Después de lo ocurrido en Ecuador y Chile, Bolivia es el tercer país latinoamericano, en poco más de un mes, poseído por la agitación política y social. Y un mal ejemplo que la comunidad internacional pide no repetir en América Latina.
Evo Morales se resiste a atender la demanda popular de someterse a nuevos comicios, en medio de la violencia política que lleva 20 días. Esto, luego de hacerse del poder por cuarta vez, desde 2006, en unas elecciones sin segunda vuelta y plagada de otras irregularidades.
Los enfrentamientos entre opositores y seguidores de Morales han ocasionado tres muertos, centenar de heridos y cuantiosas pérdidas materiales.
Ante esto, organizaciones internacionales han encendido de nuevo las alarmas y alertado sobre las consecuencias para la región. Desde España, el Observatorio Euroamericano de la Crisis de la Democracia (Oeacrid) pide garantizar los derechos políticos y la soberanía, con otro proceso electoral transparente con la asistencia de observadores internacionales.
@Carsaso y @carome31 y Dr Rivera – representando Capítulo Español @cbloquec – y @PresASJURIB – representando Asociación Juristas de Iberoamérica @JuristasIberoam -instituyeron el:
OBSERVATORIO EUROAMERICANO DE LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA – OEACRID
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— Juristas de Iberoamérica (@JuristasIberoam) October 17, 2019
“Es imprescindible la restauración de la convivencia pacífica del pueblo boliviano. Y también la recuperación de las Instituciones constitucionales”, ha instado el Observatorio, en un llamado a preservar las democracias en la región.
La Oeacrid es una organización instituida por la Asociación de Juristas de Iberoamérica, que monitorea y valora los hechos políticos y jurídicos que impactan la promoción de la democracia y sus valores, para el bien de los ciudadanos.
Hechos de la crisis política en Bolivia
La violencia política en Bolivia, iniciada el 20 de octubre pasado, tiene salida constitucional: un nuevo conteo con observación internacional , según la Oeacrid. E identifica seis hechos que configuran la crisis, en un comunicado.
Uno de los sucesos es la actuación del Tribunal Constitucional, luego de un referendo consultivo ignorado. Esto marcó el rumbo político de Bolivia, afirma la organización.
En 2013, el Tribunal Constitucional habilitó a Evo Morales para optar por su tercer mandato en las elecciones del 2014 y que le llevara a mantener el poder del gobierno hasta el 2021. Mientras el oficialismo preparaba una reforma constitucional sobre la reelección presidencial, un referendo popular consultivo, realizado en 2016, negó con 51% de votos esa posibilidad.
No obstante, en 2017, el mismo Juzgado decidió “declarar la aplicación preferente” de los “derechos políticos” por encima de los artículos de la Constitución que limitaban la reelección presidencial a dos períodos. Y le abrió el camino a Morales a la reelección indefinida.
Triunfo de Morales con control de poderes
Aún así, la oposición en Bolivia decidió participar en el proceso electoral. A pesar de que «por primera vez un gobierno democrático desconoce el voto del pueblo», dijo el líder opositor Samuel Doria Medina, al referirse al referéndum. Y se configuró el triunfo de Morales en unas elecciones a la medida del oficialismo. «Con un órgano electoral sometido al Gobierno y en condiciones de inequidad extremas», apunta Oeacrid.
Además, el gobierno ejerce el control de los poderes. Hace manipulación de identificación y de registros, habilitación de Morales como candidato, primarias fraguadas, falsificaciones y manipulación de resultados, según la organización.
“Como sucedió en Venezuela en el 2007, la expresión del pueblo soberano se ignoró y a través del Poder Judicial, se empieza a justificar las actuaciones de un gobierno a espaldas de la propia Constitución”.
Ante esto, Evo Morales «es el develado cuarto dictador del consorcio de crimen organizado transnacional denominado “castrochavismo”, refiere el comunicado.
Desconfianza en auditoría
El gobierno de Morales prometió la revisión de resultados y la segunda vuelta si ese reconteo internacional comprobaba fraude en las presidenciales. Sin embargo, no se ha realizado. Y el candidato opositor Carlos Mesa aseguró que no aceptará auditoría sin la participación de la sociedad civil.
El ex aspirante objeta los términos “unilaterales” pactados entre Morales y la OEA. Y es que las declaraciones del Secretario General, Luis Almagro, en la oportunidad de firmar en mayo un Acuerdo para facilitar la observación de la OEA en el proceso comicial, donde indicó que «sería discriminatorio» no dejar participar en las elecciones, generaron controversias en el sector opositor de Bolivia, porque no recordó el resultado del referéndum popular.
«Sin duda, la posición de Almagro, unida a la renuncia del coordinador técnico de la OEA en Bolivia, que ocurrió como consecuencia de la presión que ejerce Evo sobre Almagro, según denuncia Rolando
Villena, portavoz del Comité Nacional de Defensa por la Democracia, hace que no haya confianza sobre los resultados de la Auditoría y en consecuencia ha pedido a la OEA el pasado 2 de noviembre que se retire del país».
Bolivia y la defensa de las democracias
Mientras en Bolivia la sociedad civil se lanzó a un paro cívico, convocado por los oposición, para presionar la renuncia de Morales y el no reconocimiento internacional al fraude y a la elección, la OEA pidió una segunda vuelta. Una solicitud que fue respaldada por la Unión Europea, España y Estados Unidos y Canadá.
Equipo técnico de la #OEAenBolivia hace un llamado a que la ciudadanía entregue material para su análisis.
📧Para coordinar entrega de material contactarse a: 𝗮𝘂𝗱𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮𝗯𝗼𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮@𝗼𝗮𝘀.𝗼𝗿𝗴
Más información: https://t.co/y5cgT9R32E pic.twitter.com/ExXLiu90j3
— OEA (@OEA_oficial) November 5, 2019
España, particularmente, está dispuesta a participar desde la OEA en una auditoría, según declaró el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrel.
Por ahora, la incertidumbre y la violencia políticas se ha instalado en el país andino, por lo que la OEA hace un llamado a la calma. El paro convocado por el cívico Comité Santa Cruz, persiste y la violencia política continúa, mientras a Morales, en el poder, se le reclama no escuchar a los bolivianos. Un riesgo y un mal ejemplo de inestabilidad política para las democracias de América Latina, que la Oeacrid condena y pide cesar con nuevas elecciones, en defensa de la soberanía del pueblo boliviano.
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