El gobierno brasileño reafirmó su postura de defensa del medio ambiente, tras recibir quejas y presiones de inversores extranjeros que exigen frenar la deforestación en la Amazonía, la mayor selva del mundo. Brasilia propuso a varias firmas de inversión globales adoptar áreas protegidas de la Amazonía para reducir la tala y la quema ilegales.
En una videoconferencia con inversores extranjeros para hablar sobre la preservación ambiental en Brasil, el vicepresidente, general Hamilton Mourão, dijo que «está claro que los inversores quieren ver resultados en las políticas ambientales adoptadas por el gobierno en la selva amazónica.
«¿Y cuál es el resultado que podemos presentar? Que haya efectivamente una reducción de la deforestación«, dijo Mourão. Luego aseguró que el gobierno pretende mantener las operaciones de combate a los delitos ambientales, para que «poco a poco» se llegue a un «tamaño de deforestación que sea racional y aceptable».
Presión de inversores
En la reunión telemática participaron varios ministros del gobierno brasileño y representantes de fondos de inversión del Reino Unido, Suecia, Noruega, Holanda y Japón, que juntos manejan unos 4,1 billones de dólares. El mes pasado, varias de estas entidades financieras enviaron una carta manifestando preocupación por el aumento de la deforestación y exigiendo medidas severas contra las actividades ilegales en la Amazonía.
Esta semana, 38 presidentes de algunas de las mayores empresas brasileñas y multinacionales también dirigieron una misiva al vicepresidente. En el texto pedían medidas urgentes ante la mala imagen de Brasil en el exterior, por el riesgo que supone para sus negocios.
Apoyo privado
En respuesta, el gobierno propuso llevar adelante un programa llamado Adopta un Parque. La iniciativa permitirá que las empresas de inversión «adopten áreas protegidas de la Amazonía». El apoyo financiero ayudará a reducir la deforestación ilegal antes de la temporada en que los agricultores suelen provocar incendios para desmontar la tierra.
“El programa Adopta un Parque permitirá que cada una de esas empresas nacionales e internacionales elija una de las 132 unidades de conservación en la Amazonía y comience a apoyarlas financieramente, para supervisión, prevención y recuperación”, dijo el ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles. El financiamiento, por ejemplo, podría pagar la contratación de elementos de seguridad para evitar que la gente entre en las áreas.
El gobierno se defiende
Mourão dijo que afrontan dificultades por las restricciones presupuestarias. También defendió al ministro Salles, que ha sido muy cuestionado desde el inicio de su gestión. Se le acusa de poner obstáculos al trabajo de los órganos que dependen de él. Le exigen luchar contra la deforestación e impulsar al mismo tiempo cambios legales que agradan al sector agrícola y ganadero. Mourão dijo que las críticas a Salles «no son justas».
Mourão reconoció que el gobierno está «sujeto a críticas», pero las calificó de «injustas».»No es cierto que estemos destruyendo la selva para producir alimentos», afirmó. También negó que se haya desarticulado de la estructura de protección ambiental del Estado.
Deforestación de la Amazonía
La deforestación en la Amazonía aumentó un 22% en los primeros 5 meses de 2020 en comparación con el mismo período de 2019, informó la agencia gubernamental que monitorea la selva. En este lapso, se deforestaron casi 3.000 km2 de selva tropical. Aún no se han publicado los datos para el mes completo de junio.
También los incendios presentan un fuerte incremento en momentos en que se inicia la estación seca. La semana próxima el gobierno publicará un decreto prohibiendo el uso del fuego en la agricultura en la selva por 120 días.
Mourao subrayó que la protección y la preservación no se darán sin desarrollo: «Son aspectos que deben ir juntos. Es importante que seamos conscientes de la disputa geopolítica que existe en el mundo de hoy».
El plan de Bolsonaro
El presidente Jair Bolsonaro asumió el cargo en 2019 con promesas de adoptar una política que permitiera desbloquear las riquezas de la gran Amazonía. El año pasado enfrentó críticas internacionales cuando la deforestación en la Amazonía alcanzó su peor nivel en 11 años. Como resultado, algunos miembros de las legislaturas europeas han dicho que votarán en contra de la ratificación de un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y la unión aduanera del Mercosur que incluye a Brasil, que se firmó en junio de 2019 después de dos décadas de negociación.
Bolsonaro, un escéptico del cambio climático, impulsa proyectos de apertura de las reservas indígenas y de zonas protegidas a actividades agropecuarias y mineras.
Se requiere mayor acción
En la videoconferencia, los inversores dijeron a las autoridades brasileñas que están monitoreando las tasas de deforestación, la prevención de incendios forestales y la aplicación del código forestal de Brasil, entre otros temas importantes para sus evaluaciones, informó Storebrand, una de las instituciones financieras presentes en la reunión.
«Estamos evaluando. Dialogar con el gobierno es una forma de tratar de minimizar el riesgo de desinversión«, dijo Jeanett Bergan, directora de inversiones responsables del mayor fondo de pensiones de Noruega, KLP.
«Esperamos que el diálogo pueda traer resultados y avances positivos. No veremos lo mismo que el año pasado con todos los incendios forestales, y tal vez veamos resultados positivos de esto después de un tiempo. Es un primer paso positivo y necesitamos continuar el diálogo y esperamos que todos veamos resultados sobre el terreno».
KLP tiene alrededor de 53 millones de dólares invertidos en 58 empresas brasileñas. Ya se ha desvinculado del empacador de carne brasileño JBS, el gigante minero Vale y la compañía eléctrica Eletrobras. Adujo razones relacionadas con la corrupción, el medio ambiente o los derechos humanos.
«La política voluntaria de personas para adoptar zonas de la Amazonía es buena, pero debe haber un plan de conservación, con un presupuesto y una inversión», dijo Paulo Barreto, ingeniero forestal e investigador de deforestación del grupo ambientalista Imazon.
“Debe haber una política general más clara que implique recursos para esas áreas públicas. Por supuesto, las donaciones voluntarias de personas y empresas son bienvenidas, pero debe haber un plan más general», insistió.
Apoyo multilateral
Brasil ya recibe dinero de naciones como Alemania y Noruega, para combatir la deforestación en la Amazonía. Solo Noruega ha donado 1.200 millones de dólares al Fondo Amazonas de Brasil desde su creación en 2008. Sin embargo, ambas naciones suspendieron las contribuciones el año pasado, citando la deforestación continua y poniendo en duda los esfuerzos del gobierno para detenerla. Mourão informó de la reanudación de las conversaciones con Berlín y Oslo, para reactivar el Fondo Amazonia.
«El entendimiento del gobierno es que los dos principales donantes del Fondo Amazonas quieren ver una reducción significativa de la deforestación antes de reanudar las contribuciones», dijo.
El ministro de Asuntos Exteriores, Ernesto Araújo, manifestó que el gobierno está tratando de mejorar la imagen de la nación como un administrador ambiental responsable. La propuesta de adoptar zonas de la Amazonía, a través de los fondos de inversión, apunta en esa dirección.
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