El cumplimiento de la cuarentena en Bolivia no parece detener la tala y la quema indiscriminadas. Por esta razón el país andino corre el riesgo de revivir los voraces incendios registrados en el 2019. En esa ocasión, las llamas provocaron la destrucción de extensas áreas de bosque. La crisis generó movilizaciones ciudadanas que reclamaban la declaratoria de desastre nacional.
Pese a las medidas de restricción, dirigentes indígenas denuncian que muchas actividades continúan en sus territorios. No se ha detenido “la extracción o saqueo ilegal de recursos naturales, el desarrollo de actividades extractivas (minería e hidrocarburos) o la quema de bosques», señalaron en un comunicado. Esta situación pone «a nuestras comunidades en mayor vulnerabilidad frente a la pandemia”.
Invitación: Al pueblo boliviano a participar de la Segunda Asamblea URGENTE por los BOSQUES frente a la amenaza de nuevos chaqueos y quemas criminales, en las áreas boscosas de Bolivia.
La cuarentena no frenará nuestra movilización por la defensa de la naturaleza y la vida. pic.twitter.com/jmWliriO4Q— Manuel Morales A. (@manuelbolivia11) April 29, 2020
Impedir que se repita el caso de 2019
“Demandamos al gobierno nacional y a los gobiernos departamentales y municipales paralizar todas las actividades extractivas en nuestros territorios: de madera, minería, hidrocarburos y el monocultivo. No podemos repetir el ecocidio del 2019″, enfatizaron los dirigentes en un documento publicado este miércoles.
Las organizaciones ambientalistas, recuerdan los incendios que en 2019 consumieron más de 5 millones de hectáreas en las regiones de la Amazonía y Chiquitanía. Los activistas achacaron este desastre ambiental a la decisión del Gobierno del entonces presidente Evo Morales, de ampliar la frontera agrícola y ganadera, en alianza con los sectores ganaderos, agroindustriales y los colonizadores afines a su partido.
Política económica destructiva
«Toda la devastación es fruto de una política económica irracional de ampliación de monocultivos (soja y caña) y mayor extensión de la ganadería», expresó en esa oportunidad un documento de la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap). Pedían derogar la ley 741 y el decreto 3973, que se promulgó recientemente para permitir las quemas controladas.
La historia amenaza con repetirse menos de un año después, mientras activistas e instituciones denuncian que hay acciones que persisten pese a las prohibiciones. Por esta razón, ratifican el pedido de abrogar las denominadas “normas incendiarias” que avalan las quemas “controladas” en el país. Aseguran que, de no hacerlo, se corre el riesgo de generar incendios como los registrados en el 2019.
“Son cosas que ya están llegando a un límite. Se está pensando en dar una fecha de plazo, tanto al Legislativo como al Ejecutivo para abrogar estas leyes. Hemos visto que hasta el momento no se está haciendo y se permitirá que sigan los incendios”, sostuvo el activista Pablo Solón.
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🕒: Abierto 15:30, Inicio 16:00
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Cuarentena para salvar a Bolivia
“Hoy los humanos estamos en cuarentena para salvarnos de la COVID-19″, señala el texto. «La naturaleza debe ser protegida de la acción depredadora de medianos y grandes propietarios agropecuarios que anteponen sus intereses mezquinos a la preservación de la vida. Hoy nuestros bosques deben entrar en cuarentena para salvar nuestra principal fuente de agua, biodiversidad y alimentación”, detalla el documento.
Los pueblos de tierras bajas de Bolivia también piden definir un plan de acción en coordinación con sus autoridades indígenas, para el acceso a alimentos en medio de la cuarentena.
Exigen que se garantice “la seguridad alimentaria de nuestras familias y comunidades». Solicitan apoyo para fortalecer «los mecanismos de distribución y comercialización de la producción familiar y comunitaria, destinada a los centros urbanos y poblados del área rural y de las ciudades capitales». También proponen «trabajar en un plan post pandemia con alternativas de carácter social y económico, que reactiven la producción comunitaria en nuestros territorios”.
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