Si algo estaba claro respecto a Joe Biden, incluso desde las primarias del Partido Demócrata, era el hecho de que el tema ambiental -en especial la lucha contra el cambio climático- era el eje de su oferta electoral. Una vez se hizo evidente que sería el 46º presidente, quedaban tres dudas acerca del verdadero alcance de sus políticas medioambientales. Primero, que cumpliera su oferta de atacar el problema» desde el primer día». Segundo, que contara con el respaldo del Congreso. Tercero, que fuese capaz de avanzar en la transición energética, pese a su posible impacto en la economía y el empleo.
El mandatario ha comenzado a despejar la primera duda. Desde su toma de posesión se ha mostrado su disposición real a atacar la crisis climática de manera radical.
Por otro lado, el Partido Demócrata se garantizó el control efectivo de ambas cámaras del Congreso y se despeja parcialmente la duda sobre si el Parlamento le permitirá avanzar en la agenda climática. Una tercera duda sigue latente ¿podrá Biden proteger al mismo tiempo el ambiente, la economía y el empleo? El mandatario comienza a despejarla.
Las primeras acciones
Al día siguiente de su asunción, Biden firmó una orden ejecutiva para que Estados Unidos vuelva al Acuerdo de París. Dio marcha atrás al retiro ordenado por Donald Trump que se hizo efectivo el 4 de noviembre pasado.
En otra orden ejecutiva, ese mismo día, instó a las agencias federales a que revisaran los retrocesos ambientales realizados bajo Trump. La medida incluye paralizar la construcción del oleoducto Keystone XL. También ordenó detener la actividad de combustibles fósiles en tierras públicas y comenzar un esfuerzo frontal total para reducir las emisiones que contribuyen al calentamiento del planeta.
Nuevas medidas contra la amenaza existencial del mundo
Al pasar de los días, Joe Biden ha dado nuevas muestras de que está decidido a avanzar en su lucha contra que el cambio climático. Ha dicho que se trata de una «amenaza existencial» para el mundo. “Lo vemos con nuestros propios ojos, lo sentimos en nuestros huesos. Es hora de actuar», dijo al firmar una serie de órdenes ejecutivas en esa línea
Ordenó hacer una pausa y revisar todas las perforaciones de petróleo y gas en terrenos federales. También eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. Además, transformar la vasta flota de automóviles y camiones del Gobierno en vehículos eléctricos. Todas estas acciones forman parte del nuevo conjunto de órdenes ejecutivas climáticas. «Necesitamos desesperadamente una respuesta nacional unificada a la crisis climática, porque hay una crisis climática», dijo .
Se comprometió a colocar la “justicia ambiental” en el centro de “todo lo que hacemos” para ayudar a mitigar los efectos desproporcionados del cambio climático en las comunidades negras y mestizas de Estados Unidos, con cambios en las políticas y la financiación.
Preocupación por el empleo
Los anuncios han causado preocupación por los posibles efectos que estas medidas tendrán en la economía y el empleo. En especial, se han manifestado los estados que dependen de la actividad petrolera. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell (republicano por Kentucky), criticó duramente las acciones de Biden sobre política energética.
“Este nuevo acuerdo ecológico poco sistemático es la receta incorrecta. Mal para el medio ambiente, mal para la seguridad nacional. Y sobre todo para los trabajadores estadounidenses que pronto serán más estadounidenses que trabajadores si esto continúa», dijo.
“China, Rusia y nuestros otros competidores deben estar emocionados, absolutamente emocionados, de que nuestro Gobierno esté esencialmente declarando la guerra a algunas de nuestras propias bases económicas para satisfacer un ansia de gestos simbólicos”, agregó.
Siguen las críticas
La preocupación no viene solo del ladro republicano. Cuatro demócratas de Texas en la Cámara de Representantes se han pronunciado en contra de la orden ejecutiva para detener los nuevos arrendamientos de petróleo y gas en tierras y aguas públicas federales «en la medida de lo posible».
En una carta, los legisladores exigieron a Biden que rescindiera la medida. Argumentaron que prohibir el «arrendamiento responsable de energía» eliminaría puestos de trabajo y disminuiría el producto interior bruto. Además, aumentaría las importaciones de crudo de países extranjeros. Igualmente reduciría los ingresos federales, entre otras preocupaciones.
Los esfuerzos para combatir el cambio climático son muy populares entre los demócratas en Texas y en todo el país. Sin embargo, el sector de la energía es una fuente importante de empleos en el estado. Esto hace que en esa región el asunto sea más políticamente complicado.
Un impacto positivo
Sin embargo, Biden y sus colaboradores aseguran que la lucha contra el cambio climático no atenta contra el crecimiento económico o la protección de los empleos para los estadounidenses. Enmarcó las acciones contra el cambio climático como un remedio al desempleo impulsado por la pandemia, así como un beneficio ambiental. Dijo que millones de empleos bien pagados se derivarían de inversiones en energía limpia como la solar y eólica, así como de medidas de eficiencia energética para hogares y la limpieza de antiguos pozos de petróleo.
“Este no es momento para pequeñas medidas, tenemos que ser audaces. Se trata de empleos, empleos sindicales bien remunerados, es un enfoque del gobierno en su conjunto para poner el cambio climático en el centro de nuestras políticas internas, de seguridad nacional y exteriores. Podemos hacerlo, debemos hacerlo y lo haremos«.
El enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, dijo que los trabajadores han sido alimentados con una «narrativa falsa» sobre la crisis climática. “Se les ha alimentado con la idea de que, de alguna manera, lidiar con el clima se hace a costa de ellos. No, no lo es”, dijo. Subrayó la necesidad de generar empleos en las energías renovables.
Kerry anunció que la Casa Blanca planea anunciar un objetivo para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, en virtud del acuerdo climático de París, antes de una cumbre internacional sobre el cambio climático que Biden propone para el 22 de abril.
Alegría en el hidrógeno
Mientras la promesa de Biden, de actuar contra el cambio climático de manera inmediata y ambiciosa ha causado preocupación en la actividad petrolera, ha sido música para los oídos de la industria del hidrógeno. El sector se prepara para ayudar a progresar con energía limpia y justicia ambiental.
El plan Build Back Better, propuesto por el mandatario, ha sido presentado como un esfuerzo nacional destinado a crear los trabajos necesarios para construir una infraestructura moderna y sostenible ahora, para poder ofrecer un futuro de energía limpia y equitativa.
Se espera que Biden haga una inversión acelerada de 2 billones de dólares, con un plan para desplegar esos recursos durante su primer mandato. Parte de estos recursos se destinará a la innovación e impulsará reducciones drásticas de costes en tecnologías críticas de energía limpia, incluido el hidrógeno renovable.
En sus primeros 100 días en el cargo, Biden ha dicho que convocará una cumbre mundial sobre el clima para involucrar directamente a los líderes de las principales naciones emisoras de gases de efecto invernadero para persuadirlos de que se unan a Estados Unidos para hacer compromisos más ambiciosos que los asumidos.
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