La industria de la fabricación de pañales está talando bosques para plantar millones de pinos con el fin de satisfacer una demanda creciente de pasta de madera. Pocos son conscientes de que este afán por fabricar pañales para todos en todas partes se suma masivamente a la amenaza de la deforestación mundial. Todos esos dulces bebés que llegan a nuestro mundo a un ritmo de 385.000 al día utilizarán, sin saberlo, unos 3.000 pañales en su primer año de vida
La majestuosa selva amazónica es conocida como “el pulmón de nuestro planeta”. Hay más árboles en el Amazonas que estrellas en la Vía Láctea. Este vasto ecosistema produce el 20% del oxígeno del mundo y almacena 120.000 millones de toneladas de carbono al año. Y es el hogar de más de 2,7 millones de indígenas. Una de cada diez especies de la Tierra vive en la Amazonia, que se extiende por nueve países de Sudamérica. Cada tres días se descubre una nueva especie vegetal en una zona del tamaño de la India. Este increíble bioma es tan grande y tan vital que afecta a los patrones climáticos de todo el mundo.
Para fabricar pañales se necesitan 3,5 millones de toneladas de celulosa al año, lo que equivale a 700 millones de árboles. Añádase otro par de cientos de millones de árboles destruidos para alimentar las máquinas de cartón para el embalaje de productos sanitarios. ¿Quién está a cargo de ese diseño y fabricación que nos cuesta casi mil millones de árboles al año por una ‘comodidad’ moderna que solo se utiliza durante unas horas?
La pasta de celulosa que consume el 10% de los bosques se envasa con una mezcla de al menos tres tipos de plásticos que tardan cientos de años en degradarse. Por lo tanto, para que un bebé use pañales desechables durante un año, ¡se utilizan más de 150 kilos de madera, 25 litros de petróleo y una cantidad no revelada de cloro! Bienvenidos al mundo de la modernidad, donde la sostenibilidad y la salud de las personas y del planeta se consideran secundarias frente a la comodidad de una sociedad de usar y tirar. ¿Forma usted parte de esto? Y si es así, ¿está preparado para salir de la trampa?
Una iniciativa de Cambio16 y Gunter Pauli, autor de La economía azul, con el propósito de involucrar a las empresas, a las administraciones y la sociedad en general en la búsqueda de soluciones tecnológicas que contribuyan a luchar contra el cambio climático. Las propuestas se basan en la observación de la naturaleza y tienden a imitarla en su esfuerzo regenerativo. Blue Cambio Solutions se integra en la labor de formación y concienciación social de Cambio16.
Ha llegado el momento de pasar de la actual “tragedia de los bienes comunes”, en la que destruimos lo que es de todos, a la “oportunidad de los bienes comunes”, que desafía nuestros sentidos y sensibilidades para encontrar un marco que cambie y amplíe los límites. Ya se trate de pañales o de otros productos de higiene personal, como las compresas o las toallitas, cuando se habla de residuos y de rediseñar un modelo de negocio, se requiere una fuerte carga de ciencia si queremos que las alternativas tengan posibilidades de éxito. Para ello, es necesario cambiar el modelo de negocio de los pañales.
¡PAÑALES GRATIS!
En el libro Diaper Solutions, esta novedosa forma de producir y distribuir pañales incluye una milagrosa oferta de pañales gratis. Pero, ¿cómo es posible? Esto solo funciona si se cambian por completo las reglas del juego, e incluso se deja de lado lo que se enseña en las escuelas de negocios. Si se está preparado para ello, entonces podremos acelerar una transición urgentemente necesaria hacia la salud, la sostenibilidad y la reconstrucción de la comunidad. A continuación, estudiemos la lógica que ha facilitado este pensamiento fuera de lo común.
La primera pregunta es: ¿cómo puede alguien ofrecer gratuitamente un producto muy demandado? El mercado de los bienes de consumo rápido es conocido por exprimir los costes en todas partes y todo el tiempo hasta el tercer decimal. ¿Cómo puede uno siquiera imaginar que no es simplemente barato, sino totalmente gratis? Aquí es donde hay una diferencia fundamental entre el actual modelo de negocio lineal, cuyo núcleo ofrece productos más baratos para obtener mayores márgenes. Por favor, ¡tenga la paciencia de dejar que se lo explique!
Si se diseña un sistema con múltiples ventajas desde una plataforma que también genere múltiples flujos de ingresos, entonces es viable ofrecer algo gratis. Esa es la esencia de La economía azul, que se publicó por primera vez en 2009 como un informe para el Club de Roma. Traducido a casi 60 idiomas, este libro se ha convertido en una obra de referencia sobre cómo cambiar la economía, eliminando residuos y generando empleo.
Cuando se toma una taza de café, solo se ingiere el 0,2% de los granos de café recolectados. Por contra, si todos los residuos de café, después de beber una taza, se utilizan para cultivar hongos que enriquecen la biomasa con aminoácidos esenciales, se obtendrá un gran nutriente para las gallinas que comerán el residuo enriquecido y posteriormente pondrán más huevos.
