El secreto de los vinos elaborados por Bodegas Vilano reside en la viña y en el extraordinario equilibrio entre las excepcionales características que definen el terroir, donde arraigan unas cepas que son el origen de unos vinos cuya calidad sin parangón está conquistando todos los mercados y obtiene las mejores notas en las catas más prestigiosas. Estos vinos proceden de una tierra dura, sometida a condiciones climáticas extremas, que perfilan un suelo que otorga color, aroma y cuerpo a las variedades de uva que componen la denominación de origen Ribera del Duero
La naturaleza impone aquí, a una altitud que puede llegar hasta los mil metros, un temperamento tan exclusivo como peculiar por lo insólito de los contrastes y el rigor de unas cepas que brotan de un suelo arcilloso, calizo y pedregoso. Los bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche antes de la vendimia, a finales de verano, retrasan el brote de la vid y determinan la calidad de la uva.
El conocimiento y la pasión, el espíritu emprendedor y los proyectos de transformación están presentes en Bodegas Vilano desde mucho antes de su fundación, en 1957, precisamente porque surgen de la tierra. La bodega fue fundada como una cooperativa por los abuelos y padres de los actuales socios, que aportaron viñas centenarias en la localidad de Pedrosa del Duero (Burgos). De una capacidad inicial de 300.000 kilos de uva hoy se han superado los 2,6 millones. Se trata de viticultores de tercera o cuarta generación que continúan seleccionando los racimos en el campo y recogiendo la uva, de la variedad ‘Tinta Fina’ o ‘Tinta del País’ (Tempranillo), a mano, como el primer día.
La experiencia, un valor que deja huella
Con el primer Viña Vilano, precursor de una denominación de origen –Ribera del Duero– que surgiría tres décadas después, en 1982, quedó certificado un legado milenario que configura no solo el carácter del vino, sino la forma de ser de una comarca y de su paisaje, así como la personalidad de su gente, de sus costumbres y de su cultura.
Bajo el impulso del Consejo Regulador, Ribera del Duero, igual que Bodegas Vilano, ha perfeccionado sus cultivos introduciendo tecnología digital en la elaboración del vino y rigurosos procesos de control que han construido el valor y el prestigio de una denominación de origen que hoy es sinónimo de calidad y se comercializa en todo el mundo.
En esta expansión ha tenido mucho que ver Desiderio Sastre, director general de Bodegas Vilano, con una contrastada experiencia en el sector y una amplia trayectoria que le ha llevado a recorrer medio mundo explicando la verdadera esencia de los vinos de Ribera del Duero, su historia y la singularidad de sus viñas. Además de haber desempeñado cargos en la propia denominación de origen y en órganos de la administración vinculados a la exportación –es responsable de la introducción y éxito de estos vinos en muchos países, sobre todo en Alemania–, impulsó la diferenciación y zonificación de las viñas de Vilano para optimizar la producción.
Los vinos Terra Incógnita, el más selectivo de la bodega; los Vilano; La Baraja y Viña Vilano, que responden a dos pagos históricos, y la gama de los rosados, han triunfado en el mercado y hoy son considerados de los mejores vinos de la denominación. En las 250 hectáreas de Bodegas Vilano, con una producción anual de dos millones de kilos de uva, convierten este proceso en un arte, y en la búsqueda de la excelencia combina el conocimiento ancestral de siglos de tradición con la tecnología más innovadora y sostenible. Por eso, sus vinos son únicos y encarnan el sabor de la tierra.
La proyección internacional de los vinos de Vilano sorprende: reciben altísimas puntuaciones y son distinguidos con todo tipo de reconocimientos. ¿Cuál es el secreto de una bodega de tradición familiar, fundada en 1957?
Sin duda, tenemos un emplazamiento privilegiado que tradicionalmente ha sido ideal para la viticultura y excepcional para la variedad reina en la DOP Ribera del Duero: la Tinta Fina o Tempranillo. Asimismo, contamos con unas prácticas tradicionales de cultivo mantenidas durante generaciones junto a un equipo enológico excepcional dirigido por Almudena Sancho, una buena conocedora de la zona. Los modernos equipos de elaboración y un seleccionado parque de barricas dan como resultado un vino extraordinario.
