Una avalancha de organizaciones gremiales, vinculadas al comercio y el turismo, rechazaron en su momento la medida del Gobierno de España en limitar los pagos en efectivo a 1.000 euros. Ahora se une el Banco Central Europeo (BCE), al calificar la decisión de “desproporcionada” y con efectos “adversos e indeseables».
El BCE se refirió a la demarcación del efectivo establecido para las operaciones en las que alguna de las partes actúe en calidad de empresario o profesional. Consideró que es totalmente inoportuna la decisión. Al afectar directamente a la recuperación del consumo y la reactivación de los sectores más golpeados por la pandemia.
La institución recordó la Directiva (UE) 2015/849 del Parlamento Europeo y del Consejo, en materia de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Allí se fijó un límite de 10.000 euros en el uso del dinero en efectivo. Por tanto, la ley española debería establecer un umbral proporcional para los pagos en efectivo y similar al europeo.
La normativa limita a 1.000 euros el pago en el que una de las dos partes sea empresa o profesional. A 2.500 euros cuando ambas partes sean particulares. Y a 10.000 cuando intervengan personas que no son residentes fiscales. El BCE indicó que es «desproporcionada» y «discrimina los pagos hechos por los residentes», ya que el límite es hasta diez veces superior si una de las dos partes no reside en España.
El banco también cuestionó la sanción impuesta por el Gobierno para aquellos que sobrepasen estos límites. La norma establece que se debería pagar un 25% del importe pagado en forma de penalización si se sobrepasan estos límites. Si un autónomo recibe un pago de 1.100 euros de un particular, podría sufrir una sanción de 275 euros, reseñó Libre Mercado.
Cuestionan decisión de España de limitar el efectivo
El BCE, presidido por Christine Lagarde, destacó que el preámbulo de la ley en España no aborda el impacto social ni el riesgo de exclusión financiera al limitar el efectivo. Reduce sustancialmente el “ya bajo límite existente de 2.500 euros” y no ofrece indicios claros de la probabilidad de que el nuevo límite permita alcanzar el objetivo perseguido, dijo.
Asimismo, la institución financiera comunitaria reiteró que las acotaciones a los pagos en efectivo no deben ir más allá de lo necesario. Para lograr los fines de interés público -como pueden ser combatir el fraude fiscal- y, en cualquier caso, deben respetar el curso legal de los billetes en euros.
Resaltó además, la importancia para muchos grupos sociales que, por “razones legítimas, prefieren utilizar el efectivo”, como su valor inclusivo. “Un medio de pago esencial para la tercera edad, los inmigrantes, los discapacitados, los ciudadanos socialmente vulnerables y cualquier persona con acceso limitado a los servicios digitales”.
También especificó el BCE que el pago en efectivo siempre está disponible. Algo pertinente “en casos de corte de suministro eléctrico o fallo de los sistemas de pago electrónico”.
Al conocerse la intención del Gobierno de restringir el efectivo a 1.000 euros, varias asociaciones, reunidas en Cepyme alertaron de su impacto.
Las organizaciones del sector comercial ANGED, CEC, ACOTEX, FECE y la de servicios de seguridad APROSER manifestaron su preocupación por el impacto que sobre la actividad comercial. E indicaron que “es desproporcionado implantar un límite tan bajo para las operaciones en efectivo. Pues limita la libertad de elección de medio de pago por parte del consumidor. Y prácticamente pone bajo sospecha a cualquier cliente que realice compras en el comercio”.
Experiencia en Francia
Las organizaciones antes citadas manifestaron la conveniencia de “actuar directamente sobre las fuentes del fraude y la economía sumergida, que son reconocibles. En lugar de presionar a los hogares y empresas con nuevos impuestos y trabas a su actividad”.
Sostuvieron que en un momento de gran incertidumbre para la economía y desplome de la demanda, no parece razonable establecer barreras al consumo y costes adicionales de transacción. Como los ocasionados por las comisiones del pago y posesión de tarjeta. En ese sentido, creemos que cualquier regulación que vaya en esa línea, debería adecuarse lo máximo posible a la realidad actual de nuestra estructura comercial y de distribución. Allí, una inmensa mayoría de los consumidores continúa haciendo sus compras en metálico
Por otra parte, critican la decisión del gobierno de España en limitar el efectivo porque esa medida no ha tenido éxito en otros países de la UE. Es el caso de Francia, cuya experiencia no han logrado reducir la economía sumergida de forma significativa. Por el contrario, la inmensa mayoría de Estados de la UE no han establecido ninguna limitación. Así, países que carecen de límites para los pagos en efectivo como Alemania, Finlandia, o Austria, cuentan con niveles de economía sumergida muy reducidos.