Su compromiso con la sostenibilidad y el respeto al medioambiente configuran su proceso de producción
El vino da sentido a la vida. Carlos Moro lo sabe muy bien. Su historia es la de una pasión heredada que se ha convertido en un proyecto líder de referencia en los sectores vitivinícola, oleico, turístico y de vinos sin alcohol. Bodegas Familiares Matarromera comprende hoy 11 bodegas en 7 de las denominaciones de origen españolas más importantes y tiene presencia en más de 80 países.
Desde 1988, cuando se fundó en Ribera del Duero, en la búsqueda constante de la excelencia y con la tierra como inspiración, Carlos Moro se propuso crear el mejor vino en las zonas vitivinícolas más prestigiosas. Desde el principio, Bodegas Familiares Matarromera se ha basado en el respeto a los límites de la naturaleza y en la regeneración de los recursos.
La producción de uvas de altísima calidad y la elaboración de vinos de excelencia se fundamenta en la sostenibilidad y la aplicación de principios de economía esférica para el aprovechamiento de subproductos, es decir, la suma de procesos circulares que confluyen con otros procesos que completan una esfera de vitalidad y diversidad.
Un ejemplo de estrategia de economía esférica es el desarrollo, junto con Alma Carraovejas y Ence, del proyecto VINEBOX en Bodega Emina. El objetivo de la iniciativa es el aprovechamiento de los restos de poda generados en el viñedo para la elaboración de bobinas de papel con la celulosa de los sarmientos de restos de poda para la fabricación de cajas y etiquetas.
El compromiso con la acción climática y la sostenibilidad se evidencia en el respeto por la tierra con prácticas amigables con el medioambiente; la optimización del ciclo del agua y la reducción de la huella hídrica; la disminución de consumos; la minoración de emisiones de gases de efecto invernadero; la protección de ecosistema y de la biodiversidad; la aplicación de medidas de ecodiseño y un modelo de uso de la energía eficiente y renovable.
La descarbonización contempla, entre otras medidas, el autoconsumo en las instalaciones agrícolas e industriales y la electrificación de todo el proceso de producción con fuentes limpias y medios alternativos, que van desde la biomasa hasta la energía solar, fotovoltaica y térmica, eólica y la electromovilidad, con la instalación del primer sistema de recarga de coche eléctrico en el área rural, en Bodega Emina (Valbuena de Duero), una medida que se ha implementado en el resto de los centros con electrolineras.
La cátedra Carlos Moro de Matarromera impulsa la formación, el desarrollo y la innovación de todos los temas económicos, sociales y técnicos relacionados con el sector vitivinícola.
Bodega Emina, sede central de Bodegas Familiares Matarromera, es un ejemplo de edificación ecosostenible:
- un 90% de su demanda energética está cubierta por energías renovables;
- un 60% de espacios del edificio tienen luz natural;
- utiliza un 70% de materiales reciclados;
- un sistema de climatización con posibilidad de empleo de energía solar térmica mediante absorción térmica;
- emplea como combustibles gas licuado del petróleo y biomasa y
- tiene un sistema de refrigeración pasiva con orientación norte en zonas con menores requerimientos térmicos y lumínicos.
Bodega Emina cuenta con los certificados Sustainable Wineries for Climate Protection en Emina de Ribera del Duero (SWfCP) y Sustainable Wineries for Climate Protection Plus (SWfCP+) en Emina Rueda.
SOSTENIBILIDAD Y ECOEFICIENCIA
Construida en 2005, el Centro de Interpretación Vitivinícola Emina (CIVE) es el primer proyecto integrado de desarrollo sostenible de una bodega a escala mundial y es un ejemplo de ecoeficiencia en todas sus instalaciones. Con la definición y desarrollo del CIVE se optimiza el aprovechamiento de los recursos, se logra un ciclo cerrado de la uva y del agua y se minimiza el impacto medioambiental en los procesos y productos.
