El cambio climático modifica los patrones migratorios en muchas partes del mundo. Los fenómenos meteorológicos extremos y permanentes están empujando a comunidades completas a escapar dentro o fuera del territorio, para salvar sus vidas. El Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno señaló que los desastres relacionados por la crisis climática provocaron 23,7 millones de desplazamientos internos en 2022.
La cifra no incluye a los que han decidido pasar las fronteras de sus países en busca de resguardo. La cumbre climática de la ONU en Egipto, la COP27, conoció el llamado a la acción urgente de la Organización Internacional para las Migraciones sobre la movilidad humana en escenarios de degradación ambiental y catástrofes.
“Es hora de poner en práctica la densa red de acuerdos realizados en el contexto de las negociaciones climáticas. La reducción del riesgo de desastres, la gobernanza de la migración y otros procesos relevantes. Estos convenios deben combinarse con acciones en ámbitos nacionales y locales”, dijo Antonio Vitorino, director general de la OIM.
Afirmó que no hay tiempo que perder. «Debemos acelerar la aplicación de estas soluciones con las comunidades, especialmente en los países más pobres, que también son los más vulnerables al cambio climático», añadió. El informe brinda a las comunidades, socios, gobiernos y otras agencias de la ONU lineamientos para ampliar las acciones de adaptación.
El IDMC es una organización no gubernamental internacional establecida en 1998 por el Consejo Noruego para los Refugiados en Ginebra. Se centra en monitorear y proporcionar información y análisis sobre las personas desplazadas internamente en el mundo.
Desplazamientos internos por la crisis climática
En África, continente donde se desarrolla la COP27, la crisis climática (sequías terribles o lluvias devastadoras) causa una importante cuota de desplazamientos internos. En 2021, en Somalia, en el Cuerno de África, la sequía acabó con cultivos y ganados y motivó el desplazamiento de más de un millón de personas.
Este año la situación no ha variado. En la ciudad de Baidoa, en el centro-sur de Somalia, unas 7.000 personas en extrema necesidad de ayuda acuden a los sitios para personas desplazadas cada semana. La sequía no da tregua y ha alcanzado a niveles de crisis humanitaria.
Quienes llegan a los sitios han tomado decisiones angustiosas de arriesgarse a emprender el viaje en su estado de debilidad causado principalmente por la desnutrición. También, dejan a sus familiares más vulnerables, tanto viejos como jóvenes, con la esperanza de que sobrevivan.
“Vine a pie. Me tomó casi cinco días. Nos sentábamos a la sombra de los árboles durante el día, esperando a que se pusiera el sol. Luego caminábamos por la noche”, cuenta una anciana que ha pasado dos meses en un sitio para desplazados en Baidoa tras la muerte de su ganado.
El costo humano ha sido asombroso. Sentada entre un grupo, otra mujer relata, con los ojos llenos de lágrimas, a un equipo del OIM la tragedia que ha vivido. “Perdimos a algunos de nuestros hijos debido a la sequía”. Con la esperanza de evitar el mismo destino para su hijo, Farhia, de 30 años de edad, admite: “Estoy luchando para alimentar a mi hijo. Está enfermo y no sé adónde llevarlo”.
Un planeta en huida
Además del caos y el trauma de perder su estilo de vida tradicional, estas personas se enfrentan otro obstáculo: acceder a información vital y los medios para obtener alimentos, vivienda y atención médica.
La OIM administra sistemas de gestión de campamentos en casi 500 sitios de desplazamiento en Somalia. Han recibido decenas de miles de personas en Mogadishu, Doolow, Kismayo, Baidoa, Luuq, Beletweyne, Jalalaqsi y Bulo Burto.
Somalia no es el único país que padece estos desplazamientos internos. China, Filipinas, Bangladesh, la India y Estados Unidos encabezan el ranking de naciones con mayor número de desplazamientos internos por desastres naturales. Según cifras de Acnur, en 2020 hubo 5,1 millones de desplazamientos internos por la crisis climática en China. En Filipinas, 4,4 millones. Bangladesh, 4,4 millones. En la India 3,9 millones y en Estados Unidos 1,7 millones.
La mayoría de los desplazamientos se registraron en el sur de Asia y en Asia oriental y el Pacífico. Los ciclones tropicales, los tifones, las lluvias monzónicas y las inundaciones han tenido un gran impacto en esta región densamente poblada. La destrucción ha sido enorme.
Ayuda a los que migran y a los que se quedan
La OIM, basado en el informe presentado por el IDMC, hace tres recomendaciones a los líderes mundiales reunidos en la COP27. Brindar soluciones para que las personas se queden. Evitar y minimizar el desplazamiento a través de la reducción del riesgo de desastres y la adaptación in situ. Asimismo, brindar soluciones para personas en movimiento. Minimizar y abordar mejor las pérdidas y los daños, incluido el desplazamiento a través de acciones anticipatorias. Y proporcionar soluciones para que las personas se muevan. Esto es, permitir una migración segura y regular
El informe también destaca las soluciones prácticas implementadas por la OIM y los socios globales para inspirar a los responsables de la formulación de políticas a identificar y replicar las buenas prácticas. Por ejemplo, la participación de la comunidad en Burundi ha reducido los riesgos para los asentamientos y las viviendas relacionados con los peligros naturales. Además de los movimientos de población.
En Tayikistán, han ofrecido capacitación sobre adaptación al cambio climático. Y a las mujeres que han elegido quedarse las ha ayudado a canalizar sus remesas hacia la adaptación al cambio climático y la creación de resiliencia.
La OIM mantiene su firme compromiso de unirse a la comunidad internacional y asistir y proteger a quienes se ven más afectados por los impactos adversos del cambio climático, la degradación ambiental y los desastres naturales.