En un paso importante para enfrentar la crisis climática, el gobierno de Joe Biden emitió una normativa altamente ambiciosa dirigida a impulsar aún más la producción de vehículos eléctricos. La decisión busca que la mayoría de los autos de pasajeros y furgonetas ligeras nuevas vendidos en Estados Unidos sean totalmente eléctricos o híbridos para 2032
La versión final de la regla de Autos Limpios de la Agencia de Protección Ambiental es la regulación climática federal más estricta emitida para autos de pasajeros y camiones. Pese a que ofrece a los fabricantes una introducción gradual de límites de contaminación ligeramente más lenta que la que la EPA había propuesto por primera vez en 2023.
La norma deja abierta la opción a que la industria automovilística pueda construir una mezcla de autos totalmente alimentados por baterías, híbridos enchufables que funcionan con electricidad y gasolina. Y motores convencionales más eficientes.
El año pasado salieron de los concesionarios un récord de 1,2 millones de vehículos eléctricos, pero representaron sólo el 7,6% de las ventas totales de autos en EE UU. Muy lejos del objetivo del 56% establecido por la nueva regulación de la EPA.
Los automóviles y otras formas de transporte son, en conjunto, la mayor fuente de emisiones de carbono generadas por Estados Unidos. Una contaminación que está impulsando el cambio climático y que ayudó a hacer de 2023 el año más caluroso de la historia.
Los vehículos eléctricos son fundamentales para la estrategia de Biden de enfrentar el calentamiento global. Pero estos automóviles también se han politizado y son un punto álgido en la campaña presidencial de 2024.
Biden impulsa a los vehículos eléctricos
El presidente reiteró sus promesas climáticas. “Hace tres años”, recordó, “me fijé un objetivo ambicioso: que la mitad de todos los automóviles y camiones nuevos vendidos en 2030 fueran de cero emisiones”.
Al avalar la regulación sobre vehículos eléctricos, Biden manifestó que “juntos hemos logrado un progreso histórico. Cientos de nuevas fábricas ampliadas en todo el país. Cientos de miles de millones en inversiones privadas y miles de empleos sindicales bien remunerados. Y cumpliremos mi objetivo para 2030 y avanzaremos en los años venideros”.
Estados Unidos estimaba llegar a cero neto de emisiones en 2070, pero el nuevo escenario es acercarlo a 2050. Y esta norma, recién aprobada por la EPA, limita cada vez más la cantidad de contaminación permitida por los tubos de escape a lo largo del tiempo. En ese sentido, se espera que para 2032, más de la mitad de los autos nuevos vendidos en Estados Unidos sean de cero emisiones.
Sostiene la EPA que el acatamiento de la norma evitaría más de 7 mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono en los próximos 30 años. Eso equivale a eliminar el valor de un año de todos los gases de efecto invernadero generados por EE UU. El país que históricamente ha bombeado la mayor cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera, ahora desplazado por China, según algunas organizaciones.
Además, la regulación proporcionaría casi 100 mil millones de dólares en beneficios netos anuales a la sociedad, según la agencia, incluidos 13 mil millones de dólares de beneficios anuales para la salud pública gracias a la mejora de la calidad del aire.
Los autos en la campaña electoral
Las normas también ahorrarían al conductor estadounidense promedio alrededor de 6.000 dólares en reducción de combustible y mantenimiento durante la vida útil de un vehículo, según la EPA.
La transición a los vehículos eléctricos impulsada por la gestión de Biden, requeriría enormes cambios en la fabricación, la infraestructura, la tecnología, la mano de obra, el comercio y los hábitos de consumo.
Y se ha vuelto políticamente tenso, reseña The New York Times. El expresidente Donald Trump, que está haciendo campaña para recuperar la Casa Blanca, intenta descalificar el rendimiento y la asequibilidad de estos autos, utilizando una retórica cada vez más acalorada. Recientement, advirtió sobre un “baño de sangre” en medio de unas declaraciones sobre estos autos.
La American Fuel & Petrochemical Manufacturers, una organización de presión, inició lo que dice ser una campaña de «siete cifras» de publicidad y llamadas telefónicas. Así como mensajes de texto contra lo que falsamente llama «la prohibición de los vehículos eléctricos EPA de Biden» en los estados indecisos de Pensilvania, Michigan, Wisconsin. También en Nevada y Arizona, en Ohio, Montana y el mercado de Washington, D.C.
La regulación de la EPA no es una prohibición. No exige la venta exclusiva de vehículos eléctricos. Aún se pueden vender automóviles y camiones a gasolina. Más bien, exige que los fabricantes de autos cumplan con nuevos y estrictos límites promedio de emisiones en toda su línea de productos. Depende de los fabricantes decidir cómo cumplir.
Según la Ley de Aire Limpio, la agencia puede limitar la contaminación generada por el número total de automóviles vendidos cada año. La nueva regulación, que no se aplicaría a las ventas de automóviles usados, entraría en vigor a partir del 2027. Las empresas que superen las nuevas restricciones podrían enfrentarse a importantes sanciones.
Se avecinan posibles demandas
John Bozzella, presidente de la Alianza para la Innovación Automotriz, señaló que la nueva regla era «un objetivo ambicioso», pero que ofrecía cierta flexibilidad. «El futuro es eléctrico», afirmó.
Aún así, adicionó, “las reglas son conscientes de la importancia que tienen las opciones para los conductores y preservan su capacidad de elegir el vehículo adecuado para ellos”.
Esta alianza representa a 42 compañías automotrices que producen casi todos los vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos. A la par, se espera que la norma enfrente un desafío legal inmediato por parte de una coalición de compañías de combustibles fósiles y fiscales generales republicanos. Quejas o recursos que probablemente lleguen hasta la Corte Suprema, recoge The New York Times.
«Pueden desear que todos conduzcamos vehículos eléctricos o que no conduzcamos ningún automóvil. Pero al final del día esa no es su decisión», dijo Elizabeth Murrill, fiscal general de Luisiana. Un importante estado productor de petróleo y gas que ha estado involucrado en una serie de demandas que impugnan la norma de EPA. «Existe un límite a su autoridad para rehacer la sociedad según su propia visión y el tribunal se ha dado cuenta de ello».
La norma sobre emisiones de automóviles es la más impactante de las cuatro principales regulaciones climáticas del gobierno de Biden. Incluidas las restricciones a las emisiones de centrales eléctricas, camiones y fugas de metano de pozos de petróleo y gas. La norma se suma a la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, la ley climática más grande de la historia del país, que proporciona al menos 370 mil millones de dólares en incentivos federales para apoyar la energía limpia. Contemplan también créditos fiscales a los compradores de vehículos eléctricos.