Ales Bialiatski, premio Nobel de la Paz 2022 y destacado activista de derechos humanos de Bielorrusia, fue condenado a 10 años de prisión por un tribunal. La jueza Marina Zapasnik, de un tribunal de Minsk, consideró culpables a Bialiatski y otros tres activistas de derechos humanos «de la organización de contrabando de un grupo organizado y la financiación de acciones colectivas que atentan gravemente contra el orden público».
Hace más de cinco meses, Bialiatski recibió el importante galardón por su labor en proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos. Y demostrar la importancia de la sociedad civil en la construcción de la paz y la democracia, precisó entonces el Comité del Nobel. En octubre de 2022, al obtener el reconocimiento, estaba arrestado.
Entretanto, la organización de defensa de derechos humanos Viasna –fundado por Bialiatski– informó que los otros dos activistas igualmente enjuiciados son Valentin Stefanovich y Vladimir Labkovich, que recibieron sentencias de 9 y 7 años de prisión, respectivamente.
Un cuarto acusado, Dmitri Soloviev, juzgado en rebeldía tras haber huido a Polonia, también resultó condenado a 8 años de cárcel. Todos fueron además sancionados a pagar una multa de unos 70.000 dólares.
Los activistas han permanecido encarcelados tras las históricas manifestaciones contra la controvertida reelección de 2020 del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a un sexto mandato.
Detenido en julio de 2021, Bialiatski recibió el Nobel de la Paz junto con la organización rusa Memorial y la ucraniana Centro para las Libertades Civiles. Por sus cuestionamientos al régimen de Lukashenko, que gobierna la exnación soviética desde 1994. Y que en 2020 lanzó una brutal represión contra las movilizaciones, las mayores en la historia del país.
Ales Bialiatski condenado a 10 años de prisión
La Fiscalía alegó que los activistas actuaron como parte de un grupo organizado desde el 4 de abril de 2016 hasta el 14 de julio de 2021, con el fin de utilizar el Centro Viasna y otras organizaciones para actividades ilegales y financiación en Bielorrusia.
La acusación los señala de cobrar dinero de varias estructuras y fondos de una empresa extranjera. Y luego, con la ayuda de otras personas, mover ilegalmente desde el territorio de Lituania importes de al menos 201.000 euros y 54.000 dólares, reseñó AFP. Según la causa, «prepararon a los ciudadanos para la participación en acciones colectivas que atentan gravemente contra el orden público. Y también financiaron y brindaron apoyo material a tales acciones bajo la apariencia de derechos humanos y actividades de caridad».
Durante el juicio, que se celebró a puerta cerrada, el activista y sus colaboradores, estuvieron encerrados en un espacio protegido con rejas dentro de la sala del tribunal. Desde su detención, han pasado 21 meses encarcelados. Bialiatksi, de 60 años, es condenado a prisión por 10 años.
En las fotografías de la sala del tribunal, distribuidas por la agencia noticiosa estatal Belta y por la ONG, Bialiatksi, vestido de negro, parecía ausente pero tranquilo. Tras el fallo, Viasna afirmó que los cuatro activistas han mantenido su inocencia.
La exiliada líder opositora bielorrusa Sviatlana Tsikhanouskaya calificó el fallo de “espantoso”. Y apuntó que “Debemos hacer todo lo posible para luchar contra esta vergonzosa injusticia (y) liberarlos”, dijo en Twitter.
Mientras tanto, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baebock, calificó de «farsa» el proceso. Y señaló que fueron condenados por su «compromiso con el derecho, la dignidad y la libertad de las personas en Bielorrusia».
Y el primer ministro de Polonia tachó la condena de «escandalosa».
Represión y violación de los derechos humanos
La víspera de la vista, 21 organizaciones internacionales de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional (AI), Freedom House. Así como FIDH, Human Rights Watch (HRW) y el Comité de Helsinki, difundieron un comunicado. Exigieron la liberación de los activistas y la anulación de todos los cargos en su contra.
«Después de más de un mes de juicio injusto y más de un año y medio de detención arbitraria, hay pocas esperanzas de justicia», señalaron.
E indicaron que el juicio contra Bialiatski, Stefánovich y Labkovich, así como el período anterior de la investigación, «estuvieron acompañados de numerosas violaciones de los derechos humanos y de las normas sobre juicios justos». Asimismo, explicaron que en la sala del tribunal, «tres presos políticos fueron esposados y encerrados en una jaula. Los materiales del caso y las audiencias se llevaron a cabo en ruso y no en bielorruso¨.
Además, “a los activistas de Viasna no se les dio suficiente tiempo para familiarizarse con todos los materiales del caso».
Y refirieron que «no se permitió la entrada a la sala del tribunal a los medios de comunicación independientes ni a los observadores independientes». Los condenados pueden apelar la sentencia.
1.461 presos políticos, incluido un premio Nobel de la Paz
Los activistas, considerados presos políticos por Viasna pronunciaron su última palabra en bielorruso este 13 de enero. Bialiatski afirmó que «la causa penal contra nosotros, los activistas de derechos humanos de Viasna, tiene motivaciones políticas».
Bialiatski, ahora condenado a prisión, instó en su último discurso a las autoridades a “frenar la guerra civil en Bielorrusia”. Además, añadió que, en vista de los expedientes del caso, le parecía evidente que “los investigadores estaban cumpliendo la tarea que se les había encomendado: privar de libertad, a cualquier precio, a los activistas por los derechos humanos de Viasna, destruir Viasna y para nuestro trabajo”.
El trasfondo político de esta causa penal contra los activistas de derechos humanos de Viasna, dijo, también lo evidencia la situación general del país. «Saturado de represiones masivas y violaciones totales a los derechos humanos que azotaron a la sociedad durante y después de la campaña electoral de 2020», adicionó.
«En vez de escuchar la voz del pueblo, una reacción más fuerte llegó a Bielorrusia. Obviamente, la decisión política de las autoridades fue aplastar y destruir a la sociedad civil de Bielorrusia», manifestó el líder.
Hasta el 1 de marzo, Bielorrusia tenía 1.461 presos políticos, según Viasna.
Los países occidentales han aprobado varios paquetes de sanciones contra Bielorrusia por su represión de las protestas de 2020, pero el régimen sigue contando con el apoyo inquebrantable de Rusia.
A cambio, Bielorrusia aceptó servir de base de retaguardia para las tropas rusas en el conflicto en Ucrania. Pero hasta ahora el ejército bielorruso no ha participado directamente en los combates.