En California, miles de personas pierden sus hogares. En Venezuela, la líder opositora María Corina Machado desaparece tras una concentración en Caracas. En Houston, recibo una invitación para hablar sobre gratitud.
Comienza el año 2025 y las crisis no se detienen. Desde Estados Unidos hasta Venezuela, los conflictos socioeconómicos están presentes en cada red social. Aparece cada vez que haces scroll en el movil. Al mismo tiempo, asesores, coaches, facilitadores, entrenadores e influencers te dicen qué hacer para tener una mejor vida.
Las redes sociales están abarrotadas de consejos, expertos y hasta protocolos. Sin ir muy lejos, yo misma soy una gran promotora de los consejos y, de hecho, al final de este artículo proporcionaré al lector algunos tips.
Esto me lleva a una reflexión que ha rondado mi mente en los últimos días:
¿Qué pasa cuando la crisis deja de ser una historia ajena y te conviertes en su protagonista? ¿Es posible que todos los tips que inundan el mundo digital funcionen cuando estás viviendo una tragedia?
La respuesta no es fácil. No pretendo tener una respuesta absoluta ante semejante interrogante. De hecho, creo que esa respuesta es tan única como la huella digital de cada persona. Sin embargo, me gustaría reflexionar al respecto.
Bienestar entre llamas
El miércoles desperté temprano porque era el primer día de clases después de las vacaciones escolares decembrinas. Al revisar mi teléfono, leí un mensaje de una amiga que decía: “Nos acaban de evacuar”. Ella vive con su esposo y sus tres hijos en California, en una casa espectacular con una vista hermosa, a la que siempre se refería como “su pedacito de cielo”.
Cuando me dijo que estaban siendo evacuados, pensé que era algo a lo que están muy acostumbrados en Estados Unidos, una simple “medida de prevención”. Pero mi ingenuidad chocó con la cruda realidad horas más tarde, cuando mi amiga me envió un video de lo que quedó de su casa: cenizas sobre la tierra.
Entonces, me pregunto: ¿se puede sentir bienestar cuando pierdes tu casa y todo lo que tenías en ella? ¿Es posible sentirse empoderado cuando acabas de perderlo todo, excepto la ropa que llevas puesta? Insisto, la respuesta no es simple. Probablemente, sea de las cuestiones más complejas que enfrentamos como seres humanos.
Represión vs bienestar
Mientras mi amiga enfrentaba las cenizas de lo que fue su hogar, otro tipo de crisis tocaba la puerta de mi familia en Venezuela. En este caso, no era el fuego, sino la incertidumbre política lo que encendía las alarmas.
Ese mismo día, mi mamá me llamó desde Caracas para contarme la angustia que sentían tanto sus vecinos como ella por lo que “pudiera pasar” en Venezuela. La situación política está al rojo vivo, y el régimen de Maduro se niega a reconocer que la población venezolana clama por un cambio y librarse de más de 25 años de chavismo.
Escuchar las medidas que estaban tomando —desde almacenar provisiones de agua hasta prepararse para enfrentarse a las fuerzas militares si intentaban entrar a la fuerza— me pareció sacado de un cuento surrealista ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Incluso pensé: “No puedo creer que estoy teniendo esta conversación”.
Estos dos escenarios, tan diferentes y al mismo tiempo tan impactantes, me llevaron a un momento de profunda introspección. ¿Cómo afrontamos las crisis cuando parece que todo a nuestro alrededor tambalea? Aquí es donde el bienestar, lejos de ser un lujo, se convierte en una herramienta esencial.
¿Bienestar en plena crisis?
Entiendo que hay momentos en que la mejor estrategia es llorar, y está bien hacerlo. Pero las lágrimas, por sí solas, no solucionan nada. Los estudios científicos han demostrado que la tristeza disminuye la capacidad del sistema inmunológico.
En un momento de crisis, lo último que necesitas es que tu cuerpo falle. Tampoco puedes tomar decisiones basadas únicamente en la reacción al siniestro, porque eso no constituye una verdadera elección.
Como un plomero enfrentándose a una inundación, necesitas usar cada recurso que tienes en tu caja de herramientas: primero detén el flujo de agua y luego busca la falla para repararla. Lo mismo ocurre con las crisis: son una urgencia que requiere una combinación de acciones inmediatas y reflexivas.
Tips para afrontar una crisis
Entonces, ¿se pueden usar herramientas en tiempos de crisis? Totalmente.
Aquí comparto algunos consejos prácticos para enfrentar cualquier crisis en la que seas protagonista:
- No tomes decisiones a largo plazo. Evita hacer cambios drásticos en plena crisis, podrías estar reaccionando impulsivamente. Concéntrate en decisiones de bajo impacto. Por ejemplo, no compres un carro nuevo si tu casa acaba de quemarse.
- Crea una lista de prioridades. Da un paso a la vez y actúa según una lista clara de prioridades. Esto te ayudará a mantener el enfoque.
- No te satures con la tragedia. Mantente informado, pero evita alinearte emocionalmente con la narrativa de la tragedia. El equilibrio es clave.
- Escucha a tu cuerpo. Tres veces al día, haz una pausa, respira profundamente y coloca una mano en tu corazón y otra en tu abdomen. Sintonízate contigo mismo. Luego, asegúrate de cubrir tus necesidades básicas: come cuando tengas hambre, hidrátate, descansa, camina o incluso baila.
- Elige dónde colocar tu atención: olvídate de lo que no puedes controlar, colocar tu atención en lo que no depende de ti es abrirle paso a la angustia innecesaria.
¿Qué es la gratitud?
Durante los últimos nueve años me he dedicado a dar talleres, seminarios, conferencias y asesorar a personas y empresas en bienestar, consciencia y energía. Una de mis herramientas favoritas es la gratitud.
Estar agradecido, con lo que tienes e incluso con lo que no tienes, es la clave para tener más facilidad en la vida. La gratitud es un estado del ser y es indispensable en tiempos de crisis. Es fundamental para nuestro bienestar estar en completa, total y profunda gratitud.
Debemos agradecer por todo lo que nos pasa y principalmente por estar vivos.
En las crisis más desafiantes, elegir la gratitud no solo transforma nuestra perspectiva, sino que también nos fortalece para seguir adelante.
En el curso de nuestra vida utilizar herramientas que procuren nuestro bienestar no es un lujo, sino una necesidad. Es precisamente, la búsqueda del bienestar lo que nos permite resistir, adaptarnos, y eventualmente, prosperar.