El uso de monedas y billetes se está reduciendo en muchos países de Europa, algunos van con mayor rapidez como Suecia y Noruega. Pero, sin dudas, cada vez más los ciudadanos optan por las tarjetas para el pago de bienes y servicios. Las operaciones rutinarias se están simplificando y no hay necesidad de ir a retirar efectivo. El Banco Central Europeo está al tanto de los cambios y estudia la posibilidad de emitir un euro digital.
Según el Banco Central Europeo el 48% de todos los pagos se realizan a través de billetes. Sugiere que la otra mitad preferiría otras alternativas, como la tarjeta de crédito o a través de aplicaciones. Datos del Banco de España en su Encuesta Nacional sobre el Uso del Efectivo de 2022, revelan que el 35,9% reconoció el papel moneda como su medio de pago más habitual, mientras que el 54% se decidió por las tarjetas.
El BCE explica en su sitio en internet las bondades del nuevo formato. “Sería una moneda digital de banco central, un equivalente electrónico al efectivo. Complementaría a los billetes y monedas, ofreciendo a las personas una opción adicional para sus pagos”.
Explica que un euro digital sería “un medio de pago electrónico disponible para todos sin costes adicionales”. Al igual que el efectivo, podría utilizarse en cualquier lugar de la zona del euro y ofrecería seguridad y privacidad. “En nuestra sociedad cada vez más digitalizada, un euro digital sería un nuevo avance para nuestra moneda única”, agrega.
Considera que la nueva presentación facilitaría la vida de los ciudadanos permitiendo realizar pagos digitales con dinero emitido por el banco central. Este mecanismo, precisa la entidad, “reforzaría también la soberanía monetaria de la zona del euro y fomentaría la competencia en el sector de pagos europeo”.
¿La era digital llegó al euro?
¿Si el mundo de hoy es digital, por qué no serlo el euro? La ciencia y la tecnología, el trabajo remoto, las compras en línea, los móviles inteligentes, el entretenimiento están determinados por la digitalización. La era digital alcanza todos los espacios, hasta el de las monedas.
Suecia va a la cabeza de estos cambios de rumbo. Su banco central, el más antiguo del mundo con más de 354 años, lidera desde los inicios de la pasada década la transición. Desde el año 2011 al 2020 los suecos han reducido el uso de efectivo del 39% al 9%. Según explica el propio país en su página web, recogido por El Economista, «Suecia está liderando el camino hacia la sociedad sin efectivo». Y añade que «los pagos sin efectivo van de la mano con el estilo de vida sueco».
Noruega también sigue esos pasos. Señala su banco central, que los noruegos solo utilizan billetes o monedas para una cantidad de entre el 3 y el 4% de sus transacciones. Se trata del país europeo con menos uso del cash y esto genera algunas preocupaciones. Por ejemplo, la Asociación de Jubilados del país se ha quejado por el rumbo que supone para la población menos digitalizada el paso a una sociedad sin dinero físico.
Lo cierto es que el BCE tiene sobre la mesa la oportunidad de impulsar el euro digital. Una moneda para la que sólo se necesita un teléfono. Ni una billetera física ni una cuenta bancaria. Esta idea ha sido estudiada e impulsada, pero los expertos no están de acuerdo sobre su utilidad.
Los partidarios lo ven como una oportunidad para hacer que la sociedad europea sea menos dependiente de los bancos tanto para pagos como para ahorros, reseña el portal Follow the Money.
Los bancos buscan detener la nueva moneda
Defensores del euro digital creen que este ajuste podría hacer que la economía europea sea más estable y reducir la probabilidad de grandes crisis bancarias, como las de 2008 y 2023. También podría ayudar a reducir la dependencia de empresas privadas fuera de la Unión Europea, como Visa, Mastercard y Paypal.
Pero no todo el mundo está convencido. Los opositores afirman que la moneda se introduce para controlar dónde gasta la gente su dinero. O para prohibir el pago de productos nocivos para la salud o contaminantes.
Las expectativas dentro de la comunidad empresarial también difieren ampliamente. Los diseñadores de aplicaciones fintech, las criptoempresas y los proveedores de servicios de pago no bancarios como Stripe y Paypal están entusiasmados con las oportunidades del euro digital. Con la esperanza de que pueda aumentar su cuota de mercado en comparación con los bancos.
Pero el sector bancario se muestra mucho menos entusiasta. Los bancos desean sofocar la posible competencia del euro digital. Escribieron docenas de cartas al BCE, expresando temores de perder ingresos por concepto de comisiones de pago. Y peor aún, de incurrir en mayores costos de financiación si los consumidores pudieran tener cuentas de ahorro digitales en euros.
Las cartas no solo estaban dirigidas al Comité Ejecutivo del ente, sino también a Evelien Witlox, directora del proyecto del euro digital en el BCE. Witlox fue anteriormente jefa de pagos del banco holandés ING. En enero de 2022, se mudó a Frankfurt para dirigir el equipo del euro digital, que ahora cuenta con alrededor de 70 empleados.
«Creemos que es importante que el público tenga acceso al dinero del banco central, es decir, al dinero creado por el banco central», dijo en entrevista con Follow the Money.
Privacidad y seguridad
“En Europa la gente paga cada vez menos en efectivo y recurre cada vez más a los pagos digitales. (Aun así) el efectivo seguirá existiendo. No obligaremos a nadie a pagar con el euro digital”, aseguró Witlox. “Pero ofreceremos a la gente otra opción: puedo pagar en efectivo, puedo pagar con un medio de pago privado o puedo pagar con euro digital”.
Quienes se oponen al euro digital temen que se utilice para monitorear o incluso influir en sus transacciones, ¿es posible?. “No, todo lo contrario. El BCE no sólo protegerá la privacidad de los usuarios, sino que incluso la reforzará. Los estándares de privacidad del euro digital serán más altos que los actualmente vigentes en el mercado de pagos digitales”.
Comentó la directiva que “los pagos digitales en euros sin conexión ofrecerían un nivel de privacidad aún mayor, similar al del efectivo”.
En 2019, Facebook anunció “Libra”, una moneda digital también respaldada por empresas como Mastercard y Uber, y que estaba destinada a competir con el sector bancario. Se dijo en su momento que la sola idea animó a los bancos centrales a estudiar la posibilidad de crear el euro digital y no quedarse atrás.
“Creo que eso ciertamente dio un impulso adicional”, dijo. “Si imaginamos un futuro en el que todos preferiríamos pagar no con euros sino con libra, bitcoin u otra moneda privada, entonces eso sería perturbador. Para los bancos centrales y la soberanía monetaria de un país o una unión monetaria como la zona del euro”.
Más del 90% de los bancos centrales del mundo están estudiando la posibilidad de desarrollar una moneda digital de banco central. “Dependemos en gran medida de las grandes empresas extranjeras para nuestro sistema de pagos. Casi el 70% de nuestros pagos minoristas son procesados por operadores no europeos”.
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