Por Andrés Tovar
19/05/2017
- Temer: «No voy a renunciar»
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Un presidente es acusado de obstrucción a la justicia. desvelan unas grabaciones secretas que lo incriminan, manifestantes salen a las calles para exigir un juicio político, los índices de aprobación del presidente se hunden, renuncian los ministros, las bolsas se desploman. No, no es EEUU, esta hecatombe está pasando a miles de millas de distancia, en Brasil.
El presidente brasileño, Michel Temer, se enfrenta a un posible juicio político después que el Tribunal Supremo de Brasil ha confirmado la apertura de una investigación al mandatario por supuesta obstrucción a la justicia, después de que una grabación revelara que intentó comprar el silencio de un influyente diputado, actualmente en prisión, para que no ofreciera detalles de la corrupción en Petrobras.
Según una investigación publicada por el diario O Globo, Temer fue grabado a principios del pasado mes de marzo en una conversación con los dueños del gigante cárnico JBS, Joesley Batista y Weisley Batista. En la grabación, el mandatario brasileño aprueba comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, actualmente en prisión por participar en la trama de corrupción. “Hay que mantener eso, ¿ok?”, afirma Temer en la citada conversación, mientras los dueños de la empresa JBS confiesan que destinan mensualmente un importe a Cunha para que no hablara.
El palacio presidencial ha negado todas las acusaciones. Pero la economía no está convencida: la bolsa de Brasil cayó en un 10% en las primeras operaciones de esta mañana, acabando con casi todas las ganancias del año en cuestión de minutos. El escándalo podría poner en peligro las reformas económicas y políticas que Temer había comprometido para el país y que Brasil necesita. El país sudamericano estaba empezando a recuperarse después de tres años de recesión y agitación política.
Bolsas desplomadas
El mercado bursátil en Brasil abrió este jueves con malos augurios: el índice Bovespa cayó abruptamente luego de conocerse el escándalo. A poco menos de la media jornada, las operaciones fueron interrumpidas por media hora para intentar frenar la caída de más de 10% del mercado. Sin embargo, la medida no impidió que al cierre de la jornada la bolsa registrara un desplome de 8,8%.
El Banco Central de la mayor economía de la región suramericana emitió un comunicado, citado por El Comercio, en el que aseguró que la entidad mantiene en «vigilancia» el funcionamiento de los mercados: «no hay relación directa y mecánica con la política monetaria», reza el texto.
Sin embargo, fue inevitable que las principales compañías del país resultaran afectadas. Los mayores impactos los sufrió la petrolera brasilera Petrobras, cuyos papeles se desplomaron en un 20%, seguidos por los de Bradesco con 17,6%; Itaú Unibanco, con 19%; Vale, 10,4%; y los de Banco do Brasil, 24,6%.
Las maniobras realizadas para controlar los nocivos efectos escándalo tampoco fueron suficientes para evitar la depreciación de casi 9% que experimentó el real frente al dólar. La divisa norteamericana cerró la sesión con una cotización de 3.400 reales para la compra y 3.402 para la venta.
La afectación también tuvo su golpe internacional: El sacudón político también afectó el desempeño bursátil de los socios comerciales de Brasil en la región como Argentina y Chile. En Buenos Aires, el índice Merval se hundió en 2,9%, precisa el portal Ámbito.
El desplome de las acciones de Petrobras en el corro argentino arrastró los papeles de empresas como Comercial Plata, que experimentó un retroceso de 4,2%; Aluar, con un 3,8%; y Central Constanera, con 3,7%.
Un contagio similar le ocurrió a la bolsa chilena. Las acciones de la aerolínea brasilera Latam cayeron 6,5%, el mayor desplome desde el 21 de agosto de 2013, indica Diario Financiero; mientras que los títulos de la tecnológica Sonda -con presencia en Brasil- se desplomaron 4,11%.
Y España tampoco escapó de la afectación: La bolsa española bajó este jueves un 0,94 % arrastrada por el desplome del Banco Santander, que se vio afectado por la situación política de Brasil, de donde proviene una cuarta parte de los ingresos del banco.
La convulsión política en Brasil está lejos de terminar. Este jueves, el Tribunal Supremo ordenó la investigación en contra del mandatario para determinar si actuó para obstruir la justicia, mientras que Temer reafirmó que no dimitiría al cargo. Sus ministros de Ciudades, Bruno Araújo, y de Cultura, Roberto Freire, abandonaron sus respectivos cargos. Y el senador Aecio Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), gran aliado del actual gobierno, fue objeto hoy de una vasta operación policial por asuntos de corrupción en la que fueron detenidos su hermana y un primo. La Corte Suprema le retiró el mandato a Neves como senador, quien posteriormente renunció a la presidencia de su formación.
Temer asumió la primera magistratura después de un controvertido «impeachment» contra la mandataria electa, Dilma Rousseff, quien calificó la jugada como un «golpe de Estado». Ahora, el mandatario podría ser objeto del mismo procedimiento que se le aplicó predecesora, lo cual podría volver a sumergir al gigante del sur en una nueva hecatombe económica y social, de la que será mucho más difícil salir.
¿Qué dice la Constitución brasilera?
El artículo 81 de la Constitución brasilera establece que si quedan vacantes los cargos de presidente y vicepresidente, después de la mitad del mandato, el resto del período debe ser cubierto por una autoridad electa por el Congreso, es decir, un método indirecto de votación.
Pero las protestas en las calles de Brasil contra Temer, que han renovado su intensidad luego de la revelación, agregan un elemento más al complicada caldo social: los manifestantes exigen elecciones directas. La oposición respalda esa solicitud.
Este jueves, un bloque parlamentario formalizó la petición de juicio político al mandatario. De ser procedente, el presidente la Cámara de Diputados debería asumir por 90 días y llamar a comicios indirectos, pero ese cargo está en manos de Rodrigo Maia, actualmente investigado en el caso de corrupción de Odebrecht, lo cual podría inhabilitarlo para la investidura interina.
En caso de que Maia no pueda asumir, el siguiente en la línea para la presidencia transitoria es Eunicio Oliveiray, de la Corte Suprema, quien deberá convocar a comicios indirectos en 30 días.
El desmoronamiento de la credibilidad institucional en Brasil, que se ha visto seriamente afectada por la corrupción, despeja las vías para una última posibilidad: la aprobación de una enmienda constitucional que permita convocar a elecciones directas el año que viene.
En 2015, el Congreso aprobó una enmienda que permitía la convocatoria a comicios directos si el cese del cargo ocurría seis meses antes de finalizar el mandato, pero la Corte Suprema frenó la iniciativa por considerar que no estaba en sintonía con la Constitución. El Poder Judicial podría tener la última palabra.