“Para fabricar pañales se necesitan 3,5 millones de toneladas de celulosa al año, lo que equivale a 700 millones de árboles. Añádase otro par de cientos de millones de árboles destruidos para alimentar las máquinas de cartón para el embalaje de productos sanitarios”.
Así, en lugar de limitarse a vender café y desperdiciar los residuos, hay potencialmente cuatro fuentes de ingresos adicionales: setas, pienso para gallinas, pollos y huevos. ¡Se sirve un desayuno completo por el precio de un café! Ya que tiene un total de cinco flujos de ingresos, quizá pueda ofrecer uno gratis. ¿Qué le parece?: “Tómese un café gratis y disfrute de un huevo con tostada a mitad de precio”.
La misma lógica puede aplicarse a un bosque. Paolo Lugari y su equipo de la ecoaldea Las Gaviotas (Colombia) regeneraron un bosque en 8.000 hectáreas de sabana pobre, que restableció su biodiversidad gracias a los pájaros, las abejas e incluso el viento. Pudo desarrollar literalmente actividades industriales a partir de la resina de los árboles y de su residuo, la trementina, un excelente biocombustible. Por lo tanto, más fuentes de ingresos.
El bosque restaurado también filtra el agua de lluvia, produciendo agua potable de alta calidad. La restauración del ecosistema y una novedosa fuente de ingresos múltiples permiten a la comunidad suministrar agua potable gratuitamente.
En lugar de una simple sabana seca convertida en bosque, Paolo Lugari ha creado un bosque generador de valor que seguirá añadiendo valor durante generaciones. En lugar de que los leñadores solo vean la madera exprimiendo más y más dinero al sistema; la comunidad de Las Gaviotas optimiza su actividad entre ingresos, salud y regeneración de los ecosistemas.
Los pañales siguen la misma lógica. Estamos dispuestos a darlos gratis si se asumen una serie de responsabilidades. Aunque hay un elemento de gratitud, se requiere cierta disciplina por parte de todos los que se suscriben. Esa es la clave.
No estamos simplemente diseñando o rediseñando un producto. Lo que realmente estamos haciendo es facilitar que las comunidades estén preparadas para asumir responsabilidades, con atención, agradecimiento y reciprocidad para dar un giro a su economía. A su vez, estas comunidades se vuelven más resilientes gracias a la opción del pañal real.
¿Cuál es el trato? A cambio de pañales alternativos gratuitos, los padres aceptan la rutina semanal de recogerlos todos los sábados, devolviendo un cubo con los pañales sucios (más los restos de recortes de fruta y verdura de la cocina doméstica) cubierto con virutas de madera y una tapa para controlar los olores.
Los cubos son recogidos por una pequeña camioneta con un máximo de carga de dos toneladas y transportados bajo los controles adecuados que prescribe la ley. Durante las dos horas que dura la operación, los participantes se reúnen para aprender y vivir juntos una nueva experiencia, lo que ayuda a construir una comunidad basada en el cuidado y la atención.
Además, como cualquier padre sabe, la rutina es la base necesaria para que un bebé se sienta seguro y protegido en una estructura de apoyo a la vida familiar. Reunirse semanalmente también refuerza las creencias y valores compartidos, el sentimiento de pertenencia y la información. A medida que fluye la comunicación, se establecen niveles de confianza y seguridad. Esto aumenta la apertura para conocerse y hablar de los avances y los retos.
Disfrutando de un café matutino, generosamente suministrado por uno de los padres, bastantes participantes se avergüenzan de recibir pañales gratis, sobre todo si pueden permitirse comprarlos. Los padres intercambian notas sobre experiencias íntimas del parto y sobre los hábitos, temperamento y progresos de su bebé. En poco tiempo, todos sabían los nombres de los demás y después los de todos los bebés.
El medioambiente también se beneficia. El modelo de los pañales genera biomasa que genera ingresos y, además, se autofinancian con la venta de árboles cultivados en el suelo rico en carbono de Terra Preta (tierra oscura y fértil de la cuenca del Amazonas).
Está bien documentado que cuando los bebés oyen su nombre pronunciado por muchas personas, empiezan a sentirse parte de una comunidad. Esto forma parte del desarrollo de la confianza en sí mismos. Más que un sentimiento de pertenencia, oír su nombre y todas las sutilezas de una diversidad de personas desarrolla la inteligencia emocional desde una edad temprana. ¡Qué ventaja! Inevitablemente se forman amistades que pueden durar toda la vida.
“A cambio de pañales gratuitos, los padres aceptan la rutina semanal de recogerlos, devolviendo un cubo con los pañales sucios (más los restos de recortes de fruta y verdura de la cocina doméstica) cubierto con virutas de madera y una tapa”.
