Las economías de las regiones del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) se contraerán en promedio un 3,5% este año debido al impacto del coronavirus, pero es posible repunte del 4,8% en 2021. Sin embargo, estas proyecciones están sujetas a una «incertidumbre sin precedentes».
El más reciente informe de Perspectivas Económicas Regionales del BERD parte de un escenario central que se basa en una relajación gradual de las medidas nacionales para contener el virus y un retorno a la normalidad en la segunda mitad del año.
#EBRDrep: Our economies seen contracting by 3.5 % in 2020, 4.8 % rebound in 2021.
— The EBRD (@EBRD) May 13, 2020
Projections subject to unprecedented uncertainty from #coronavirus
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Un enorme desafío
El informe estima un impacto modesto de la crisis a largo plazo, con un crecimiento que se reanuda hacia el final del tercer trimestre. Sin embargo, habrá efectos económicos, políticos y sociales potencialmente significativos.
«Si el distanciamiento social se mantiene durante mucho más tiempo de lo previsto, la recesión será mucho más profunda. Los niveles de producción per cápita de 2019 no se alcanzarán otra vez en los próximos años», explica el informe.
En todas las regiones del BERD las medidas de contención han afectado la oferta y la demanda interna. Las perturbaciones externas incluyen una fuerte caída en los precios de los productos básicos. También se toma en cuenta la interrupción de las cadenas de valor mundiales, un colapso en el turismo y una caída en las remesas.
Contracción económica en ciernes
Es probable que casi todas las economías emergentes en las que invierte el BERD (Europa central y oriental, Asia Central, Oriente Medio y África del Norte) experimenten una contracción en 2020. Se prevé un pequeño número de excepciones, incluidos Turkmenistán y Uzbekistán, en Asia Central, y Egipto.
En promedio, las economías de Asia Central se contraerán un 1,2%, antes de un repunte del 5,8% en 2021. Estos países se han visto presionados por el colapso de los precios de los productos básicos y el descenso de las remesas.
En Europa central y los estados bálticos (CEB) la demanda externa más débil probablemente retrasará aún más la recuperación. La producción en la región caerá en un 4,3%, pero se recuperará fuertemente en un 4,5% en 2021.
Polonia, la economía más grande en la región CEB, se contraería un 3,5% en 2020 y crecería un 4,0% en 2021.
Los países del este de Europa y el Cáucaso serían gravemente afectados por el endurecimiento de los mercados financieros mundiales. A ello se suma la fuerte presión sobre los mercados internos de divisas y la reducción de la demanda extranjera de exportaciones.
Kazajstán y Uzbekistán están utilizando amortiguadores disponibles para proporcionar un estímulo significativo a sus economías. Sin embargo, países más pequeños, como la República Kirguisa, Mongolia y Tayikistán están siendo arrastrados por un espacio fiscal extremadamente limitado y un fuerte endeudamiento.
#EBRDrep: Economic impact of domestic containment measures is compounded by external shocks#Covid19 #coronavirus pic.twitter.com/j3wNsqk5tO
— The EBRD (@EBRD) May 13, 2020
Caída de las materias primas
Los precios más bajos de los productos básicos ejercen una presión adicional sobre los exportadores de hidrocarburos y metales (Azerbaiyán, Ucrania y Armenia)
Rusia, en cambio, enfrenta un doble impacto: la pandemia de coronavirus y el colapso de los precios del crudo, aunados con una fuerte desaceleración de la actividad económica. Se espera que la economía rusa se contraiga un 4,5% en 2020, seguida de un repunte del 4,0% en 2021.
Efectos en el turismo y la manufactura
Una caída en las remesas presionaría los ingresos disponibles de los hogares, especialmente en Moldavia, Armenia, Ucrania y Georgia. La pérdida de ingresos por turismo también será un duro golpe para la economía georgiana.
En Ucrania, una combinación de reducción de la demanda externa y de la interna ha afectado los sectores de fabricación y servicios. Se espera que la economía se contraiga en un 4,5% en 2020, con un repunte del 5,0% en 2021.
Los miembros de la UE en el sudeste de Europa también podrían verse gravemente afectados por la crisis del coronavirus. Particularmente significativa será la interrupción de los ingresos provenientes del turismo, especialmente en Chipre, Grecia y Bulgaria.
En la región del sur y el este del Mediterráneo también se espera que el impacto negativo del coronavirus se vea a través del turismo. Además, pesará una disminución de la demanda interna y una desaceleración en las entradas de inversión extranjera directa.
Se estima que, en promedio, las economías de esta región se reduzcan un 0,8% en 2020 antes de recuperarse con un crecimiento del 4,8% en 2021.
En los Balcanes Occidentales, Albania y Montenegro se verían afectados por la dependencia del turismo, mientras que en Kosovo y, en cierta medida en otras economías de la región, las bajas remesas reducirían la demanda interna.
Crecimiento en Egipto
También en los Balcanes Occidentales, Bosnia y Herzegovina, el norte de Macedonia y Serbia sufrirán la interrupción de las cadenas de suministro mundiales debido a sus fuertes bases de fabricación.
Es probable que el PIB de Turquía se contraiga un 3,5% en 2020. A esta caída le seguiría una recuperación sólida hasta un crecimiento del 6,0% en 2021.
En Egipto, la economía más grande de la región, se espera un crecimiento del 0,5% este año y del 5,2% en 2021, impulsado por los proyectos de construcción pública y el auge de las telecomunicaciones.
En las proyecciones del BERD se contraerán este año otras economías de la región (Jordania, Marruecos, Líbano y Túnez), con una caída especialmente pronunciada del 11% prevista en el Líbano, que entró en recesión en 2018 y 2019.
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