Bisila Bokoko es una mujer emprendedora, que se autodefine como «embajadora global» y experta en «negocios internacionales» representa un caso de éxito en Estados Unidos. Ejerce como CEO de BBES en Nueva York, una compañía de la que también es fundadora. Aunque, además, es conocida como conferenciante, mentora empresarial o responsable de obras y actividades de carácter filantrópico –especialmente dirigidas al continente africano–, entre otras facetas. Bisila Bokoko, oriunda de la ciudad del Turia con raíces de Guinea Ecuatorial, fue directora del Instituto Valenciano de Exportación (IVEX) entre 1999 y 2005. Posteriormente, pasaría a dirigir la Cámara de Comercio España-EEUU. Durante la entrevista se muestra cercana, abierta al diálogo y reticente a abandonar su sonrisa.
–¿Qué supone para usted ser una de las mujeres españolas más influyentes en los negocios americanos?
Me encanta vender mi país fuera y he tenido la suerte de hacerlo en un mercado tan goloso y tan apetitoso como Estados Unidos. Si eso me ha dado el estatus: fenomenal. Me siento súper honrada, porque es algo que hago con mucho cariño y orgullo.
–Como profesional de éxito, ¿cree que el rol de las mujeres en el alto empresariado ha cambiado?
Hemos entrado en diálogos en los que antes no se entraba…Sí que ha cambiado el rol. De todas maneras también opino que las mujeres que hemos querido estar en los negocios, independientemente de que fuera en un mundo mucho más masculino, también lo hemos hecho. En mi caso me he sentido muy cómoda trabajando en un sector que a menudo lo era. Ahora creo que es el momento más excitante para la mujer. Es un momento histórico muy interesante.
«Los límites que crees, creas»
–¿Cualquiera puede alcanzar sus objetivos personales? ¿Dónde están los límites?
Los límites son los que nos ponemos uno. Lo que tú crees, creas. Si piensas en grande tendrás grandes cosas y si piensas en pequeño tendrás cosas pequeñas. Tenemos un sistema de miedos que están impuestos. Muchas veces, cuando tienes una idea, la gente te dice: “pero dónde vas, esto no va a salir bien”, “ten cuidado porque puedes perder tu dinero”… Es decir, a la hora de arriesgarte es tu propio entorno el que te está limitando. Depende todo mucho de cómo tú te veas y de la fe que tú tengas en ti mismo.
–¿Qué consejo brindaría a los empresarios españoles para despejar sus dudas en este sentido?
De todos los países con los que Estados Unidos tiene relaciones, España es poco visible en materia de negocios. Nos conocen más por temas de turismo o de cultura y allí creo que hemos sido todavía muy tímidos a la hora de presentarnos al mercado. Pero tenemos una ventaja y es que compartimos muchos lazos culturales. El americano siente una gran simpatía por España y lo primero que les sorprende cuando trabajan con empresas españolas es el nivel de profesionalidad y de pasión que existe aquí. Por lo tanto, España claro que es un perfecto partner para EEUU. Mi consejo a los empresarios es que se quiten los complejos de pandereta y de que no podemos llegar, ser profesionales y pensar como un norteamericano. También conviene no cansarse a la primera de cambio: es un mercado que requiere muchísima energía porque hay mucha gente, de muchísimos países, intentando hacer partners, porque es uno de los mercados prioritarios en todo el mundo. Hay que besar muchos sapos hasta que se encuentra al príncipe.
La persistencia, clave para el éxito
–¿Cómo fue su propio caso?
Siempre digo que soy un poco la encarnación del sueño americano. Siempre quise ir a EEUU. Ha sido a veces un camino de lágrimas, en otros muy felices. Pero sí que creo que ha sido la persistencia. Es un mercado que, a la hora de acogerte, si eres serio y quieres hacer las cosas, igual tardas mucho tiempo. Pero no hay que perder la esperanza de que las cosas van a pasar. En mi caso, tuve la gran suerte de tener una beca del IVEX, que era el Instituto Valenciano de Exportación y luego de dirigir la Cámara de Comercio España-EEUU. Fue un momento fantástico porque era cuando las empresas españolas entraban en EEUU. Fue como hacer un máster. Y qué cosa más bonita puedes hacer en la vida que ayudar a los tuyos y abrir puertas para ellos.
–¿Qué otros casos de éxito podría citar?
Tenemos el caso de José Andrés, que como chef vino con unos recursos muy limitados, pero trabajó muchísimo, creyó en sí mismo, porque es una persona con una fuerza tremenda, es un enorme profesional. Ahora vemos que ha cocinado para la Casa Blanca y, sobre todo, lo que le caracteriza es que es una gran persona, que hace mucho también en los negocios. También tenemos muchas empresas españolas que son referentes en EEUU. Quizá no se habla tanto de ellas, pero si vemos las estadísticas, incluso hay muchas pymes instaladas allí y haciendo cosas grandes.
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