La medida puede traer cola. El mundo de las finanzas está asestando un fuerte golpe a las energías fósiles. Tres grandes bancos europeos han anunciado que dejarán de financiar el comercio de petróleo en la región de la Amazonía de Ecuador. Desde el verano, las instituciones financieras han estado bajo la presión de las ONG medioambientales.
Se trata de Grupo BNP Paribas, ING y Credit Suisse. Estas instituciones son responsables de financiar el comercio de 5.500 millones de dólares del petróleo de la Amazonía ecuatoriana hacia los Estados Unidos desde 2009. Pero ahora se han comprometido a excluir inmediatamente de su portafolio el financiamiento del comercio de crudo proveniente de ese delicado ecosistema.
Un golpe más
No se trata de algo nuevo. En realidad, los grandes inversores globales ya tendían a alejarse de la financiación de proyectos de extracción de combustibles fósiles. La presión de los defensores del medio ambiente ha ido en aumento. Este nuevo paso ofrece un precedente en la financiación del comercio de petróleo desde regiones con ecosistemas frágiles.
En enero de 2020, el director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, publicó su carta anual al sector financiero. En ella prometía que su empresa, que es el administrador de activos más grande del mundo, haría algunos cambios importantes para centrar la sostenibilidad en sus inversiones. Ha pasado un año desde entonces. BlackRock ha tomado algunas medidas para abordar su papel en el financiamiento de la crisis climática. Sin embargo, los ambientalistas esperan una política que centre explícitamente la protección de los derechos de los pueblos indígenas en sus inversiones.
La frágil Amazonía
El Grupo BNP Paribas, ING y Credit Suisse se encuentran entre los seis bancos señalados desde el pasado agosto en un informe de Stand Earth y Amazon Watch por financiar la compra de petróleo de la región de la Amazonía de Ecuador. El país sudamericano planea perforar en el Parque Natural Yasuní. Esta zona es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El documento revela cómo los bancos europeos financiaron el comercio de 10.000 millones de dólares de petróleo desde la región de la Amazonía denominada “las Cuencas Sagradas” hacia los Estados Unidos. El análisis asegura que, mientras los bancos adquieren compromisos corporativos de sustentabilidad por un lado, por el otro comercializan petróleo amazónico que contribuye al cambio climático y tiene impactos directos en los Pueblos Indígenas.
Como ejemplo, citan el el caso de un derrame de crudo ocurrido el pasado 07 de abril y otro el 27 de noviembre de 2020 en el Río Shiripuno. Aseguran que su impacto se hace extensivo a múltiples comunidades indígenas del pueblo waorani. En su trayectoria, avanza hacia territorios de pueblos en aislamiento voluntario.
Esta es la primera vez que los bancos comerciales globales han adoptado políticas que excluyen el financiamiento para actividades extractivas en la selva amazónica. Estos compromisos representan el fin de las principales fuentes de financiamiento actuales para el comercio petrolero de la Amazonía, ya que estos tres bancos fueron colectivamente responsables de más del 50% del financiamiento proporcionado en la última década.
Reducción de las emisiones
En total, más de 155 millones de barriles de petróleo han sido exportados desde la Amazonía de Ecuador hacia los Estados Unidos. Ese combustible ha producido un estimado de 66 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. Es el equivalente a las emisiones anuales de 17 centrales eléctricas de carbón. Más del 40% de ese petróleo se ha destinado a refinerías en el estado de California, señala el informe
Se espera que los bancos publiquen detalles vinculantes durante los próximos meses. BNP Paribas ya ha hecho público su nuevo compromiso de no financiar las exportaciones marítimas de petróleo de la región costera de Esmeraldas en Ecuador.
“Como banco, tenemos la oportunidad y la voluntad de participar en la aceleración de la transición energética apoyando a nuestros clientes en esta transformación necesaria. Para tener éxito, dicha transición debe ser justa y equilibrada, teniendo en cuenta la realidad del modelo económico y las necesidades diarias de las personas en todo el mundo. Estos nuevos compromisos, que tienen objetivos claros, marcan una nueva etapa en nuestro objetivo de hacer una contribución decisiva al desafío climático», dijo Jean Laurent Bonnafé, director y director ejecutivo de BNP Paribas.
Un triunfo ambientalista
La noticia fue recibida por las organizaciones ambientalistas. La ven como un paso importante. Sin embargo, les espera una larga ruta para proteger el delicado ecosistema de la Amazonía de Ecuador.
“Estos compromisos son un gran paso adelante y una señal de que la comunidad financiera está empezando a enfrentarse a los abusos de los derechos humanos y las amenazas a la biodiversidad global y la estabilidad climática del nuevo desarrollo petrolero en la Amazonía”, dijo Tzeporah Berman, Directora de Programas Internacionales de Stand.earth.
Moira Birss, Directora de Clima y Finanzas de Amazon Watch, señaló que “estos compromisos muestran una creciente preocupación por parte de las instituciones financieras globales sobre los riesgos que conlleva financiar el comercio del petróleo de la Amazonía para su reputación. Los bancos identificados en nuestro informe enfrentaron serias acusaciones por abanderarse de compromisos climáticos mientras continuaban financiando el comercio de petróleo de la Amazonía. En esta medida, estas nuevas políticas son el primer paso para lograr un impacto significativo y duradero en la protección de la selva amazónica y el respeto de los derechos indígenas en la región”.
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