A Vicki Hollub, de Occidental Petroleum, le preocupan las personas afectadas por el cambio climático, pero cree necesario extraer hasta la última gota de petróleo
Precedida por una manifestación de activistas que tomaron el escenario, una ejecutiva de la industria petrolera hizo unas declaraciones durante una entrevista que dejaron a muchos boquiabiertos. Vicki Hollub, directora ejecutiva de Occidental Petroleum, manifestó que el cambio climático es «la mayor crisis que nuestro mundo haya enfrentado jamás” y ofreció reflexiones sobre la costa del golfo, donde el aumento del nivel del mar amenaza a comunidades. «Me preocupa nuestro planeta”, afirmó. “Y me preocupan las personas afectadas por el cambio climático”.
No todos los días una alta figura de una de las industrias más contaminantes del planeta hace un mea culpa, aunque con algo de ambigüedad. Pues también dijo que creía que el mundo debería seguir produciendo y quemando petróleo y gas hasta que se hubiera extraído hasta la última molécula del subsuelo.
La directiva intentó reconciliar estos dos puntos de vista a toda luz contradictorios con el argumento de que llegará el día en que se podrá utilizar petróleo y gas sin producir emisiones que calientan el planeta. En este sentido, indicó que al igual que otras empresas del sector, Occidental está invirtiendo en algunas tecnologías emergentes, incluida la captura de dióxido de carbono de la atmósfera. «Si podemos lidiar con las emisiones, podemos seguir produciendo petróleo y gas», afirmó.
A pesar de que la promesa de un petróleo y un gas que no produzcan emisiones que calientan el planeta luce atractiva, en este momento hay pocas señales de que la captura de carbono pueda alcanzar una escala cercana a la necesaria para compensar las emisiones producidas por los combustibles fósiles.
Mal necesario
En otras oportunidades, Hollub ha destacado la necesidad de que la industria petrolera recupere la confianza de la sociedad. «No veo que nuestra situación actual vaya a acabar con nuestra industria, aunque hay algunos que quieren que desaparezca», dice. Considera que la mitigación del cambio climático también puede ser una oportunidad para mantener la seguridad energética.
También sostuvo que no cree que la situación actual vaya a acabar con la industria, aunque haya quien quiera que desaparezca. “Como hemos hecho en el pasado, encontraremos formas de innovar para salir de esta situación en la que nos encontramos. El mayor desafío es lograr que la gente vuelva a confiar en nuestra industria”.
A pesar de su preocupación por el calentamiento global, lo dicho por Hollub pone al descubierto, una vez más, que la industria responsable del caos climático y de la devastación de innumerables territorios y bosques, continúa con el despliegue de estrategias para intentar legitimar sus negocios. Entre otros argumentos, aducen que ahora el petróleo y gas son “verdes”, “carbono neutrales” o incluso “limpios”. Estas afirmaciones se sostienen en soluciones nada eficaces. Como los proyectos de compensación de carbono que en su mayoría son perjudiciales para las comunidades, los bosques y el clima.
Estrategia oculta
A los responsables de una empresa a menudo les resulta difícil decir «lo siento». Incluso cuando la compañía en cuestión ha incurrido en una conducta grave. Por eso causa sorpresa el mea culpa, aunque algo ambiguo, de un alto directivo de una empresa. Pero son raros los casos. A menudo las disculpas de los CEO carecen de emoción y parecen estratagemas vacías para aferrarse a sus puestos. Si bien hay razones legales para evitar reconocer públicamente una fechoría, el mayor temor de muchos gerentes es parecer débiles.
Estudios han revelado que es contraproducente mostrar demasiada empatía. Los gerentes que mostraron menos empatía, pero que se enfocaron más en identificar el problema y asumir la responsabilidad tuvieron la mejor respuesta. Esto pudiera deberse a que se entiende como de debilidad. También puede ser porque sugiere que la empresa va a tomar medidas drásticas para evitar que se repitan las fallas, lo que suele estar asociado a mayores costos. Tal vez es una manera de dar una imagen de transparencia y responsabilidad.
Pero no todo es malo. La llamada a la acción del CEO para invertir en tecnologías verdes y reducir la huella de carbono podría impulsar una ola de innovación dentro de la industria petrolera. Otros directivos quizá se sientan motivados a seguir su ejemplo. Y hagan sus propias contribuciones para resolver el problema, lo que a su vez podría acelerar la adopción de prácticas más sostenibles. Destinar más recursos a la investigación y al desarrollo de energías renovables, lo que no solo ayudaría a mitigar el cambio climático, sino que también podría abrir nuevas oportunidades de negocio y diversificación.