Emina se convirtió en 2010 en la primera empresa española que calculó la huella de carbono en uno de sus vinos (Emina Verdejo) y obtuvo la certificación de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR). Para saber el impacto real que tiene la producción de sus vinos sobre la atmósfera y sobre el medioambiente, también se ha calculado la huella de carbono de Emina Crianza y Matarromera Crianza.
AENOR ha certificado que Bodegas Familiares Matarromera emite 829 gramos de CO2 por la producción de cada botella de Emina Verdejo, 1,4 kg de CO2 por el Emina Crianza y 1,1 Kg por el Matarromera Crianza. Estos son los primeros vinos de la denominación de origen Ribera del Duero en conocer este dato. El objetivo es reducir y compensar esas emisiones en las futuras añadas.
La estrategia de sostenibilidad forma parte de la cultura corporativa de Bodegas Familiares Matarromera e impregna todos los departamentos del grupo empresarial de forma holística y transversal. Se integra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas y persigue minimizar el impacto, disminuir la huella de carbono y alcanzar el net positive generando un valor positivo al amparo de los criterios ESG en todos los ámbitos donde se desarrolla su actividad con prácticas regenerativas que enriquecen el suelo, protegen la biodiversidad y secuestran toneladas de carbono.
Para alcanzar este propósito es necesaria la innovación. Bodegas Familiares Matarromera tiene un departamento formado por profesionales dedicados en exclusiva a aplicar soluciones tecnológicas sostenibles con la colaboración de instituciones, universidades y empresas que participan en la creación de productos y procesos novedosos que inciden en la mejora del viñedo y el desarrollo de tecnología enológica con big data e inteligencia artificial. En la actualidad, se desarrollan más de 110 proyectos de I+D+i con una inversión de 45 millones de euros.
La industria 4.0 promueve una transformación que tiende a automatizar los procesos de producción, incrementando la eficacia y el aprovechamiento gracias a la información que aportan los datos y a la digitalización. Tanto en los viñedos, donde se digitalizan funciones con la instalación de sensores de agua, estaciones climáticas y fertilización inteligente para mejorar consumos y rentabilizar recursos, como en las bodegas, donde opera una plataforma de gestión eficiente de la electricidad y se captura el CO2 de la fermentación.
El dióxido de carbono recuperado se utiliza en el remontado, que consiste en ir remojando el sombrero con el mismo vino que se encuentra debajo para ayudar a la extracción de componentes de color. La gestión eficiente disminuye la generación de residuos y la aplicación de medidas de reciclaje y valorización de materiales.
Bodega Emina, por ejemplo, cuenta con una zona de segregación de los residuos que facilita su reciclaje y clasificación. Además, recientemente se instaló un compactador de residuos con el fin de reducir el volumen de cartón y plástico desechados en la zona de embotellado (punto del proceso productivo donde más residuos se generan).
LA HUELLA HÍDRICA
El agua es un elemento fundamental y la reducción de su consumo es un objetivo primordial que presenta dificultades añadidas por la climatología y los periodos de sequía extendidos por el cambio climático. La utilización de una estación depuradora de aguas residuales permite que se traten las aguas residuales de los distintos centros de producción del grupo y se devuelva el agua al ecosistema en condiciones para su reutilización.
Las bodegas tienen un sistema de aprovechamiento de aguas pluviales, que se reutiliza y no se pierde por evaporación, lo cual aminora la extracción del acuífero. El ahorro de agua estimado es del 50%. Gracias a estas prácticas, se consigue un ahorro anual que se cifra en 0,05 litros de agua por botella de vino producida; esto significa que el ahorro estimado es de 60 m3 (60.000 litros) al año solo en el proceso productivo.
Bodegas Familiares Matarromera es consciente de que los viñedos son su principal materia prima. El sistema de agricultura sostenible que propone persigue la obtención de vinos de gran calidad gracias a su apuesta por la I+D+i.
Cuidar y proteger los viñedos redunda en el desarrollo de las zonas rurales, sobre todo en la mejora de la agricultura. Con este planteamiento estratégico, la empresa ha conseguido que sus bodegas se destaquen en investigación, desarrollo e innovación enfocada en la sostenibilidad medioambiental como base en la excelencia de sus vinos.