Mireia Boya renunció este viernes a su cargo en la Secretariat Nacional del La Candidatura de Unidad Popular (CUP). Acusó que fue objeto de un “episodio de agresión psicológica continuada” por parte un compañero del partido.
La exdiputada del Parlament informó en un comunicado que no se trata de “un adiós” al partido sino de un “hasta pronto”.
Boya dijo que siendo diputada en la Cámara catalana, fue centro de una agresión que le originó “una gestión emocional complicada”. Que aún sigue “abierta”. Y que en su gestión ejecutiva de la CUP debía coincidir con esa persona nuevamente. Por lo cual decidió renunciar.
He deixat el Secretariat Nacional de la CUP, per cuidar-me i volent explicar-me. Us ho dec. Ens tornarem a veure als carrers, a les places, arreu. Abraçades. pic.twitter.com/PLM0G1rJTo
— Mireia Boya Busquet (@yeyaboya) March 29, 2019
CUP lamentó la dimisión de Boya
En comunicado emitido posteriormente, el Secretariat Nacional de la CUP lamentó la dimisión de Boya. Así como las causas que la motivaron. Y reiteró “su compromiso de seguir trabajando para garantizar espacios seguros y libres de violencias”.
COMUNICAT | Comunicat del Secretariat Nacional en relació a la dimissió de la companya Mireia Boya. pic.twitter.com/EDWer3gPGu
— CUP Països Catalans (@cupnacional) March 29, 2019
En el contenido de la comunicación dirigida a sus compañeros de militancia, Boya aseguró que el episodio le provocó “problemas de salud”. Y que decidió marcharse para cuidarse, siguiendo “la máxima feminista que proclama que lo personal es político”. “Me voy –puntualizó- de la política nacional para coger aire y fuerzas. Recordando la importancia del cuidémonos”.
“Visibilizar la propia vulnerabilidad es también una apuesta para cambiarlo todo”, agregó Boya.
Indicó haber visto con tristeza cómo las organizaciones tienden a dar la vuelta a las prioridades. “A olvidarlas y a hacer periférico aquello que realmente importa”, afirmó.
Estas son partes de sus reflexiones: “Necesitamos seguir aprendiendo de las carencias y contradicciones que todavía tenemos como organización feminista ya que lamentablemente, no podemos dejar de reconocer que no somos impermeables a un sistema patriarcal que atraviesa nuestras vidas y nuestras prácticas militantes. En la CUP no somos diferentes a otras formaciones que también sufren y ejercen, conscientemente o no, violencias machistas en su sí. Pero miramos de afrontarlas y hacerlo pasa, de entrada, por el reconocimiento”.
El de Boya es uno entre otros casos
Boya reveló que se ultiman los detalles de un protocolo ante agresiones machistas que ahora se debaten en asambleas locales. Y que están en fase de enmiendas.
Dicho protocolo emanó de la primera asamblea de mujeres celebrada por la CUP el año pasado. Este fue el resultado de un proceso participativo que se inició en agosto. Este contempla “la reparación del daño” como medida de respuesta. Excluye a agresores de espacios compartidos con sus víctimas. Los obliga a hacer formación y en los casos más graves, la exclusión de listas electorales. Así como de cargos públicos y orgánicos. Y hasta la expulsión definitiva de la CUP.
La comisión feminista del partido anunció que junto a la denuncia de Boya gestiona otros casos registrados en el transcurso de año y medio atrás. CUP manifestó que mantiene su compromiso de seguir trabajando en “la construcción de una organización que sea un espacio de participación. Segura para las mujeres y para todas las personas”.
En la causa penal del procés, a Boya se le ha procesado por delito de desobediencia. Y se le juzgará en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) junto a otros exdiputados.
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