Sin medias tintas
Quien si no tiene cargo de conciencia por la actividad de su empresa y el daño medioambiental que genera es Majid Jafar, director de Crescent Petroleum, dedicada a la extracción de petróleo y gas.
Durante una entrevista con la cadena CNBC en Dubái, el empresario originario de los Emiratos Árabes Unidos afirmó que la industria petrolera no podía ser considerada responsable del calentamiento global.
Aseguró que responsabilizar a los productores de petróleo y gas del cambio climático era como culpar a los granjeros de la obesidad. “El problema es nuestro consumo como sociedad”, acotó y señaló que los hidrocarburos seguirán teniendo un papel preponderante en la economía, pese al avance de la transición energética.
“Seguirán necesitando petróleo y gas en medio de la transición energética y no hay escenario, ni siquiera el escenario más ambicioso, que no les incluya. El gas respalda las energías renovables y el petróleo hace mucho en la transición. Está en los paneles solares, en los aerogeneradores, en los coches eléctricos, en los caminos donde pasan, en las llantas”, manifestó.
Ante la advertencia de la ONU, de que vigilará más de cerca las emisiones de metano, Majid Jafar la retó a “empezar por ellos mismos”. Además, criticó a sus miembros por viajar en aviones a las convenciones climáticas: “Tal vez deberían venir aquí en barcos de madera con velas y que remen cuando haga viento”.
Otro que duerme tranquilo
La edición número 28 de las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático no estuvo exenta de controversia. La elección como presidente de la cita del máximo responsable de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi, el sultán Al Jaber, agitó el escepticismo que ya se había solidificado por la negativa a asistir de los presidentes Joe Bide y Xi Jinping.
El magnate petrolero había negado que la ciencia demande acabar con los combustibles fósiles. Sostuvo que “no hay ciencia” que avale una eliminación de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
En un video revelado por The Guardian se mostraba a Al Jaber y a la expresidenta irlandesa Mary Robinson debatiendo de manera efusiva. La grabación se hizo unos días antes del comienzo de la cumbre. “No suscribiré en modo alguno debates alarmistas”, afirma el sultan Al-Jaber.
“Ningún estudio científico, ningún escenario, dice que la salida de los combustibles fósiles permitirá llegar a 1,5 °C (…) Muéstrame la hoja de ruta para una salida de los combustibles fósiles que sea compatible con el desarrollo social-económico, sin mandar al mundo de vuelta a la edad de las cavernas”, remató el magnate.
Tras el revuelo generado se vio obligado a dar una rueda de prensa para enmendar sus afirmaciones. “Todo en lo que esta presidencia ha estado trabajando y continúa trabajando, está enfocado y centrado en la ciencia”, dijo. Sin embargo, sus declaraciones hicieron reafirmar su posición contra la industria petrolera a organizaciones ecologistas.
“La era de la dependencia de los combustibles fósiles debe llegar a su fin. El impacto devastador de la crisis climática, que afecta desproporcionadamente a las comunidades vulnerables, requiere una respuesta inmediata de los líderes mundiales. El tiempo para la acción es ahora”, señaló Greenpeace.
Pero sigue siendo contaminante
En 2023, las emisiones globales de carbono provenientes de la industria petrolera volvieron a alcanzar niveles sin precedentes. Una preocupante escalada, según el equipo de investigación del Global Carbon Project. A pesar de observar una disminución en las emisiones de CO2 provenientes de combustibles fósiles en regiones específicas, la tendencia general sigue siendo ascendente.
Las emisiones globales totales de CO2 (combinando las provenientes de combustibles fósiles y cambios en el uso de la tierra) se ubicaron alrededor de 40.900 millones de toneladas. Esto deja entrever que existe una brecha sustancial en relación con la reducción de emisiones necesaria para alcanzar objetivos climáticos globales críticos.
La velocidad de los esfuerzos globales para reducir el uso de combustibles fósiles es insuficiente para evitar la inminente amenaza del cambio climático. Aunque se prevé una reducción marginal de las emisiones por cambios en el uso de la tierra, incluida la deforestación, estas aún superan los efectos mitigadores de los actuales esfuerzos de reforestación y forestación.
Con las tasas de emisión actuales, el equipo del Global Carbon Budget proyecta que hay un 50% de probabilidad de que el calentamiento global supere consistentemente los 1,5 °C en aproximadamente siete años.