Una bola de fuego se observó desde varios puntos de España. El fenómeno de gran luminosidad se produjo cuando un pedazo de roca de un asteroide entró en la atmósfera terrestre. Los detectores del Proyecto SMART del IAA (Instituto de Astrofísica de Andalucía) grabaron el fenómeno color rojo y verde.
Una bola de fuego en el cielo
Alrededor de la 0:16 horas (hora peninsular) del pasado miércoles se registró el cruce de una bola de fuego por los cielos del sur y el centro del país. Una roca procedente de un asteroide que viajaba a una velocidad de 54.000 km/h entró en la atmósfera terrestre.
La entrada de la roca a la atmósfera produjo un fenómeno de altísisma luminosidad a los 83 km de altitud al sur de la provincia de Bajadoz. Luego se desplazó en dirección noroeste hasta extinguirse a unos 44 km de altitud. Las espectaculares imágenes de la bola de fuego se observaron solo hacia la mitad sur de la Panínsula.
El recorrido lo registraron varios detectores del Proyecto SMART ubicados en los observatorios astronómicos de Sierra Nevada en Granada, Sevilla, La Hita y Huelva. Desde el observatorio de Sevilla se pudo ver la caída vertical de la bola de fuego.
Un fenómeno vertical y muy luminoso
Las bolas de fuego, conocidas errónea y popularmente como estrellas fugaces, son en realidad un meteoro. Un fenómeno luminoso que consiste en un meteroide atravesando la atmósfera terrestre, dejando una estela persistente de luz.
Los expertos en astrofísica señalan que la bola de fuego del pasado miércoles es particularmente interesante por la verticalidad con la que descendió y los colores que destelló, características que la distinguen de otras bolas de fuego que el proyecto SMART observa con cierta frecuencia.
El proyecto SMART (en español, Espectroscopia de Meteoroides en la Atmósfera con Tecnología Robótica) es una iniciativa desarrollada por la SWENM (Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa). El propósito de la red es analizar la materia interplanetaria que impacta contra la Tierra.
SMART está dirigido por el astrofísico José María Madiedo, quien desde 2006 implantó y desarrolló los primeros equipos de vídeodetección en España. Actualmente, SWENM opera varios sistemas de detección de meteoros ubicados en distintos puntos de Andalucía y Castilla-La Mancha. Cada punto monitoriza el espacio aéreo en un radio de 500 a 600 kilómetros en busca de bolas de fuego y más.
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