Tradición e innovación se complementan junto a la pasión por el vino. ¿Cómo mejora la tecnología, tanto en viñedos como en bodega, el proceso de producción de un cultivo milenario?
El cuidado en seleccionar la temperatura, la densidad y los parámetros de fermentación alcohólica óptimos para cada vino, así como el esmero en los procesos de trasiegos, filtración, limpieza de barricas y embotellados, entre otras fases de la producción, son esenciales para garantizar un tratamiento enológico impecable. El soporte informático para controlar la trazabilidad de los vinos en todo momento hoy en día es esencial para el control de la calidad.
¿El respeto a la tierra implica una viticultura ecológica?
En nuestro caso seguimos una tradición de generaciones donde el respeto a la tierra y a los cultivos ha garantizado los niveles de calidad y cuidados sostenibles en el tiempo en cuanto a la viticultura. No somos una bodega con enormes superficie de viñedo trabajadas a máquina con el objetivo de obtener altos rendimientos.
Nuestros viñedos son familiares y están conformados por pequeñas fincas de una edad media en torno a los 30 y 40 años, atendidas y cuidadas por los propios viticultores porque constituyen su medio de vida. Se puede decir que es una viticultura sostenible y ecológica.
Pese a tratarse de una denominación joven, Ribera del Duero ha sido una de las regiones de mayor crecimiento en España. ¿Supone un hándicap a la hora de competir con las grandes denominaciones como Rioja?
Efectivamente. Pese a su éxito, es una DOP joven aún en comparación con otras. Fue fundada en el año 1982 por siete bodegas iniciales. En cuanto a volumen, supone la cuarta parte de la DOC Rioja, con una producción media en torno a los 100 millones de kilos, mientras que Rioja se sitúa en torno a los 400 millones de kilos. No se trata de competir en volumen, sino de mantener una calidad de forma sostenible, fieles a un concepto enraizado en la zona por sus excepcionales características climáticas y geográficas.
En un mercado tan competitivo, resulta complejo mantenerse como referencia. Vilano partió de un exhaustivo conocimiento del terroir en el corazón del Duero con una cuidada selección de todos sus elementos, desde el análisis del suelo hasta la selección de la uva o de la tonelería. ¿Qué factores han determinado el éxito posterior de sus vinos?
La clave del éxito radica en esos vinos fruto de una ubicación excepcional que han sorprendido a los principales consumidores de vinos de calidad. A partir de ahí, la incorporación de grandes enólogos con brillantes proyectos ha aportado novedades y mejoras a las producciones existentes y, por supuesto, las grandes inversiones en tecnología para asegurar las calidades de uva y vinificación en las bodegas, que han tenido como resultado vinos excelentes.
Nuestros vinos han sido altamente valorados por los principales críticos y han tenido una extraordinaria acogida en los mercados internacionales donde se han presentado, atrayendo a un público de calidad en todo el mundo.
Frente a un incremento sostenido de la demanda, las cosechas se ven limitadas por los efectos del cambio climático. ¿Es un factor coyuntural? ¿Cómo hacer frente a esta circunstancia?
El factor climático está incidiendo en la selección de suelos y altitudes. El estrés hídrico en periodos de sequía también limita las producciones. Creemos que es un factor estructural para considerar a largo plazo e implantar técnicas de riego por goteo para compensar el déficit hídrico cuando sea necesario, así como nuevas tecnologías de vigilancia aérea con el uso drones para monitorizar el estado fitosanitario del viñedo, los índices de maduración fenólica que establecen el mejor momento de vendimia y todos los datos que contribuyen a optimizar el cultivo.
La Baraja Godello de Bodegas Vilano es un blanco exclusivo D.O. Valdeorras cuya excelencia y calidad contrastan con su exclusividad y producción limitada. Este vino de autor es una apuesta personal. ¿Cómo se elabora un proyecto de esta naturaleza? ¿Es una alternativa de futuro?
