En el primer encuentro oficial cara a cara, Joe Biden y Vladimir Putin afirmaron que “Estados Unidos y Rusia se embarcarán juntos en un Diálogo de Estabilidad Estratégica bilateral integrado” en un futuro próximo. Esperan que ese diálogo “deliberado y sólido” sienta las bases para futuras medidas de “control de armas y reducción de riesgos”.
Al apretón de manos, captado por decenas de lentes fotográficos, siguieron las conversaciones que duraron cuatro horas. Pero el diálogo directo entre ambos líderes duró solo dos, menos del tiempo programado.
De la cita en Ginebra, planificada y cautelosa, surgió una comunicación conjunta. “Estados Unidos y Rusia han demostrado que, incluso en períodos de tensión, pueden avanzar en objetivos compartidos”, dice el texto. Incluso, “garantizar previsibilidad en el ámbito estratégico, reduciendo el riesgo de conflictos armados y la amenaza de guerra nuclear».
Destacan en la declaración de apenas tres párrafos, que “la reciente prórroga del Nuevo Tratado START ejemplifica nuestro compromiso con el control de las armas nucleares. Reafirmamos el principio de que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar”.
A la par se sucedieron ruedas de prensa por separado en las que se desvelaron puntos de encuentro y desacuerdo. Queda claro que siguen enfrentados en temas de los derechos humanos (libertades de expresión, libertades civiles a las protestas, el encarcelamiento al líder opositor ruso Alexéi Navalni). Así como los ciberataques y Ucrania.
Biden y Putin, el encuentro
Biden dijo ante periodistas que en la reunión con Putin “compartimos la responsabilidad única de gestionar la relación entre dos países fuertes. Una relación que tiene que ser estable y predecible. Y en la cual debemos cooperar en intereses comunes”.
El presidente le planteó a Putin el caso del disidente ruso Alexei Navalni, y el de dos estadounidenses «encarcelados injustamente» en Rusia.
“Los derechos humanos siempre estarán sobre la mesa, le dije”, comentó Biden. “¿Cómo podría ser presidente de los Estados Unidos y no denunciar la violación de los derechos humanos?”.
El presidente estadounidense recalcó que habría «consecuencias devastadoras» para Rusia si Navalni moría en la cárcel. El activista cumplió recientemente 24 días de huelga de hambre.
Durante la conferencia de prensa de Putin, el mandatario se negó a referirse a Navalni por su nombre y lo culpó de su propio arresto. Afirmando que había regresado a Rusia desde Alemania pese a saber que había una orden de detención en su contra.
Entretanto, Biden aseguró que le dijo al jefe del Kremlin que Estados Unidos «no toleraría los intentos de violar nuestra soberanía democrática. O desestabilizar nuestras elecciones democráticas, y que responderíamos. La conclusión es que le dije al presidente Putin que necesitamos tener algunas reglas básicas que todos podamos cumplir”.
Navalni y Ucrania, temas espinosos para Rusia
En el encuentro abordaron otro tema de tensión entre ambos países, el de Ucrania. Rusia ha acrecentado su presencia militar cerca de la frontera oriental de Ucrania, elevando las tensiones.
Biden confió a Putin que Estados Unidos mantendría un «compromiso inquebrantable con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania».
Y precisó que «acordamos seguir la diplomacia relacionada con el acuerdo de Minsk». Refiriéndose a un acuerdo de paz negociado en 2015 entre Rusia y Ucrania. Sin embargo Putin emitió una posición dual. Por un lado, defendió las acciones de su país en Ucrania. Y por el otro, argumentó que el único compromiso de Rusia era promover la implementación del acuerdo de Minsk.
Las relaciones entre Washington y Moscú llevan años deteriorándose, especialmente tras la anexión rusa de Crimea en desafío a Ucrania en 2014. La intervención rusa en Siria en 2015 o las acusaciones de interferencia en las elecciones de 2016 que llevaron a Trump al poder.
No obstante, ambos mandatarios llegaron a un acuerdo en el asunto ucraniano: reavivar la vía diplomática, aunque Rusia reiteró que lo que busca en ese país es «estabilidad».
Reanudan relaciones diplomáticas
Además del compromiso de Biden y Putin en llegar a un diálogo estratégico y reducir el riesgo de conflictos armados y la amenaza de guerra nuclear, también alcanzaron otros acuerdos.
Si bien antes de la reunión, tanto Washington como Moscú habían señalado que sus relaciones diplomáticas estaban en su punto más bajo. Los gobiernos convinieron restituir a sus embajadores en las respectivas capitales. Los diplomáticos habían sido llamados a consulta el pasado marzo, luego de que Estados Unidos acusó a Rusia de interferir en las elecciones presidenciales de 2020.
También acordaron que los ministros de asuntos exteriores de ambos países analicen la posible liberación de prisioneros de alto perfil. Y se reúnan para discutir sobre estrategias de seguridad conjuntas.
Por otra parte, ambas partes acordaron iniciar un diálogo sobre el control de armas nucleares. Biden expresó que Putin se había mostrado abierto a «ayudar» a Estados Unidos para que Irán no adquiriera más armas nucleares. Igualmente se mostró abierto a ayudar a luchar contra el «resurgimiento del terrorismo» en Afganistán.
Otro de los temas álgidos de la cita fue el de la ciberseguridad. Y sobre ello se alcanzó una suerte de acuerdo, aunque no sin tensiones. Estados Unidos sostiene que Rusia ha llevado a cabo un agresivo espionaje cibernético. Y que ha encubierto a criminales que han atacado infraestructura estadounidense y han reclamado rescates. Mientras tanto, Putin sugirió que la mayoría de los ataques en el ciberespacio provienen de Estados Unidos.
Ambos líderes informaron de la conformación de un grupo de trabajo para desarrollar un entendimiento específico sobre los ataques cibernéticos y abordar la problemática según cada caso.
Lee también: