Por Cambio16
26/07/2017
Bankia logró un beneficio neto atribuido de 514 millones de euros en el primer semestre del año, con un crecimiento del 6,7% sobre el mismo periodo del año anterior. La compañía explica esa mejora en «la fortaleza de los ingresos del negocio tradicional bancario, junto al control de los gastos, las menores provisiones por la bajada de la morosidad y la caída de los adjudicados». La rentabilidad sobre fondos propios ascendió al 8,6%, frente al 8,2% del primer semestre de 2016.
Ante estos resultados, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha destacado que «la primera mitad del año ha estado caracterizada por el fuerte empuje de la actividad comercial. Hemos concedido más hipotecas en seis meses que en todo 2016; el crédito al consumo crece con fuerza, y lo mismo sucede con la financiación a pymes».
«Tenemos unos clientes con un perfil cada vez más digital, con un 40% que tienen una relación multicanal con nosotros. Son clientes, además, que están cada vez más satisfechos con el servicio que reciben. Y esto se traduce en que nuestros clientes aumentan su relación con Bankia y en que cada día la cifra de nuevos clientes crece», ha añadido Sevilla.
Para el consejero delegado de Bankia, “es relevante que, un trimestre más, las fortalezas del banco se mantengan. Seguimos mejorando de forma notable nuestra posición de solvencia y la calidad de nuestro balance, al reducir en más de 1.100 millones de euros el volumen de activos no rentables. Eso permite que necesitemos menos provisiones, lo que, unido al control de gastos, hace que podamos incrementar el beneficio y la rentabilidad”.
El margen de intereses alcanzó los 995 millones de euros, un 11,4% menos, como consecuencia principalmente del menor rendimiento de las carteras de deuda y el efecto de los bajos tipos de interés. Los menores costes de financiación y la estabilización del rendimiento del crédito tienen un reflejo positivo en el margen de clientes, que crece hasta el 1,59%.
Una mayor vinculación de los clientes
Por el lado de las comisiones, la mayor actividad y vinculación de los clientes con la entidad se tradujo en mayores ingresos por este concepto, compensando así la decisión adoptada en enero de 2016 de eliminar todas las comisiones a los clientes que tuviesen domiciliada su nómina o pensión en Bankia. Los ingresos netos por este concepto sumaron 425 millones de euros en el primer semestre, un 4,7% más respecto al mismo periodo de 2016, impulsados por la mayor utilización de tarjetas, medios de pago y valores.
Los resultados por operaciones financieras alcanzaron los 262 millones de euros, en buena medida por la gestión de las carteras de renta fija. Además, el cargo en la cuenta de resultados del segundo trimestre de la aportación al Fondo Único de Resolución asciende a 54 millones de euros. Con todo ello, el margen bruto se situó en 1.648 millones de euros, un 2,3% menos.
Por el lado de los gastos, los costes de explotación se redujeron en el semestre un 2,8%, hasta los 764 millones de euros, manteniéndose la tendencia de control en esta partida. De esta forma, el ratio de eficiencia acumulado en el semestre es del 46,4%, ligeramente mejor que el 46,6% de los seis primeros meses de 2016. Descontados los ingresos por operaciones financieras y diferencias de cambio, la eficiencia recurrente es del 55,3%.
La dotación a provisiones acumulada en la primera mitad del año ascendió a 238 millones de euros. El coste de riesgo fue de 25 puntos básicos este semestre, frente a los 28 puntos básicos de hace un año. El beneficio antes de impuestos se situó, de esta manera, en 693 millones de euros, mientras que el beneficio neto atribuido ascendió a 514 millones de euros, un 6,7% más que en el primer semestre de 2016.