Por Cambio16
20/02/2018
El reciente bombardeo en Siria ha dejado oficialmente muda a las Naciones Unidas. Un ataque mortal contra la población siria comenzó anoche. Las fuerzas aliadas del Gobierno que bombardearon un suburbio de Damasco en poder de los rebeldes asesinaron al menos a 100 personas, incluidos civiles y niños. Los hospitales parecían ser el objetivo principal de los ataques aéreos. Este 20 de enero al menos cinco centros de salud recibieron ataques.
Por consiguiente las Naciones Unidas se han quedado sin palabras para describir el bombardeo en Siria, oficialmente. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) abordó el ataque en Ghouta. Primeramente su oficina regional emitió una poderosa declaración en blanco. Resumidamente un intento desesperado de llamar la atención sobre las bajas de una guerra que el mundo parece haber abandonado su resolución.
Statement from @gcappelaere on the war on children in #Syria
Reports of mass casualties among children in Eastern #Ghouta and Damascus#ChildrenUnderAttack pic.twitter.com/X2FYJ4OPnf
— UNICEF MENA – يونيسف الشرق الأوسط وشمال إفريقيا (@UNICEFmena) February 20, 2018
Statement from @gcappelaere on the war on children in #Syria
Reports of mass casualties among children in Eastern #Ghouta and Damascus#ChildrenUnderAttack pic.twitter.com/X2FYJ4OPnf
— UNICEF MENA – يونيسف الشرق الأوسط وشمال إفريقيا (@UNICEFmena) February 20, 2018
Bombardeo en Siria… sin palabras
https://youtu.be/n_J5Aa9dCGM
El director Geert Cappelaere lanzó una nota explicativa tras el bombardeo en Siria. «UNICEF está emitiendo esta declaración en blanco. Así que ya no tenemos las palabras para describir el sufrimiento de los niños y nuestra indignación. ¿Los que infligen el sufrimiento todavía tienen palabras para justificar sus actos bárbaros?».
Siria alguna vez tuvo una población de 18 millones. Desde el comienzo de la guerra, casi medio millón de personas han muerto en Siria. Asimismo 11 millones han sido desplazadas. Más de seis millones de ellos buscan asilo fuera de su país. Según Human Rights Watch, al menos un millón de sirios viven actualmente bajo el asedio de su propio gobierno o fuerzas aliadas del gobierno. Por ello necesitan ayuda humanitaria.
La declaración en blanco sobre el bombardeo en Siria condena la incapacidad de la comunidad internacional para proteger a los civiles sirios. Pero también es una poderosa evidencia de la propia impotencia de las Naciones Unidas ante el tipo de desastre humanitario que allí no da tregua.