La empresa estadounidense BlackRock Investment Stewardship (BIS), el mayor gestor de inversiones del mundo, recomendó a sus asociados y clientes dar respaldo financiero a las empresas responsables ambientalmente, activas en la lucha contra el cambio climático y alineadas con el Acuerdo de París.
BIS presentó recientemente una guía sobre exigencias hechas a las empresas en las que participa en relación con las soluciones climáticas que espera de ellas y su alineación con ese acuerdo global sobre cambio climático suscrito en Francia en 2015. Un hito interesante en el mundo económico global y de los mercados bursátiles internacionales. En particular, porque en la praxis supone la definición de un rumbo financiero para la transición a una economía baja en carbono.
Es una tarjeta roja a las empresas que siguen recalentando el planeta de manera irresponsable y sin límites. El flujo de dinero se les empezó a cerrar.
«No hay empresa cuyo modelo de negocio no se vea profundamente afectado por la transición a una economía neta cero. Hemos comenzado a ver el impacto financiero directo [del cambio climático] a medida que las empresas de energía asumen miles de millones en amortizaciones relacionadas con el clima en activos varados y los reguladores se centran en el riesgo climático en el sistema financiero mundial», escribió Larry Fink, presidente y director ejecutivo de BlackRock, al cuerpo directivo de la empresa.
BlackRock no es la única empresa de gestión de activos financieros que ha tomado este tipo de medidas. Ya hay bancos cortando créditos a empresas que explotan combustibles fósiles en Amazonas, por ejemplo. Y grupos de inversionistas con enfoques similares en el manejo de sus portafolios, como el Climate Action 100+, que reúne a más de 360 inversores con activos valorados en 34.000 billones de dólares.
Rendición de cuentas y compromiso ambiental
Y cada vez serán más. Como bien señala el Instituto Global McKinsey, el riesgo climático es un riesgo de sostenibilidad económica cada vez más alto para cualquier iniciativa empresarial. En consecuencia, también es un riesgo de inversión que ganará cada vez más peso al momento de definir qué hacemos con nuestro dinero.
A partir de ahora, BlackRock espera que las empresas en las que invierte precisen qué están haciendo para contribuir a la disminución del calentamiento global, con el propósito de que ese calentamiento sea inferior a 2 °C-1.5 °C y el planeta pueda alcanzar la meta de 2050 emisiones netas de gases de efecto invernadero iguales a cero.
“Esperamos que las empresas divulguen las emisiones de alcance 1 y alcance 2 y los objetivos de reducción de GEI que las acompañan. Igualmente, las empresas de industrias intensivas en carbono también deben divulgar las emisiones de alcance”, subrayó BlackRock.
No parece ser un saludo a la bandera ni simple retórica de relaciones públicas. BIS habla incluso de votar en contra de los directores no hagan cumplir las normas relativas al cambio climático a las las empresas que administran. “Podemos votar en contra de los directores que consideramos responsables de la supervisión del riesgo climático”, se lee en la guía referida.
BIS, de hecho, ya compara empresas entre conjuntos de pares para identificar los mejores operadores y contribuyentes de soluciones bajas en carbono, en la definición de sus portafolios.
Exigen planes con metas y plazos
El plan que BlackRock les está exigiendo a sus directores y equipos gerenciales de empresas integrarse en la estrategia de incluir metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo sobre el cambio climático y la reducción de emisiones
“Esperamos que los directores tengan suficiente fluidez en el riesgo climático y la transición energética para permitir que todo el directorio, en lugar del director ‘experto en clima’, supervise adecuadamente el plan y los objetivos de la empresa. Los miembros de la junta y del equipo de administración deben tener la experiencia climática adecuada al modelo comercial de la empresa para garantizar la consideración adecuada de estos riesgos y oportunidades en la estrategia y las operaciones”, resaltó BlackRock.
Además, dicha experiencia en la administración y la junta directiva debe permitir que la empresa proporcione información que informe a los inversores y otras partes interesadas sobre el enfoque y el progreso de la empresa en tres áreas clave: mitigación del riesgo, capitalización de eficiencias e innovación y oportunidad.
