovida por la industria de la autoayuda de que la felicidad es simplemente sentirse mejor. En su nuevo libro, argumenta que una felicidad más profunda y duradera se logra al enfocarse en los demás en lugar de en uno mismo. El cuidado personal puede ofrecer beneficios inmediatos, pero el bienestar a largo plazo se encuentra en enriquecer la vida de los demás. Enfoque alineado con principios de la psicología positiva, que enfatizan la importancia de cultivar actitudes y comportamientos que promuevan el bienestar y la satisfacción en la vida.
Hood nos recuerda que la felicidad es un trabajo en progreso, y que el verdadero cambio proviene de la creación de hábitos saludables y del enfoque en el bienestar colectivo. La ciencia de la felicidad, entonces, es menos una ciencia de la auto-mejora y más una ciencia del altruismo y la conexión humana.
Felicidad en siete lecciones
Hood propone siete lecciones simples pero transformadoras para romper patrones de pensamiento negativos y reconectar con lo que realmente importa. Cada una de estas lecciones está diseñada para ayudar a las personas a cambiar su forma de pensar y vivir de manera más conectada y significativa. Superando los obstáculos mentales que se interponen en el camino hacia el bienestar y la felicidad.
- Cambia tu ego: Adoptar una perspectiva diferente sobre uno mismo, considerando cómo se percibiría a uno mismo desde una tercera persona. Esto puede ayudar a reducir el egocentrismo y a cambiar patrones de pensamiento negativos.
- Evita el aislamiento: Se enfatiza la importancia de mantener conexiones sociales y evitar la soledad, ya que las interacciones sociales proporcionan apoyo y objetividad.
- Rechaza las comparaciones negativas: Evitar compararse con otros, especialmente en términos negativos, ya que esto puede llevar a sentimientos de inferioridad y frustración.
- Sé más optimista: Cultivar una mentalidad optimista puede mejorar significativamente el bienestar y la felicidad, incluso en situaciones difíciles.
- Controla tu atención: Practicar la atención controlada y la conciencia plena (mindfulness) para reducir la obsesión con pensamientos negativos y aumentar la conciencia de los estímulos externos.
- Relaciónate con los demás: Fomentar conexiones significativas con los demás es fundamental para el bienestar y la felicidad, ya que las relaciones interpersonales proporcionan un sentido de pertenencia y apoyo.
- Sal de tu cabeza: Desafiar la tendencia a quedarse atrapado en el pensamiento introspectivo y centrarse más en el mundo exterior y en las actividades que disfruta.
La mirada del otro
En las redes sociales proliferan influencers, con supuestas píldoras para alcanzar la felicidad reproduciendo ideas y pensamientos que fueron escritos hace cientos si no miles de años, o parafraseando a famosos autores de best-sellers de autoayuda, la mayoría entrados en la automejora. Hood por el contrario, nos insta a “ponernos en los zapatos del otro”.
La empatía, la comunicación la mirada a nuestro entorno, nos pueden ayudar a tener una perspectiva diferente. Con ese cambio de perspectiva podemos ir acumulando experiencias que alimente esa compleja emoción que es la felicidad. La historia, la literatura y la mitología, abundan en relatos de desdichados que encontraron la felicidad cuando se olvidaron de sí mismos y se ocuparon de hacer felices a los demás.
En tiempos en que la tecnología nos hace centrarnos más y más en nosotros mismos, y reduce el contacto social a mensajes de texto, voz y emoticones, cada vez son más los científicos que como Bruce Hood nos recuerdan que para ser felices debemos desconectarnos de la tecnología y conectarnos con la gente, y con nosotros mismos.