Ahora tenemos una actividad generadora de riqueza: la venta de árboles cultivados en el rico suelo que garantiza un fuerte crecimiento. Este enfoque exitoso y positivo conduce a más árboles, más agua, más captura de carbono y más biodiversidad.
Este conjunto de actividades sociales interconectadas crea industrias que pueden transformar rápidamente la realidad de una comunidad. Esto desata la creatividad, la responsabilidad y la rendición de cuentas entre quienes empiezan a compartir valores comunes: los pañales se convierten en tierra para árboles frutales.
Todos están unidos por la idea básica de convertir los restos de fruta y verdura con pañales compostables y una pizca de carbón vegetal (Terra Preta) en un producto que tiene el potencial de cambiar nuestras ciudades. En este punto, las comunidades emulan una economía regenerativa por la que toda una ciudad puede disfrutar de fruta fresca ¡gratis!
Veamos las cifras. Un bebé puede producir sin saberlo unos sorprendentes 1.000 kg de Terra Preta al año. Tras al menos 12 meses de fermentación y volteo, la comunidad dispone de tierra abonada suficiente para 1.000 árboles frutales. De hecho, un árbol necesita un kilo. Tras alcanzar la madurez, cada árbol frutal puede producir un mínimo de 100 kilos de fruta fresca al año, una estimación conservadora.
El método supone un cambio radical con respecto a la derrochadora tala de bosques o el cultivo híbrido de árboles para la fabricación de pañales y productos sanitarios que acaban tirados a la basura, un despilfarro criminal de los recursos naturales. ¿Criminal? Sí. Una vez que sabes que estás causando daños colaterales, eres un criminal que no puede esconderse tras la ignorancia. Recordemos que se tala hasta un 10% de la cubierta arbórea para rellenar los pañales de celulosa.
El modelo alternativo de pañales tiene el potencial de ofrecer a los ciudadanos fruta fresca y nutritiva gratis, al tiempo que reverdece zonas de la ciudad, limpia el aire y restaura la comunidad y sus valores
EFECTO MULTIPLICADOR
Que se haya degradado el verdadero sentido de comunidad, nos da más razones para convertir el potencial de la comunidad en una plataforma centrada en una nueva generación de bebés. Sus actividades principales generan ingresos a medida que se convierten en niños, adolescentes y, con el tiempo, en adultos contribuyentes criados de forma más alineada con la naturaleza. Esto genera lo que a todos los economistas les gusta tener: ¡un efecto multiplicador!
Los equipos de padres están inspirados y motivados y, con gratitud, exploran continuamente los ciclos energéticos y materiales y no dejan de preguntarse: ¿dónde termina? La respuesta es simple: ¡no acaba!
Rompiendo con un modelo empresarial lineal ilógico: si está sucio, límpialo, o si está roto, sustitúyelo. Demasiadas personas no son conscientes de las continuas causas y efectos dominó negativos que están costando literalmente la Tierra, y no comprenden el sinsentido de talar selvas tropicales para cultivar árboles manipulados para pasta de celulosa, que se usan una vez en un pañal… y luego se tiran, a veces acabando como basura en el mar.
Como toda innovación, hay un líder que la hace realidad. Ayumi Matsuzaka nació en Japón, pero vive desde hace más de una década como artista en Berlín. Sus ilustraciones explican elocuentemente la fabricación de pañales naturales que pueden reciclarse y convertirse en valiosa tierra para árboles frutales. Anima a usar pañales naturales para que el ciclo natural continúe como antaño, cuando incluso la placenta se enterraba en el suelo como retorno simbólico de nutrientes entre los viejos naranjos. Y, así, el ciclo continúa durante generaciones, generando valor incluso desde el nacimiento, como pretende la naturaleza.
¿Estamos preparados para embarcarnos en este proceso?
El pilar fundamental de este modelo de negocio más sostenible e inspirador es el diseño de una comunidad. El núcleo son los pañales gratuitos que se convierten –una vez sucios– en abundantes nutrientes para los árboles frutales. ¿Qué es lo más importante en una comunidad? La salud y la seguridad. Los recién nacidos merecen seguridad para llevar una vida de calidad dentro de una sociedad resistente.
Tras una serie de pandemias, el acceso a la salud y la seguridad es considerado por los ciudadanos tan vital que debería ofrecerse gratuitamente como un derecho fundamental. Sin embargo, los pañales no se consideran un derecho fundamental. Como hemos visto, la clave está en construir comunidades y animar a las familias con hijos pequeños a través de la acción. Así es más probable que todos se preocupen por el futuro y anime a quienes están hartos de un paradigma moderno antinatural de “tomar, usar y tirar”, que pueden disfrutar mucho más de la vida cuidando y colaborando juntos. Hacer que los pañales sean gratuitos elimina limitaciones acuciantes, como la asequibilidad, y elimina el estigma de la pobreza. ¿Por qué? Porque nadie tiene derecho a poner en riesgo la salud de un bebé y del planeta.