“Las empresas que producen soluciones viables para abordar las demandas cambiantes del mercado están mejor preparadas para capturar una participación de mercado adicional a medida que cambian las preferencias de los consumidores, la regulación y la demanda global”, explica BIS.
¿Cómo lograr cero emisiones netas?
Para las empresas, lograr “cero emisiones netas de gases efecto invernadero” significa equilibrar las emisiones producidas con las emisiones eliminadas de la atmósfera. Se necesitan esfuerzos gigantes para poder cumplir las metas de reducción en esta década y las dos siguientes, advirtió el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en uno de sus más recientes informes.
En la actualidad, hay 127 gobiernos responsables de más del 60% de las emisiones globales que están considerando o han implementado objetivos netos cero para sus países. Pero los avances en los hechod van a paso lento y el mundo no se puede seguir aplazando las acciones.
Inversión prioritaria y compromiso ambiental
BlackRock ha asumido el riesgo climático y la transición energética a una economía verde como un problema de inversión prioritario, que conlleva impactos financieros que repercutirán en todas las industrias y mercados globales Por tanto, afectará la rentabilidad de los accionistas a largo plazo y la estabilidad económica.
“Los países y las empresas deben esforzarse por limitar el calentamiento a 1,5 °C para lograr el objetivo final de cero emisiones netas para mediados de siglo con el fin de mitigar los peores efectos del cambio climático”, resaltó el gestor de activos.
La empresa no solo habla de trabajar a favor de una menor dependencia de los combustibles fósiles, sino incluso de reducir e incluso eliminar el carbono de la quema y producción de energía.
Desde la perspectiva de BlackRock, las empresas deben contar con políticas y planes de acción claros para afrontar los riesgos climáticos y aprovechar las oportunidades que presenta la transición energética global. Tanto los inversionistas como supervisores y administradores deben examinar lo que hacen para facilitar la transición a una economía baja en carbono y alineada también con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos por las Naciones Unidas.
Facilitar la transición
Entre las recomendaciones de BlackRock para facilitar la transición, destacan las siguientes:
- Para implementar una transición justa y equitativa a una economía baja en carbono, todos los países deberán reasignar los recursos laborales de las industrias intensivas en carbono a alternativas más limpias a fin de preservar las oportunidades económicas y mitigar los impactos en la comunidad aguas abajo.
- La pérdida de empleos intensivos en combustibles fósiles no necesariamente equivale a una pérdida económica absoluta. Más bien, es probable que la transición a la energía renovable resulte en una ganancia económica neta para nuestra economía global.
- Las empresas deberán evaluar sus operaciones y vulnerabilidades, diseñar soluciones escalables y considerar inversiones bajas en carbono, entre otras iniciativas.
- Las empresas deben abordar adecuadamente los riesgos y oportunidades climáticos a corto plazo, al mismo tiempo que realizan los ajustes internos necesarios en los procesos, políticas y asignación de capital para permitir la viabilidad financiera a largo plazo en una economía baja en carbono.
- Las empresas pueden eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero a través de energías renovables (solar, eólica, hidráulica, etc.) en lugar de combustibles fósiles intensivos en carbono.
- También pueden aumentar sus procesos existentes y modernizar equipos con capacidades de captura y almacenamiento de carbono, a veces utilizando gases de escape industriales para alimentar necesidades energéticas adicionales.
- La estandarización de los créditos de carbono también tiene como objetivo ayudar a dirigir el financiamiento privado a proyectos de acción climática y apoyar la inversión en la innovación necesaria para reducir el costo de las tecnologías climáticas emergentes.
Energías limpias y renovables
La Agencia Internacional de Energía calcula que la capacidad de energías renovables se expandirá a una tasa récord de alrededor del 10% en 2021. Así, para 2025 las energías renovables superarán al carbón como la principal fuente de generación de energía mundial. Proporcionarán un tercio de la electricidad mundial.
“Este crecimiento está generando expansión económica en forma de fuentes de energía de menor costo y nuevas oportunidades de empleo. Al mismo tiempo ayuda a mitigar los efectos del cambio climático al aprovechar fuentes de energía con emisiones reducidas”, señala BlackRock.
De modo que hay razones para la esperanza.
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