Creemos que el mercado estaba demandando un vino blanco gastronómico que pudiera compartir carta en los restaurantes con una oferta de tintos criados en barrica, no solo para consumo estacional por copas. Elaborado con batonage y fermentado en barricas de roble francés seleccionado, gracias a su mineralidad este vino tiene un comportamiento óptimo de mejora con el paso del tiempo y se convierte en una excelente opción para todo el año en las cartas de vino.
Somos una bodega ubicada en la DOP Ribera del Duero, pero nuestros clientes son internacionales y este vino amplía nuestra oferta en la gama alta. Se trata de botellas numeradas y exclusivas que están teniendo una gran aceptación por parte del consumidor.
¿Qué retos se plantea Vilano en su estrategia de negocio?
Nuestro desarrollo está siendo muy positivo. Queremos mantener nuestros niveles de calidad en el tiempo e incorporar nuevas propuestas para nuestros clientes. Igualmente, tenemos planes de ampliación en bodega a medio plazo para atender una demanda creciente de nuestros vinos. Este año presentaremos nuevos vinos que completarán nuestra gama de vinos premium en el mercado.
Usted forma parte de la historia de las denominaciones de origen de España. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de los vinos españoles en el mercado internacional?
En términos comparativos, aunque llevamos pocos años de presencia en los mercados internacionales, hemos tenido un desarrollo excepcional de nuestras calidades y oferta de vinos. Realmente el cambio se ha empezado a evidenciar desde los años 90 y la penetración en los mercados no ha dejado de crecer desde entonces.
Somos una potencia vitivinícola a nivel mundial, pero estamos lastrados por los grandes volúmenes de venta a granel de bajo valor que se ha realizado históricamente. Esta circunstancia está claramente cambiando y el valor de los vinos españoles se incrementa cada vez más.
Creo que en el futuro será necesario ajustar las producciones nacionales al crecimiento en valor en lugar de cantidad, aunque supondrá un reajuste en la estructura de la superficie de viñedo plantada para que se adapte a la demanda real de los mercados.
¿Es posible que no existan denominaciones de origen mejores o peores, sino vinos buenos y malos? ¿Qué le pide a un vino?
Es correcto. Cada zona ofrece una variedad de uvas y vinos según sus características geoclimáticas, solo hay que seleccionar las más adecuadas a cada lugar. A los vinos hay que pedirles calidad, reflejada en limpieza, franqueza, personalidad y expresividad. Después, cada consumidor elegirá el vino que más se adapte a sus gustos y circunstancias de consumo. Existe un vino para cada ocasión y época del año.
¿Qué novedades ha llevado Vilano a la Feria Prowein de Alemania, la más importante del mundo? ¿Qué tendencias ha podido constatar en este foro?
Bodegas Vilano ha llevado a la feria las nuevas añadas de La Baraja tinto 2019, La Baraja Godello 2022 y Vilano Black 2022 con una imagen mejorada. Como novedad, hemos presentado el Think Pink espumoso dulce de baja graduación y el rosado tranquilo 2023 que acabamos de sacar. No nos ha dado tiempo a mostrar las novedades que esperamos presentar antes de verano de vinos muy exclusivos con una gran personalidad.
En esta edición de Prowein hemos observado que en las dimensiones que está alcanzando la feria a nivel internacional pierden protagonismo países productores tan importantes como Francia, que este año ha optado por retomar su relevancia en París con una nueva feria.
Por otro lado, hay que destacar que el encarecimiento de costes de la feria está dificultando al pequeño comercio alemán visitarla, lo que está impulsando el nacimiento de pequeñas iniciativas regionales para facilitar a los pequeños comerciantes el contacto directo con bodegas y distribuidores a un coste más asumible.
En cuanto a tendencias, podemos destacar que se aprecia un interés hacia los vinos blancos, rosados y espumosos, que están teniendo un comportamiento positivo en el mercado. Bodegas Vilano ha apostado por nuestro blanco La Baraja Godello y nuestros rosados Think Pink espumoso y tranquilo.